Imaginar y construir la paz

En pie de PAZ

Por Carmen Chinas / @carmenchsa

Antes que nada, quiero agradecer a ZonaDocs por crear un periodismo comprometido con los derechos humanos y abrir un espacio de reflexión sobre la construcción de paz. En “Pie de Paz” refiere una idea que muchas personas abrazamos y es la de comprometernos a una participación activa en cada uno de los espacios en que incidimos para cuestionar las violencias presentes en nuestra sociedad y realizar propuestas que contribuyan a vivir en un mundo en que la dignidad y bienestar del ser humano sean prioridad. La socióloga Elise Boulding nos dice que la imaginación da el poder de actuar en favor del cambio social y poner en marcha aventuras pacíficas constructivas. 

La paz puede ser comprendida de muchas maneras, incluso se utiliza el plural para referirse a ella (paces).  Podría abordarse desde un ámbito personal vinculado a la armonía y la relación con la naturaleza hasta aspectos de geopolítica como el fin de una guerra o solucionar un conflicto armado interno. A partir del acercamiento que he podido tener en el trabajo académico y en la coordinación local de un proyecto denominado “Laboratorio Visiones de Paz. Transiciones entre la violencia y la paz en América Latina” que forma parte del Centro de Estudios Latinoaméricanos Avanzados CALAS, la idea de paz se acerca a comprenderla como un proceso que varía y se ve afectado por diversos factores políticos, sociales y discursivos. Así, el concepto de paz está determinado además de cuestiones históricas, por etnia, género, clase social, identidad sexual y condición económica; en el caso particular de América Latina por un pasado colonial de saqueo y dominación que sigue marcando a nuestra región y un presente en el que prevalecen imposiciones del capital trasnacional por encima del bienestar de los pueblos.

Así, la violencia en que vivimos en el día a día tiene una compleja explicación, desde una estructura económica que propicia la exclusión y desigualdad de la mayoría de los habitantes de nuestro país, hasta un sistema social en el que prevalece un dominio patriarcal que lleva a muchas formas de violencia contra las mujeres. Por ejemplo, con relación a la inseguridad, la llamada “guerra contra el crimen organizado” impulsada en México entre 2006 y 2018 dejó una estela de dolor que parece no tener fin, pues además de gestarse impunidad y corrupción que brindaron un marco propicio para las actividades ilícitas, destaca el tema de fondo, que son los grandes capitales generados en torno a los llamados delitos de alto impacto y el tráfico de drogas.  Es el caso también de las graves violencias que se han vuelto cotidianas, el informe de búsqueda e identificación de personas desaparecidas presentado por el Gobierno Federal a principios de octubre del presente, señala que en lo que va del sexenio una de cada cuatro personas desaparecidas en el país y que no han sido localizadas (25.8 por ciento) es de Jalisco, entidad en la que se encuentran la mayor cantidad de fosas clandestinas.

¿Cómo podemos pensar la paz en medio de tantas violencias?

Quizá la respuesta inmediata sea la idea de la mano dura, la paz negativa (impuesta por el imperio de la fuerza), aquella concepción weberiana que de muchas formas se ha usado para justificar la represión y que es el llamado “uso legítimo de la fuerza” por parte del Estado; sin embargo, las amargas lecciones de los gobiernos de Peña y Calderón en el tema de seguridad nos alertan que ese camino nos lleva a la pérdida de vidas inocentes llamadas absurdamente “daños colaterales”  y criminalizar a las víctimas.

Desde la idea de una paz positiva y siguiendo a quien formula el concepto de violencia estructural más reconocido (Galtung), la paz está íntimamente relacionada con la justicia social; de esta forma, la paz sólo es posible a partir de resolver las necesidades humanas fundamentales, el bienestar, libertad, el respeto a los derechos humanos, el derecho a la identidad. Esa mirada de la paz es la que urge desarrollar en un país como el nuestro, empezando por cuestionar la enorme disparidad en la distribución de los recursos, pues mientras una minoría acapara la riqueza, la inmensa mayoría carece del mínimo indispensable para alimentarse.

Considero importante destacar la idea de la paz transformadora (Ramos Muslera), pues es aquella que nos compromete y que implica el accionar comunitario, que se entiende como un constructo en permanente transformación que se desarrolla cuando logramos implementar otros modelos de vida en nuestras familias, comunidades, sociedad y en los sistemas políticos que faciliten el desarrollo integral de las potencialidades humanas del conjunto de la población. Desde esta idea se articularían la dimensión personal, social, estructural y ambiental para construir una sociedad equitativa, incluyente y dialogante; así como un sistema político y económico que se encuentre en armonía con la naturaleza y propicie el beneficio de todas las personas, en el que la riqueza no sea acaparada por unos cuantos.

Pensar la paz desde la justicia, a partir del compromiso personal y comunitario para transformar el orden económico, político y social que propicia las desigualdades es un desafío que vale la pena realizar.

Referencias

Leticia Hidalgo del colectivo FUNDENL (busca a su hijo Roy), se refiere a ello en un diálogo realizado en abril de 2018 con Margarita Zavala respecto a los daños provocados en el sexenio de Calderón “Margarita: no son daños colaterales, nosotros les llamamos hijos”.

Violencia cultural. Galtung, Johan  (2003). Colección Cultura profunda y cultura de conflicto. Gernika-Lumo: Gernika Gogoratuz. Documento nº14. https://www.gernikagogoratuz.org/portfolio-item/violencia-cultural-galtung/

Paz Transformadora (y participativa). Teoría y Método de la Paz y el Conflicto desde la perspectiva sociopráxica. Esteban A. Ramos Muslera. Honduras, 2015. https://iudpas.unah.edu.hn/area-de-paz/publicaciones-area-de-paz

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En pie de paz
En pie de paz
Es una columna colaborativa que busca colocar en el debate público la relevancia de la cultura y educación para la paz. Esta columna es escrita por Tzinti Ramírez, Carmen Chinas, Laura López y Darwin Franco.

13 COMENTARIOS

  1. Que Es La Cultura De Paz : Tratan de solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas y las naciones..
    En los últimos sexenios se ha promovido la cultura como una herramienta para contrarrestar la violencia en el país. Educar para el respeto cultural, la reconciliación y solidaridad. La cultura de paz impulsa el convencimiento en el aula y en la institución escolar ,ya que estas son un espacio privilegiado para fomentar nuevos patrones culturales de reconocimiento y valoración de la diversidad y prácticas de interrelacionamiento humano basadas en la solidaridad, el respeto, la. A través de diversas actividades .La cultura de paz es una respuesta a todas esas amenazas, una búsqueda de soluciones que no pueden imponerse desde el exterior sino que han de provenir de la la cultura de paz sólo puede tener éxito en un contexto de entendimiento mutuo y de concepción abierta y activa de la diversidad.

  2. GRACIA POR TAN BUENA INFORMACION ESPERO PODER AYUDAR A DIFUNDIR, PARA HACER LLEGAR SU MENSAJE TAN CLARO Y ENTENDIBLE PARA LAS COMUNIDADES QUE NOS RODEAN.
    EN GENERAL MUY COMPLETA Y BUENA

  3. Construir una Cultura de paz, desde el ámbito personal y familiar, vinculados a través de la cotidianidad del trato, afectado por una violencia negativa y el arraigo de formas patriarcales difíciles de deconstruir, en este entorno cercano. aplicar esfuerzos para generar mejores condiciones de educar integralmente a través del aprendizaje sustentado en el conocer nuestro ámbito, de hacer para resolver conflictos, de ser, con autonomía crítica y de aprender a colaborar y vivir juntos ¿Cómo entonces podemos aportar a un enfoque que nos permita construir una cultura de paz? retomo entonces, ese compromiso personal de aportar en la transformación de mi comunidad, aplicando el concepto de una paz trasformadora como una opción viable de alcanzar esa mirada de paz tan anhelada.

    • La violencia negativa que mencionas Gloria, refleja una aparente calma, sin embargo cuando el conflicto estalla es particularmente destructor.

  4. Coincido plenamente lo dicho por Carmen ya que la construcción de un verdadero camino hacia la paz, transita necesariamente por la educación. Pero no una educación como la que hasta ahora hemos desarrollado y que genera al interior del proceso áulico la competencia y no la cooperación. La educación tiene que favorecer el desarrollo de 4 pilares fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos con los demás, aprender a ser. En mi ámbito de trabajo, la escuela, ese debe ser el compromiso y la manera de solucionar los conflictos debe ser mediante el diálogo, es por ello que se adopta la propuesta impulsada por la Defensoría de los derechos universitarios de crear en cada plantel centros de paz e impulsar mediante la capacitación continua la mediación del conflicto.

  5. me gustaría que se llevara a cabo estas reglas de paz a la sociedad doliente que vive en la pobreza extrema, en situación de calle y violencia familiar y social soy voluntaria en repartir despensas para ayudar a familias de bajos recursos económicos y veo la gran desigualdad social económica y abandono de niños y personas de la tercera edad.

  6. totalmente de acuerdo en la construcción de un camino a la paz atravez de la trasnformacion por la educación que llegaria a todos los niveles sociales y evitar la violencia negativa que solo es una apariencia de calma social

  7. La educación de la paz se inicia desde casa enseñando a tener tolerancia y una buena comunicación para así lograr una paz para todos. La cultura de paz como forma de vida (valores, acciones, concepciones) y como educación y cultura (transversal, amplia y multidisciplinar). En la Educación se ha incurrido, en ocasiones, en el error de minimizarlo a la ausencia de violencia o a la utilización de medios alternativos para la solución de controversias o conflictos.
    La Cultura de Paz es una forma de vida, por lo que la Educación para la Paz debe reflejar esa amplitud conceptual.

  8. La cultura de la paz vista como una solución a la no violencia, cubriendo las necesidades del individuo para poder erradicarla viendo también desde aspectos como la política, la historia, la identidad social y la psicología de cada individuo como un ser pensante e inconsciente de sus actos. Mucho de su comportamiento un aprendizaje autónomo producto de experiencias pasadas no comprendidas, que se han transmitido a otras generaciones.

  9. Desde la escuela se puede hacer mucho por fomentar en las nuevas generaciones una cultura de paz, sin embargo en ocasiones lo que los alumnos aprenden y viven en la familia es totalmente contrario a lo que se quiere vivir en la escuela; para evitar esto pienso que deberían fortalecerse instituciones que ayuden también a los padres de familia a entender y a aprender lo que es una cultura de paz.

  10. La cultura de paz, desde la cotidianidad, en la casa, calle y comunidad donde habito, tratandome y tratando a los demas de forma digna (la dignida, es nuestro primer derecho y el valor que tenemos como persona), de forma horizontal en los diferentes ambitos cotidianos donde me desarrollo y transformo. Asumiendo la responsabilidad personal y social de contribuir a las paces.

  11. Estamos tan necesitados de esta cultura de paz, que pareciera una tarea casi imposible de cumplir. Pero si comenzamos a educar desde la paz en las escuelas creando espacios seguros para la convivencia y desarrollo de las y los niños, la soceidad se verá favorecida y los cambio podran volverse más notorios al pasar de los años.

  12. En Michoacán, de donde soy originaria y resido en Morelia, día a día se escuchan historias y se difunden noticias sobre los tres tipos de violencia (directas, estructural y cultural), pero más la directa, esto desde que empezó la “Guerra contra el crimen organizado” y se podría decir de eso hace casi ya dos décadas, la ciudadanía en diversos puntos del Estado tuvieron la necesidad de crear grupos civiles armados para proteger sus comunidades , ya que la violencia directa a llegando a ser muy sanguinaria y sin nada de valores donde hay muchas pérdidas de vidas tanto de hijos, hermanos, madres, padres y muchas veces. Creo que a veces cuando escuchamos este tipo de noticias o vemos que en la esquina de tu casa ya dejaron otro “embolsado” vas perdiendo esa sensibilización de asombro, de solidaridad, respeto a derechos humanos y nosotros mismos vamos creando esa violencia simbólica.

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