Lumara la Bióloga: Mujeres edutubers: el rostro de las científicas en el internet

De acuerdo con la UNESCO, las mujeres científicas representan el 28% de todos los investigadores del mundo; mientras que, respecto a los hombres, de todas las mujeres en el mundo, el 35% decide dedicarse a las disciplinas STEM -por sus siglas en inglés- Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, y únicamente el 3% opta por realizar estudios en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Estas diferencias, esta desigualdad tan profunda, advierte la UNESCO y ONU-Mujeres: “no se da por casualidad”, es una deuda histórica que arrastra tras de sí el nulo acceso igualitario a la educación para niñas y mujeres, y un contexto cultural y social de desigualdad y discriminación de género dentro de la investigación científica.  

En plena era de la búsqueda de la igualdad y la equidad para la paz y el desarrollo, las mujeres luchan por resistir y triunfar en un medio que a través del tiempo ha sido considerado “masculino”. Es la gran pasión que les acompaña por aprender, descubrir, enseñar y divulgar el conocimiento, lo que las ha llevado a hacer un “doble esfuerzo”, pues además de sobresalir en sus áreas de especialidad, son portadoras del ejemplo con sus historias y trayectorias de vida.

Las edutubers, mujeres científicas creadoras de contenido digital especializado y de divulgación del conocimiento a través de la plataforma YouTube, se han convertido en portavoces de este mensaje, pues están firmemente convencidas de que la perspectiva de género no sólo debe atravesar las relaciones humanas en la sociedad, las decisiones políticas, la política y la cotidianeidad, sino, también el quehacer científico, la ciencia, la tecnología y el saber.

Por estas razones, estas físicas, biólogas, comunicadoras, historiadoras, matemáticas, astrofísicas e ingenieras que se han unido desde sus especialidades y trincheras al conocimiento a través del internet, han decidido compartirnos sus historias y trayectorias como un legado e inspiración para que otras niñas, jóvenes y mujeres como ellas, le pongan su rostro a la ciencia.

Esta es la primera de sus historias; se trata de Lumara González, bióloga, divulgadora científica, edutuber y fundadora del canal de YouTube Lumara la bióloga.

Por Dalia Souza / @DalhiaSouza

Ella se llama Lumara González y es mejor conocida como Lumara la bióloga; tiene 28 años y en efecto, afirma en entrevista, es bióloga y su nombre es Lumara. Desde octubre de 2018 combina sus múltiples actividades como bióloga urbana, asistente de laboratorio en una escuela secundaria bilingüe y el stand up, con la creación de contenidos especializados en YouTube.

A un año y medio de haber abierto su canal “Lumara la bióloga” y tras haber conseguido más de 30 mil suscriptores en la plataforma, comparte que, aunque ella no pretendía ser una edutuber, ésta ha sido la mejor forma de fusionar todas sus pasiones: la biología y la comunicación de la ciencia a través del entretenimiento:

“Yo no pretendía ser Edutuber, jamás estuvo en mis planes, pero se fue dando de manera muy orgánica y ahora lo disfruto mucho” afirma.

Desde niñas, dice, es amante de la naturaleza y los animales; perros, gatos, conejos, pájaros, moscas, “cochinillas” de jardín, todo aquello “por más raro y feo” le generaba curiosidad. Su gusto por los seres vivos lo compartía con su capacidad creativa. Bailó ballet desde los tres años y a los dieciocho decidió que era momento de probarse en la danza contemporánea y después, en la folclórica.

Lumara relata que el humor y la “jocosidad” que le caracteriza, son herencia de la familia de su padre, de quienes aprendió a hacer rimas, canciones, chistes y también a ser “carrilla” (bromista):

“La familia por parte de mi papá somos muy “jocosos” nos gusta hacer rimas, canciones, chistes de todo, nos encanta la carrilla; así que esa parte como muy desarrollada”.

Por qué estudiar biología y el inicio de su pasión

por la divulgación de la ciencia

Como una enamorada de la carrera que decidió estudiar, disfrutaba de cada tema, cada teoría, cada enfoque, cada perspectiva, cada rama, cada curso y cada materia que tomaba. Los semestres transcurrían y aunque parecía que esta pasión por la biología le llevaría a tener más certezas sobre su “futuro” como profesionista, – y es que, señala que los profesores le presionaban para que decidiera a qué área de especialidad se enfocaría- estas situaciones le generaba más y más arraigos hacia esta ciencia y sus ramas.

¿Biología molecular, conservación biológica, fisiología, mamíferos? Todo aquello era para Lumara un mundo de posibilidades que no deseaba perderse por sólo elegir una. Ella podía “derretirse” en todas éstas, pues asegura que le encantan:

“No podía decidir hacia dónde porque todas me encantaban, yo podía derretirme en todas”.

Tras estudiar dos años, llegó el cuarto semestre de la licenciatura, ahí escuchó hablar por primera vez de esa apasionante tarea que hoy la define como divulgadora del conocimiento. Lumara explica, que la comunicación de la ciencia como área de especialidad, le permite combinar el saber de la biología con su capacidad creativa:

“Recuerdo muy bien, nunca lo voy a olvidar, nos dijo el profesor: “La única regla en esta materia es que atrapen a su audiencia y que den datos técnicos”; es decir, que no sean fantasía pura. “Esas son las únicas reglas”, si vas a cantar, si vas a escribir, si vas a hacer teatro, si vas a contar chistes, hacer analogías, a mí no me importa, con que atrapes a tu audiencia y leas sobre ciencia, esa es la única regla”

“¡Imagínate cómo se me abrió el horizonte ahí! Yo ya era la más feliz del mundo” relata Lumara, sin embargo, asegura, le “costó trabajo” asumir que esa era el área en la que ella quería especializarse, pues en aquel momento reconocía los retos que enfrenta su profesión en medio de un campo laboral muy competido, pero a la vez, tan poco recurrido por la sociedad:

“Cuando estaba en mis prácticas profesionales, en mi último semestre de la licenciatura de calificaciones, me dije “A ver Lumara, tienes que tomar decisiones, porque estás a punto de salir a una realidad laboral bien intensa, bien fuerte, bien competida y poco recurrida por esta sociedad… uno se enfrenta a estos escenarios porque la realidad para las biólogas y los biólogos está bien canija y eso se debe a que no saben que necesitan biólogas y biólogos tomando decisiones en sus instituciones, en sus empresas, en sus hogares”.

Luego de revisar sus experiencias académicas en diversos estados de la república y fuera del país (Sonora, Querétaro y Canadá), que van desde trabajos de investigación con biodiseño, evolución biológica y abejas, hasta genética y el desarrollo embrionario de la mosca de la fruta; Lumara decidió que lo suyo sería la comunicación de la ciencia:

“Siempre terminaba haciendo divulgación. Una caricatura, un cuento, pero siempre haciendo un producto de comunicación. Y dije: ¡Ya Lumara! para qué te estás haciendo pato, ese es el camino”.

Y en ese camino encontró varias ventajas. Para esta bióloga, se trata de un campo muy fértil y con múltiples posibilidades, que le permiten conectar con diversas ramas y especialidades de esta ciencia y a su vez, hacerlo a partir de un sinfín de formatos de comunicación.

El amor por la biología, el Stand Up, el YouTube y la divulgación de la ciencia

Primero fue el Stand Up.

Cuando Lumara se encontraba en Querétaro haciendo su servicio social, decidió tomar un curso para aprender a hacer Stad Up Comedy; una forma de hacer comedia donde él o la comediante hace un show en vivo donde interactúa con el público a través de un monologo humorístico. Si bien, la comedia no era su formato favorito, encontró que ésta sería una “herramienta para hacer comunicación de la ciencia”, pues señala, ¿quién rechaza un discurso que hace reír?:

“Entonces yo dije: “si logró hacer reír a la gente con un discurso biológico, la gente se va a interesar por la biología”. Entonces me metí al curso y me encantó, me encantó hacer comedia estilo Stand Up”.

Aquella primera vez que puso aprueba lo aprendido, fue en su graduación como standupera, donde frente a un escenario puso a reír a sus amigos y familiares con un discurso sobre población y planificación familiar.  

Los micrófonos abiertos vinieron después.

De regreso a Guadalajara, Lumara la bióloga, comenzó a “subir a los micrófonos abiertos”. En su opinión, en aquel entonces le “empezaba a ir bien”, incluso, le invitaron a formar parte del colectivo “Stand Up Tropical”, quienes le recomendaron que para hacerse publicidad como nueva standupera, tenía que abrir sus redes sociales.

Sin embargo, recuerda Lumara, sus presentaciones eran una vez al mes:

“Abro mis redes sociales “para que la gente sepa cuándo iba a tener show”, así me lo recomendaron. Yo tenía show, si bien me iba, una vez al mes y no tenía ni qué subir a las redes”

De pronto, aquello se convirtió en una oportunidad. La idea de tener material en su cuenta y la necesidad de comunicar sus saberes, más allá de sus shows, la llevó a grabar pequeños videos de un minuto para después subirlos en su cuenta de Instagram mostrando y explicando el comportamiento de insectos y plantas. Las pequeñas grabaciones se volvieron todo un éxito:

“Pasaba una hormiga y la grababa… Y esos videítos los subía a Instagram y a la gente le empezó a gustar y lo empezaron a compartir y empezó a llegar más gente y me empezaron a comentar, a ubicar”

Las posibilidades que le brindaba esta plataforma en esos años, ya no era suficiente, así que, de Instagram “brincó” a Facebook. Los clips de un minuto pasaron a ser de cinco y después tuvieron que ser de siete, y cuando menos lo pensó ya tenía un logotipo, un intro para sus videos y las personas le comentaban.

La comunidad de edutubers no tardó en ubicarla y contactarla, poco después, la invitaron a formar parte y a hacer su transición a YouTube:

“Ahí es cuando me ubica la comunidad de Edutubers y me invitan a formar parte de la comunidad, y me dicen “Lumara, ya bríncate a YouTube, ándale” y yo “Ay no, es que YouTube me da miedo”, pero la verdad es que esta comunidad es bien bonita, súper colaborativa, te apapacha un montón, te escucha, además de ser colegas son buenas y buenos amigos, entonces brinqué a YouTube”.

Curiosamente, uno de los canales más grandes de edutubers de habla hispana, con casi 1 millón 500 mil suscriptores, fue uno de sus principales impulsores; según relata, este apoyo junto con el material que ya había trasladado de su cuenta de Facebook a la plataforma de videos, le permitió crecer muy rápido, en una semana al menos 10 mil suscriptores:

“Tuve mucho apoyo de un canal muy grande, tal vez el más grande de habla hispana, ellos son Curiosamente y crecí un montón, crecí muy rápido en YouTube. Comencé en octubre de 2018, yo aparecí en su canal haciendo una colaboración en un domingo y para el siguiente domingo ya tenía 10 mil suscriptores más”.

Lumara no pretendía ser una edutuber y tampoco estaba en sus planes, sin embargo, afirma, todo se ha dado de manera “muy orgánica” y ahora, disfruta mucho siéndolo.

Entre la comunidad de los edutubers, explica Lumara, existen dos líneas de producción de contenido al que suelen recurrir los creadores. La primera, son las videoclases; en este caso, las y los creadores explican temas o aspectos muy específicos de áreas del conocimiento (matemáticas, ingeniería, física, química, etc.) con el objetivo de que los espectadores y espectadoras aprendan a través de la retroalimentación de ejercicios prácticos y teóricos.

Los segundos son los videos de divulgación, categoría en la que se ubica personalmente Lumara, en éstos, las y los edutubers producen material con el fin de divulgar conocimiento sobre distintas temáticas, áreas o ramas de la ciencia, para que sus suscriptores y suscriptoras conozcan a profundidad de cada una de éstas, o como ella misma lo explica “para que se enamoren del conocimiento”.

Si bien, las videoclases suelen ser más famosas o, por lo menos, son los que tienen más visualizaciones, el canal de Lumara es diverso y sigue apostando por la comunicación de las ciencias biológicas. Sus materiales van desde la explicación de la interacción de los humanos con los seres vivos dentro del espacio urbano y cotidiano, hasta lo más experimental con ejercicios de laboratorio y videos de Stand Up con micrófono abierto e invitados hablando sobre temas especializados con comicidad.

Edutubers “personas enamoradas del conocimiento”

“Una Edutuber es una persona enamorada del conocimiento, de una o de muchas áreas” afirma Lumara.

Como los enamorados que quieren contar a todo el mundo su amor, explica esta joven bióloga haciendo referencia a la frase popular de Carl Sagan; a quienes les encanta la ciencia, el saber y el conocimiento, disfrutan compartiendo aquello que aprenden todos los días y desean enseñar:

“Porque deberías de ver cuando estamos reunidos, es una cosa bien bonita “somos personas enamoradas del conocimiento” y este enamoramiento, como Carl Sagan decía “cuando uno está enamorado lo quiere contar a todo el mundo”. Por eso cuando a alguien le encanta la ciencia, tiene que divulgarla, porque eso quiere decir que en verdad la disfruta y le encanta. Esta misma pasión y gusto y emoción por lo que aprendemos y sabemos, la queremos compartir”.

Lo que les define dice, es que les fascina lo que saben y aprenden, mientras que su mayor impulso -o deseo- es compartirlo “de una o cualquier forma”. De esta manera, los edutubers, científicas y científicos enamorados de la ciencia y la divulgación, encontraron en YouTube una plataforma amigable y, en el video, un formato que les permite todos los días compartir esa emoción por el saber.

Finalmente, advierte, el objetivo es fomentar de apoco y desde esta trinchera una población con “una cultura científica y de razonamiento más crítico”.

Las edutubers: El rostro de las mujeres científicas en el internet

Como sucede en la ciencia, en la historia y en el contexto actual la participación de la mujer en los proyectos de divulgación del conocimiento científico en plataformas virtuales está siendo sombreada por una marcada brecha de desigualdad de género, pues se continúan replicando los patrones de discriminación, inequidad y escasa representación.

Sin embargo, precisa Lumara, es una realidad que más mujeres jóvenes y niñas se están sumando a participar en estos ámbitos, a pasar de los factores sociales, culturales y familiares que les obligan en repetidas ocasiones a creer que éstas “son áreas masculinas”; o, incluso, donde después de haber surcado estás dificultades se encuentran con contextos laborales, profesionales y de nuevo sociales, que les invisibilizan:

“En la historia y en la actualidad, la participación de la mujer en las ciencias ha sido en ciertas áreas, muy sombreada por la participación masculina. La participación de las mujeres es muy bajita y está muy cañón”.

Por esta razón, dice Lumara, pararse frente a una cámara o detrás de ésta coordinando proyectos de divulgación científica en internet como mujeres, es ponerle un rostro femenino a la ciencia y a su vez, representar a todas aquellas que desean dedicarse a estas disciplinas STEM -por sus siglas en inglés- Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, y se han visto imposibilitadas tras un sistema social que les ha dicho que no pueden o “no es lo suyo” porque es difícil o porque simplemente su “sexo biológico” se los impide:

“Estamos representando a mujeres, aparecer como mujeres edutubers estamos dando la cara para representar a las mujeres que están haciendo ciencia, que están haciendo divulgación, también hay mujeres que tienen las agallas de ponerse frente a una cámara y hacer público ante cualquier persona de este planeta nuestra cara, nuestra voz, lo que sabemos, lo que nos gusta, lo que queremos compartir, nuestros errores. Ponerle la cara de una mujer, no es la cara de una sola mujer, sino de muchas”.

Ya lo habría argumentado en el siglo XVII, Poullain de la Barre, cura, filósofo cartesiano y considerado precursor de las principales ideas reivindicadoras del feminismo: “la mente no tiene sexo”. Un llamado en sí mismo a desmontar las ideas de desigualdad que prevalecían -prevalecen- respecto al acceso a los saberes y a la educación entre hombres y mujeres, así como, los prejuicios alrededor de las nociones que aseguraban -aseguran-, que las segundas son inferiores.

En ese sentido, señala Lumara la bióloga, no hay menor o mayor veracidad entre el conocimiento que producen los hombres, respecto al que construyen las mujeres; la ciencia siempre será ciencia hecha por seres humanos y, por lo tanto, existe el mismo margen de error y posibilidad de éxito. Lo mismo sucede con el contenido de divulgación que difunden como creadoras y edutubers en la plataforma YouTube, en este caso, señala la bióloga, no hay una diferencia sustancial: “puede aprenderse igual viendo una clase que imparte una mujer, que la que imparte un hombre… puedes sorprenderte igual con sus hallazgos y su información”.

Sin embargo, reconoce que aún no consigue explicarse cómo dentro de este ámbito también, existen brechas de género que invisibilizan su presencia. Aun no logra comprender si es un tema de proporción; es decir, cantidad de hombres produciendo contenido en YouTube o, de visualizaciones en la reproducción de los videos, lo cierto es que se sigue asumiendo que estas áreas y estas plataformas son masculinas:

“Nosotras, nos damos cuenta de que las gráficas que ofrece YouTube sobre quién ve nuestro contenido son bien cargadas a las de los hombres, nos ven pocas mujeres, por ejemplo, en mi caso, sólo el 11% de mis visualizaciones son de mujeres”.

Vale la pena preguntarse, advierte Lumara ¿por qué no hay mujeres? Simplemente porque no las hay o porque están siendo no mencionadas, al igual que su trabajo:

“No porque seamos víctimas o sólo por ser mujer. No es el punto, pero como tenemos esta historia y esta inercia, sí es momento de hacer un alto y preguntarnos si estamos dando la misma oportunidad a ambos géneros y a géneros no binarios, por qué no”.

De aquí, señala Lumara, la relevancia de deconstruir estas ideas que históricamente han invisibilizado por acción u omisión, el papel de las mujeres en el ámbito científico y su divulgación; para esta bióloga, las claves están en la suma de más rostros femeninos a dichas áreas y su reconocimiento, de esta forma, asegura “se van quitando estigmas de que esto es de hombres”:

“Puede que se nos hacen complicadas y crecemos con este discurso de que “porque tú eres mujer y son áreas muy complicadas no vas a entender” y no es cierto. El hecho de ver más mujeres ahí que lo están haciendo sumará a muchas más”.

El papel de la mujer en la ciencia

Aunque Lumara ha advertido que el resultado de la ciencia siempre será ciencia, datos o información, independientemente del ser humano que la crea, hombres o mujeres, (pues su premisa principal es que ésta no se vea influenciada por quién la produce), es un hecho que la participación femenina incide de manera importante en decisiones vitales del método o metodología utilizada, tales como: qué temas abordar, qué perspectiva utilizar y cómo pueden ser conectados con otras áreas del conocimiento. En ese sentido, explica que no sólo tiene que ver con un asunto de mujeres participando en la producción de contenido científico, sino de diversos sectores de la población y nacionalidades:

“No importa quién la haga, porque los resultados son los resultados y eso va a estar ahí. Lo que sí afecta, teniendo una participación femenina o de otros sectores socioeconómicos, de otras nacionalidades es las decisiones que tomas sobre qué temas abordar, sobre qué perspectiva abordarlos, sobre cómo conectarlos con otras áreas”.

Aunque existan características biológicas diferentes entre hombres y mujeres, no se trata de que los resultados de la ciencia aplicada arrojen resultados “verdaderos” o “falsos” por el sexo de la persona que los generó, argumenta Lumara; sin embargo, como antes lo señalaba, sí existen contrastes entre el enfoque de aplicación, los temas elegidos, los aspectos que se recaban y deciden utilizar, incluso, advierte, en la convivencia dentro de los espacios del trabajo experimental:

“No sólo por nuestras características biológicas que claro que existen diferencias en cómo pensamos, en nuestras conexiones, en nuestra citología. Pero no sólo por eso, si no también por los roles que cumplimos, por cómo conectamos con las familias, por cómo nos conectamos con otros grupos de edad o con la naturaleza, esta otra forma de vivir y ver la vida como mujer, ¡claro que te va a dar otras oportunidades de pensar qué temas quiero estudiar, como quiero conectarlos con otras áreas, qué grupos quiero apoyar para que con los resultados de mi investigación se vena favorecidos!”.

No obstante, sí existe una diferencia sustancial y vital entre el conocimiento que se produce entre hombres y mujeres como sujetos o sujetas de estudio; en este caso hay un impacto directamente a la ciencia y el saber del mundo, que nuevamente alimenta la desigualdad y discriminación histórica entre géneros.

Como prueba de ello, explica, es que la mayoría de los antecedentes científicos de estudios sobre enfermedades en los seres humanos, por ejemplo, en el caso de las cardiopatías, han sido realizados en cuerpos de hombres o pacientes masculinos; por lo tanto, lo que se ha escrito puede ayudar a entender qué pasa con los corazones de los hombres y no con los de las mujeres, a quienes socialmente se les atribuyen condiciones o padecimientos relacionados con estigmas o prejuicios sobre el “ser mujer”:

“La mayoría de los estudios de ataques y enfermedades del corazón se han hecho con muestras masculinas y se hacen con pacientes masculinos. Lo que se ha escrito es sobre corazones de hombres. Las mujeres fisiológicamente, anatómicamente, hormonalmente tenemos otras formas de funcionar, entonces muchas veces se ha mal diagnosticado porque la literatura científica no nos contempla”.

La equidad de género es un derecho universal por el que Lumara y la comunidad de mujeres edutubers en México, América Latina y en algunos países de Europa, luchan desde sus trincheras en la divulgación para reducir las desigualdades que prevalecen entre hombres y mujeres en la ciencia. Son sus narrativas, perspectivas y sus formas de mirar el mundo como científicas lo que les ha llevado a imaginar un mundo con más niñas y jóvenes decidiendo entrar a un laboratorio, hablando sobre hongos, sobre estrellas, sobre utilizar un telescopio o aprender sobre mecánica vectorial y Machine Learning. Son ellas quienes han decidido ponerle un rostro femenino a la ciencia.

Lumara la bióloga forma parte de los 28 canales que integran el proyecto Eduvid20 y es uno de los 18 que están administrados, producidos o conformados por mujeres creadoras de contenido digital especializado.

Eduvid20 es una iniciativa que nace en el marco de la contingencia de salud por el coronavirus y luego de la medida sanitaria que, en medio del aislamiento social, obligó a millones de niñas, niños, jóvenes y sus profesoras y profesores a trasladar sus clases presenciales a sesiones virtuales. El proyecto lo integran un grupo de 28 canales de creadoras y creadores de contenido educativo y especializado en la divulgación de la ciencia a través de la plataforma YouTube, también conocidos como edutubers; quienes preocupadas y preocupados por la situación que atraviesan las y los estudiantes en el país, decidieron compartir su conocimiento sobre diferentes áreas y niveles educativos a través de videos temáticos y sesiones en vivo.

En el proyecto participan edutubers de México, Madrid, Buenos Aires y Bogotá.

La comunidad de Edutubers se ha unido para crear la página www.edutubers.net, un repositorio en línea donde han dispuesto toda la información temática y los enlaces a los distintos canales que forman parte del proyecto, entre los cuales se encuentra una sección que lleva por nombre: “Mujeres creando”.

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Aquí puedes conocer el canal Lumara la Bióloga

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Es un proyecto especial de ZonaDocs focalizado en dar a conocer la labor de distintas mujeres científicas en México.

 

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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