Arte contra el acoso callejero: porque la calle y las redes también son nuestras

La Hilandera

Por Rosario Ramírez / @la_hilandera

Ilustraciones  Las femininjas 25 y Morras Chidas Rotulando 

El movimiento feminista ha tenido un boom considerable en los últimos años, y una de sus diversas contribuciones es que ha visibilizado y nombrado los diferentes tipos de violencia que las mujeres experimentamos en ámbitos privados y públicos. Estas experiencias, que anteriormente se vivían desde el silencio, hoy se gritan, se nombran, y se plasman en las calles como un modo de exigencia de justicia ante la violencia machista y selectiva. Uno de los efectos de esta visibilización es que hoy se hable de las “formas”, de las maneras correctas de expresión de la inconformidad, y de la impronta de volver al silencio y a la casa bajo el argumento de que “la violencia no se combate con más violencia”. Lo cierto es que, ya sea desde una denuncia o desde una pinta, las mujeres han y hemos encontrado formas creativas para ser escuchadas, y la calle sigue siendo uno de esos lugares donde nos acuerpamos, coincidimos, y nos reconocemos. Porque sí, la calle también es nuestra.   

Las manifestaciones feministas han sido fuertemente criticadas por su carácter “radical” y por una forma de protesta que ha sido mal leída como “violenta”, principalmente por la forma de reapropiación de las calles y edificios públicos a través de graffitis, carteles, stickers, grabados, con mensajes directos y contundentes contra los distintos tipos de violencia y acoso. Sin embargo, para el movimiento, estas formas de intervención han sido útiles para gritar con algo más que la voz y para dejar una huella en la memoria y en los espacios públicos; y es aquí donde el arte urbano y el graffiti se han convertido en herramientas esenciales. Después de la marcha del 8M de este año, donde miles de mujeres de todo el país salimos a las calles, llegó una pandemia que nos implicó un repliegue obligatorio a nuestros hogares, entonces ¿cómo seguir visibilizando las exigencias de un movimiento que comenzaba a ocupar los espacios públicos en un contexto como este? La respuesta más pronta fue a través del desplazamiento hacia plataformas digitales.

A partir de varias herramientas como street view, y aplicaciones como Facebook e Instagram (por mencionar algunas) es que las mujeres comenzamos a conectarnos para crear redes frente a la violencia que no se frenó con la pandemia y el encierro; y fue ahí donde surgieron movimientos, colectivos y proyectos con el propósito de seguir nombrando distintos tipos de violencia a través del arte y por medio de las redes sociodigitales. Uno de estos proyectos fue la exposición titulada Morras Chidas Rotulando, quienes convocaron a más de 200 mujeres de distintos espacios geográficos y, desde el bordado, tejido, dibujo e ilustración, pusieron en marcha los hilos, agujas, papel, tela y colores para dar a conocer las implicaciones de ser mujer en una sociedad machista y hablar sobre el acoso sexual callejero, la violencia intrafamiliar, los feminicidios y la resistencia desde las periferias a través de sus obras.  

Otro proyecto emergente son las @hilazas.rebeldes, cuyo lema dicta Construimos espacios, redes de apoyo y luchas. Lo hacemos en las calles, con los hilos, con el arte y tomadas de la mano. ¡La matria somos todas!”. Esta iniciativa convocó a diversas bordadoras para donar sus creaciones, y lo recaudado sería destinado al apoyo de la okupa de la CNDH de la Ciudad de México y a varios puntos del Estado de México. Por otro lado, a través de las redes y en los días previos al 28S, circularon intervenciones digitales en espacios públicos a partir de fotografías y con ayuda de street view, donde se mostraban edificios intervenidos -plazas públicas, edificios gubernamentales, catedrales, escuelas- con mensajes a favor de la justicia reproductiva, la no criminalización de las mujeres y el derecho al aborto. 

Hablar de acoso callejero durante el confinamiento hacía parecer a esta forma de violencia  un asunto menor o un acto que se vería disminuido en ocurrencia; sin embargo, de la voz de la creadora del proyecto Las femininjas 25 :

“un día al salir a la calle pude percibir dos cosas: la primera es que quienes permanecieron en las calles eran los hombres, ya que las mujeres, de nuevo, quedaron encargadas de los cuidados, de los hijos, de los enfermos y de la casa; y la segunda es que el acoso callejero no distingue de pandemias, de trabajo, y de actividades esenciales. En un trayecto de menos de 10 minutos presencié y recibí acoso de manera recurrente. Porque salir a la calle parece un acto de resistencia y de valentía también por estas vivencias, y hacerlo para visibilizar el acoso que nos tiene hartas es algo que no podemos dejar de hacer”

A partir de esta experiencia y de trabajos de investigación sobre el acoso callejero, nace el proyecto de “Las femininjas 25”, que parte de una convocatoria que invita a que las mujeres usen al papel, los colores, el cursor, los hilos, los stickers o el aerosol como una herramienta para visibilizar el acoso desde el arte, y utilizando las puertas y ventanas de su propia casa para conformar una galería de protesta digital contra el acoso sexual callejero. 

Sin duda el desplazamiento de las formas de protesta hacia plataformas digitales ha alcanzado dimensiones que hasta hace unos meses no habríamos advertido, pero esto ha permitido, por otro lado, la resignificación de lo privado y las acciones cotidianas también como espacios y actos de protesta y resistencia. El arte, ante la violencia que no cesa aún en tiempos inestables y de incertidumbre, sigue accionando como uno de los medios para hacer llegar mensajes potentes a cada vez más personas a través de plataformas más allá de las calles y museos. Porque las mujeres siguen y seguimos haciendo redes de apoyo, seguimos bordando, tejiendo, escribiendo e interviniendo nuestros espacios no como un acto esperado o característico de nuestro género, sino como un modo de ser, resistir y hermanarnos aún en la distancia y aún en espacios digitales. Porque sí, también la red es nuestra. 

¿Quieres conocer más sobre estos proyectos y sus convocatorias? Entra a: 

https://www.instagram.com/las.femininjas.25n

https://www.instagram.com/hilazas.rebeldes/ 

https://www.instagram.com/morras_chidas_rotulando/ 

y en Facebook búscalas como: Las femininjas 25 y Morras Chidas Rotulando 

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La Hilandera
Rosario Ramírez Morales Antropóloga conversa. Leo, aprendo y escribo sobre prácticas espirituales y religiosas, feminismo y corporalidad.

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