Jalisco en primer lugar en desapariciones, ¿alerta o eficiencia?

Manos Libres

Por Francisco Macías /@pacommedina

Foto: Mariana Parra / @MarianaParraMa1 

Hace apenas unos días, Zona Docs reportaba los resultados de la actualización del Informe de Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas realizado por la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y la Comisión Nacional de Búsqueda, (ver nota), que arrojaba el primer lugar para Jalisco en desapariciones y exhumaciones de cuerpos de fosas clandestinas en el país.

Más que describir todos y cada uno de los números sobre personas desaparecidas, en lo que se refiere a denuncias o cuerpos exhumados y de la geografía de un horror interminable, resalta la necesidad de hacer un alto para reflexionar algunos aspectos derivados de dicha información.

Hay que observar el contenido del informe como resultado de las constantes acciones criminales en más de dos sexenios y que las incipientes transiciones a la democracia -una nacional y otra local-, no han logrado detener o disminuir el número ni la gravedad de los casos, aún con la llegada de otros partidos y actores políticos.

En materia de seguridad pública, procuración y administración de justicia, se pasó en estos casos de una especie de dictadura punitiva que imponía el silencio, la amenaza y el control “de los daños colaterales” a un superficial reconocimiento en el discurso, pero sin cambio en las estructuras.

Actualmente existen dinámicas distintas y contradictorias, ya que se habla de inversiones, cooperación internacional, contratación de asesores, reestructuración de las áreas y apertura en la selección de funcionarios, pero al mismo tiempo se prioriza la administración de los datos, la eficiencia de los mismos con un afán falso de transparencia, como si fuera una aplicación informática que solo puede dar cuenta de los usuarios, pero no de los que no se encuentran registrados dentro del “sistema”, los cuales por cierto son los más.

Los operadores cumplen con su función de comunicar lo que su realidad les indica: número de fosas, cuerpos, personal dedicado a ello, pero no de macro contextos que originan la criminalidad para buscar prevenirla, sus dinámicas, conexiones, geografías e incluso selectividad de víctimas. 

La regla es que todo tiene que ser deducido indirectamente – por los medios de comunicación, las familias, personas defensoras e interesadas-,  ya que el hecho es que el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, procesa menos evidencia y tiene a su cargo muchas más víctimas esperando justicia que cuando se convirtieron en un acumulador delictivo; mientras tanto, el MP especializado se acostumbra más a los indicadores de gestión, como el relacionado con los anuncios relacionados con el calendario de apertura de fosas, que a rendir cuentas sobre el vergonzoso 1% de carpetas de investigación que logra judicializar (Mural).

En síntesis, si se quiere hacer un ejercicio de observación, los lugares a los que hay que acudir para conocer la realidad, los encontramos en las manifestaciones de los colectivos de familias de desaparecidos, las cuales cada vez más nos hacen entender que el horror se ha regionalizado y que el origen tiene que ver con grupos fortalecidos institucionalmente por las omisiones y la impunidad. 

Otro de los lugares que se han vuelto indispensables, son los informes de organizaciones civiles como el CEPAD o la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), así como el trabajo de universidades como el ITESO a través del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia Francisco Suárez, los cuales buscan avanzar en la construcción de lo nuevo. 

Es urgente reconocer que los medios ordinarios pueden ayudar -foros, compromisos, participar en los sistemas-, pero se requieren de mecanismos extraordinarios que agilicen la llegada de la justicia en Jalisco.

La reciente admisión de una solicitud por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU por el caso de varias mujeres trans desaparecidas o la promovida ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para abrir el acceso a las familias a los foros sobre la   legislación relacionada con las desapariciones en Jalisco, son ejemplo de acciones de esperanza  que debemos apoyar y acompañar.

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Francisco Macías Migrante de experiencias, observador de barrio, reflexiono temas de derechos humanos.

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