El sector salud contra la pandemia: realidades y rostros

Las jornadas son largas y exhaustivas, en sus rostros puede verse el desvelo acumulado bajo los ojos y los elásticos de las caretas comienzan a dejar marcas que pronto se convertirán en costras, los aplausos no dan certeza alguna y la incertidumbre entre los trabajadores de salud es cada vez mayor.

No sólo es la falta de insumos e instalaciones adecuadas para laborar, el estrés y ansiedad derivados de los ataques al personal médico y la constante presión que se vive en los recintos, son algunas de las realidades que afrontan médicos, enfermeros y enfermeras en la lucha directa contra el el SARS-CoV-2 (COVID.19); hoy el personal del sector salud representa una quinta parte del total de contagios de COVID-19 en todo el país.

Por Alejandra De La Garza Cedeño / @alegaced

México se encuentra en la fase 3 de la pandemia desde el 21 de abril, así lo informó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell; desde esa fecha los contagios empezaron a contarse por miles y son principalmente de propagación comunitaria o intrahospitalaria, lo que quiere decir que el mayor número de casos positivos se percibe dentro de los hospitales, siendo los trabajadores de la salud los más vulnerables.

Nunca estuvimos preparados, ni siquiera los gobernantes, la sociedad no es lo suficientemente disciplinada para acatar órdenes esenciales, supongo que es la desconfianza que nuestro gobierno ha construido por años“, así lo afirma Rebeca García, enfermera del Centro de Salud Santa Fé en el municipio de Zapotlanejo.

Diversas condiciones de trabajo

Uno de los principales problemas recae en que el sistema de salud mexicano ya se encontraba rebasado incluso antes de la pandemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se necesita mínimo un médico por cada 333 personas.

En México, al año 2017, existían 343 mil 700 médicos en todo el territorio; es decir, que cada uno tendría que atender a 348 pacientes si se toma en cuenta que la población para entonces era de 119 millones 530 mil 753 habitantes.

Debido a esto la mayor parte de los hospitales públicos y privados de la Zona Metropolitana de Guadalajara  han tenido que realizar una reconversión hospitalaria debido a la contingencia, se han destinado zonas especializadas en el tratamiento a posibles casos de COVID-19, donde se concentra a los pacientes en un área alejada de los demás.

En una entrevista realizada en el programa “De hecho y de derecho” por Radio UdeG Ocotlán, el doctor Pedro Martínez, Infectólogo del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde explicó lo siguiente:

Estos meses nos han permitido capacitarnos, no solo en la reconversión hospitalaria si no en las formas de protegernos como trabajadores de la salud y evitar la transmisión intrahospitalaria, ya que el 41% de las infecciones en Wuhan fueron dentro de los hospitales, estos meses hemos estado muy ocupados, ya estamos listos, pero si la población no acata las medidas es obvio que nos sobrepasará al igual que en los países de primer mundo.

Sin embargo, la opinión de médicos y trabajadores de la salud respecto a la preparación y prevención contra la pandemia se encuentra dividida, el Médico General P., quien prefiere mantener su nombre en el anonimato, recalca que nuestra realidad como país en vía de desarrollo es tristemente contraria.

Para una población como la nuestra, las instalaciones no son las correctas, ni de traslado ni de equipo. Considero que las medidas no han sido del todo adecuadas, principalmente porque debería de existir un plan económico que respaldara este tipo de situaciones extremas, la realidad de nuestro país en cifras es que las personas que se están enfermando no pueden aislarse, ya que viven al día y necesitan salir para trabajar y generar un ingreso. No se sabe a ciencia cierta el número de infectados y no creo que esa cifra sea de nuestro conocimiento en algún momento, nuestro gobierno es tan pobre que no puede invertir en pruebas, no tiene ni siquiera los recursos suficientes para tratar a los que ya están enfermos.

No estamos a la altura de los sistemas de salud de otros países, las instalaciones no tienen nada que ver con las nuestras. A pesar de que la gente piensa que tenemos una oportunidad, no la tenemos, va a morir mucha más gente de la que realmente se va a aceptar en los medios.

La Secretaría de Salud informó que, al 2 de junio, son 20 mil 217 contagios y 147 decesos del personal de salud a causa del COVID-19, esta cifra representa el 20.77% de los casos totales en México; es decir, que 2 de cada 10 positivos en el país son profesionales de la salud.

Al corte del día 1 de junio, la Secretaria de Salud Jalisco reportó 186 nuevos casos positivos de Covid-19 en el sector salud, de éstos, 75 corresponden al municipio de Puerto Vallarta; 86 al municipio de Guadalajara; Ocotlán y Tepatitlán ambos con diez casos; Colotlán y Zapopan con dos casos y, finalmente, uno en Ciudad Guzmán.

Cabe destacar que esta es una pandemia mundial y ningún país se encontraba preparado económicamente para una contingencia tan alargada así como con un sistema de salud en óptimas condiciones.

A continuación, se presenta una tabla comparativa del número de decesos y número de médicos por habitante de varios países, incluyendo a países desarrollados, en vías de desarrollo y subdesarrollados:

Como puede verse el número de decesos no es equivalente al número de médicos por cada 1000 habitantes y el factor del posicionamiento económico de cada país queda en segundo plano. La situación de la pandemia tiene un tinte claramente político, las decisiones de los dirigentes afectan enormemente el bienestar común.

La falta de insumos

A lo largo de la batalla contra el COVID 19 en el país, médicos, enfermeros y personal sanitario han denunciado las carencias de los insumos más elementales: guantes quirúrgicos, cubrebocas tipo N95 y trajes protectores.

Gibran Gómez Hernández enfermero del Hospital Civil viejo recalca que el manejo de los profesionales de la salud es con bastante riesgo, pues el material necesario para protegernos del virus tiene ciertas especificaciones y no estamos ni cerca de lo básico.

En seguida se presentan las recomendaciones para Equipo de Protección Personal (EPP) para el personal de salud para las áreas de Urgencias, Hospitalización, Unidades de Cuidado Intensivo, Salas de cirugía y Consulta externa:

Fuente: Ministerio de Salud de Colombia.

Ante la ausencia de estos materiales, el personal de salud ha decidido conseguir por su propia cuenta lo necesario para su protección al momento de trabajar, comprando mascarillas de albañil o caretas en ferreterías y centros de equipo de construcción.

¿Héroes nacionales?

Mientras en otros países el arduo trabajo de los enfermeros, enfermeras y médicos es reconocido con aplausos, que bien no les otorga ninguna certeza, en nuestro país la realidad parece ser otra. La mayoría de los trabajadores de la salud conocen a algún compañero que ha sido víctima de ataques directos.

Juan Carlos Ochoa, enfermero del Hospital Civil comenta que muchos compañeros han sido atacados, sobre todo al salir del trabajo, se les ha aventado cloro. A un compañero lo golpearon muy fuerte, a otra compañera le aventaron cloro en un ojo.

Ante esto, las instituciones médicas han tenido que optar por diversas medidas de precaución, tales como: procurar que su personal vista de civil al salir de casa y al llegar a su lugar de trabajo se coloque el uniforme. Apenas hace unos días a raíz de un incremento en las agresiones, el gobierno facilitó transporte exclusivo para los traslados de diversas dependencias sanitarias.

El jueves 23 de abril, el Congreso del Estado de Jalisco aprobó la modificación del Código Penal en el que se tipificó como crimen de odio los ataques físicos a médicos, enfermeras y enfermeros.

El síndrome del Burnout médico

A pesar de los ataques, las largas jornadas laborales y el estrés y ansiedad bajo el cual se encuentran los trabajadores de la salud, son muy pocos los que reciben atención o acompañamiento psicológico.

El síndrome de agotamiento por estrés o síndrome de Burnout es un estado emocional que se acompaña de una carga de estrés que eventualmente impacta la motivación interna, actitudes y la conducta de quien lo sufre. Dicho padecimiento puede presentarse en la mayoría de los profesionales o personas que lleven a cabo un trabajo pesado o durante largas jornadas. Los médicos y personal de salud son unos de los principales en desarrollar este trastorno.

En una consulta documental con la Lic. en Psicología Fátima Hernández, se descubrió que existen dos principales características del Síndrome de Burnout. La primera es el agotamiento emocional, donde el profesional empieza a manifestar emociones, actitudes, pensamientos y sentimientos inadecuados que pueden volverse crónicas. La segunda característica es la despersonalización, donde se desarrolla una imagen pobre de las personas que intentan ayudar, las tratan mal o las hacen sentir poco valoradas.

Marcela Sepúlveda, médico residente expresa que entre sus compañeros de trabajo muchos comentan el temor de contagiar a sus familiares si se llegaran a contagiar ellos. Sé de algunos que incluso están durmiendo separados de su familia para no exponerlos.

Es importante tener en cuenta que en el Síndrome de Burnout, la mujeres son más propensas a presentar agotamiento emocional, mientras los hombres presentan en mayor manera la despersonalización, pero en general el sector joven es mayormente propenso al igual que las personas solteras o casados sin hijos.

El acompañamiento psicológico al personal de salud debería ser imperativo durante jornadas arduas de trabajo, concluye Fátima.


Todo esto evidencía que a lo largo del globo los sistemas de salud, incluso, los de países más desarrollados, no se encuentran lo suficientemente capacitados en materia de instalaciones, insumos y protocolos que resguarden física y psicológicamente a sus trabajadores.

La ética, profesionalismo y vocación son el motor del personal de salud en esta próxima crisis que afrontará tanto el sector público como el privado, comenta Gibran.

A la par de las múltiples incertidumbres que como sociedad afrontaremos a futuro debido al COVID-19, se deben repensar los protocolos internos de salud para así poder asegurar mejores condiciones laborales que a su vez den como resultado un servicio eficaz y organizado.

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En este link podrán leer más de la autora de este texto: https://medium.com/@alegac95

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