¡Justicia para Lili! Un feminicidio en Jalisco sin tipificar

Ana Lilia Aceves Huerta fue asesinada violentamente dentro de su casa por quien presuntamente en ese momento era su pareja; a más de dos años de los hechos, su muerte no ha sido tipificada como un feminicidio y el asesino permanece en libertad.

Esta es la historia de “Lili” como amorosamente le nombra su familia y seres queridos; ésta es la historia de una de las cientos de muertes violentas de mujeres que, en Jalisco, producto de la omisión, la negligencia y la mala praxis de ministerios públicos, jueces y del propio sistema de procuración de justicia, no han sido consideradas como feminicidios y por ende, sus perpetradores permanecen en la impunidad.

Por Dalia Souza / @DalhiaSouza

Su nombre, su imagen y sus fotografías permanecerán presentes día y noche para quien le abrazó y le vio por última vez; pero también, lo hará para quienes hoy conocen su historia.

Ana Lilia Aceves Huerta, “Lili”, como le dicen cariñosamente en casa, tenía 45 años recién cumplidos, trabajaba como auditora en la Contraloría del Estado de Jalisco y por las tardes dedicaba su tiempo a la venta de productos Betterware.

Antes de graduarse de la licenciatura de Administración de Empresas, dedicó varios años de su vida adolescente al modelaje, incluso, relata su madre con orgullo, quedó entre las 15 finalistas del Certamen Señorita Jalisco en 1988. Su ternura, sus ojos y los abrazos con amor que solía repartir entre sus hermanos, transmitían calma y esperanza, así la recuerda su hermano mayor, quien precisa que, todavía, antes de que le arrebataran la vida, podía percibirse en ella las ganas de seguir luchando.

Desde niña fue “muy pacífica”, responsable en la escuela y con sus tareas, amaba bailar y cantar. Fue en la secundaria que desarrolló el gusto por el modelaje, eso la llevó a participar en varios concursos de belleza donde su madre era la encargada de ayudarle a buscar sus vestidos y sus trajes para las pasarelas. Creció un poco más y tomó la decisión de casarse con el padre de sus tres hijos. A pesar de que su vida como esposa fue difícil, fue capaz de salir adelante, reconoce su familia.

Trabajaba como auditora en la Contraloría del Estado de Jalisco por las mañanas, y por las tardes, se montaba en su bicicleta y se ponía a repartir productos de venta por catálogo por toda la colonia San Andrés en Guadalajara. Lili, tenía el cargo de coordinadora en la compañía Betterware, así que, con el tiempo y gracias a su perseverancia, logró ganarse uno que otro mueble y electrodoméstico que le permitieron amueblar su casa de soltera y hasta hacer algunos viajes. Aquella bici se convirtió en un carrito y poco a poco parecía que todo iba adaptándose a lo que ella deseaba: ser independiente y salir adelante con sus hijos.

Ana Lilia Aceves Huerta “Lili”. Fotografía cortesía de la familia Aceves Huerta

45 años recién cumplidos

De fondo puede escucharse el canto de los canarios de la madre de Lili; cuatro pequeños pajaritos que armonizan el momento y contrastan, con la narración de los recuerdos pasados de una vida que antecede la tragedia que se las arrebató.

Cantan y comienza la narración. Cantan como quien reclama justicia a un feminicidio que ni siquiera ha sido tipificado como tal.

Ana Lilia Aceves Huerta había cumplido 45 años un día antes de que le arrebataran la vida. Cuando su madre y hermana encontraron su cuerpo sin vida dentro de su propia casa, no quedó más que llamar a la policía y tratar de encontrar respuestas:

“El día primero de octubre de 2018, aproximadamente a las 19 horas es encontrada por mi mamá y mi hermana. Es encontrada en ese momento y en ese momento es reportada… Y bueno, se presenta personal del Servicio Médico Forense, hacen sus trabajos y levantamientos y a partir de ahí empezamos a preguntarnos qué fue lo que pasó, no teníamos idea de qué había pasado, qué era lo que estaba ocurriendo con mi hermana, si había alguna relación o si había algo relacionado con su trabajo”.

Al lugar llegó personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) y de la Agencia de Homicidios Dolosos de la Fiscalía del Estado de Jalisco. Como suerte de funcionarios públicos que bien conocen y hacen de la procuración de justicia una labor automatizada: atendieron el llamado, llegaron al lugar, hicieron las “diligencias correspondientes”, se llevaron el cuerpo de Lili y abrieron la carpeta de investigación 101785/2018 para continuar con las indagatorias bajo el delito de homicidio.

La justificación que esta familia ha recibido luego de dos años de pugnar porque el caso sea tipificado como un feminicidio, fue, a decir, del Ministerio Público que llevaba la investigación, una situación de casualidad pues “ese día estaba de guardia”:

“Yo suponía que sería canalizado el caso. En un principio yo preguntaba al MP por qué si el caso tenía todos los elementos para ser considerado un feminicidio, no se estaba llevando en la dependencia especializada. Lo que el MP me dijo es que: “como yo estaba de guardia ese día que asesinaron a tu hermana, a mí me asignaron el caso”. Y ya, esa fue su respuesta”.

Según establece el Protocolo de Actuación con Perspectiva de Género para la Investigación del Delito de Feminicidio en el Estado de Jalisco, “todo caso de muertes de mujeres, incluidas aquellas que prima facie parecieran haber sido causadas por motivos criminales, suicidio y algunos accidentes, deben analizarse con perspectiva de género” esto con el objetivo de “determinar si hubo o no razones de género en la causa de muerte”.

Sin embargo, el crimen que cometieron contra Lili fue tomado por las autoridades como un homicidio más dentro de la agencia. Los funcionarios obviaron en el proceso, elementos fundamentales que, les hubiesen permitido identificar patrones o prácticas que evidenciaban el contexto de violencia y vulnerabilidad por razones de género que experimentaba, y que fueron presentados por sus familiares como pruebas.

En cuanto a las labores periciales, el Protocolo también establece que, en los casos de muertes de mujeres, deben llevarse a cabo peritajes específicos que permitan determinar si el cuerpo de la víctima presenta alguna muestra de violencia y, de manera específica, violencia sexual.  No obstante, pese a que la familia reconoce que Lili fue víctima de agresiones y violencia sexual, desconocen si esta información se encuentra contenida en el peritaje que se le realizó.

“Se tiene el peritaje pero no vi los resultados, no sé qué elementos estén ahí, hubo violencia física, sexual, emocional con las declaraciones que se tienen de la psicóloga de mi hermana. Desde el principio fue un feminicidio y las autoridades no canalizaron la investigación a donde correspondía, se quedó en homicidios dolosos”

Si bien, en este mismo documento, se señala que, cualquier tipo de muerte violenta en el caso de mujeres, deberá ameritar el inicio de una investigación como probable feminicidio, en el caso de Lili, las investigaciones policiales y ministeriales han omitido nombrar y clasificar su muerte bajo el nombre y el tipo legal que corresponde: feminicidio.

Un feminicidio con carpeta de investigación en la

Agencia de Homicidios Dolosos en Jalisco

Tras el cambio de gobierno, en mayo de 2019, otro MP es asignado a la carpeta de investigación y, a decir de esta familia, “viene a retrasar todo”:

“Incluso tengo problemas de comunicación. Me decían que sólo podía atendernos si lo íbamos a ver. Después de tanta insistencia solamente dos veces lo encontré en su oficina. Él venía de otra área y en lo que se enteraba de cómo estaba la carpeta, no había ningún avance y ningún contacto con él”.

En una de esas dos ocasiones, el nuevo Ministerio Público asignado les aseguró que, con “el cambio de gobierno se estaban recanalizando las carpetas para estar en otras dependencias” y que, “estaban viendo la posibilidad de enviarla –la Carpeta de Investigación de Lili- a la agencia de feminicidios” para “ya tener en orden tantas carpetas que tenían acumuladas”.

Cansados de esperar a que los engranajes del sistema de procuración de justicia en el estado caminaran a su favor, la familia de Lili solicitó de manera particular la intervención de un abogado, quien clasificó, en “status de olvido”, la situación en la que se encontraba la Carpeta de Investigación que, presuntamente indaga sobre la muerte violenta –el feminicidio- de Lili.

Elementos de prueba mal llevados e, incluso, labores policiales, ministeriales y periciales no efectuadas en apego al Protocolo de Actuación con Perspectiva de Género para la Investigación del Delito de Feminicidio en el Estado de Jalisco, son algunos de los señalamientos realizados a la Agencia 05 del Área de Homicidios Dolosos dentro del documento presentado ante y sellado por la Fiscalía del Estado de Jalisco, el día 28 de octubre de 2019.

En el documento presentado, se advierte que las investigaciones no se han realizado con base a una perspectiva de género y tampoco exploraron todas las líneas investigativas posibles. Tampoco se dio continuidad al principio que establece que, en los casos de presuntos feminicidios “la determinación eficiente de la verdad en el marco de la obligación de investigar una muerte, debe mostrarse, con toda acuciosidad, desde las primeras diligencias”, acción que fue obviada por las autoridades al continuar las investigaciones bajo el delito de homicidio doloso.

Entre otros señalamientos que se desprenden del análisis realizado por la defensa de la familia, se indica que “no fueron considerados los elementos sobre el hecho de muerte y sus causas”, lo anterior, pese a que el protocolo establece que, ante cualquier forma de muerte violenta de mujeres, “se deberá iniciar la investigación como probable feminicidio”. En ese sentido, se indica que esto no acontece, puesto que, la investigación permanece en la Agencia de Homicidios Dolosos sin que sea una estancia especializada en la investigación de delitos de género.

En el mismo documento se indica que la forma en la que las autoridades llevaron a cabo las diligencias no corresponde a las acciones que se desprenden en una investigación por el caso de un feminicidio; toda vez que, sumado a los elementos expuestos, no se consideró que este caso se encuentra enmarcado y fue perpetrado en un contexto de violencia contra las mujeres.

Por lo anterior, la familia ha solicitado a través de su abogado, “la reasignación de la carpeta de investigación a las agencias especializadas en el Delito de Feminicidio” conforme a lo establecido tanto en el Protocolo de Actuación, como en la Ley Orgánica de la Fiscalía del Estado de Jalisco.

Madre de Lili sostiene su fotografía

 Justicia para Lili

“Estoy en el viento que te acaricia, en las plantas que riegas día a día, en las estrellas que brillan de noche sobre tu hogar, en los pajarillos que cantan en tu ventana… estoy en tu recuerdo y en tu corazón”

Lili fue y será una hija, una hermana, una tía, una madre, una mujer, amada por quienes le conocieron; pero también, es ahora un grito clamoroso que reclama a la Fiscalía del Estado de Jalisco y al Poder Judicial del Estado, reconozcan sus omisiones para que, tipifiquen correctamente y conforme a derecho, el delito que se cometió en su contra y, en función de lo anterior, detengan a su feminicida, quien después de más de dos años continua en libertad.

 “Desafortunadamente han pasado un año tres meses y el culpable está libre, con libertad, y con riesgo de cometer lo mismo que hizo con mi hermana. Esta situación de injusticia estamos esperando se resuelva. Lo único que queremos es que se haga justicia” demanda la familia de Ana Lilia Aceves Huerta, “Lili”, mujer de 45 años, asesinada presuntamente por su pareja el 1 de octubre de 2018 en la colonia San Andrés, en Guadalajara, Jalisco.

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Dalia Souza
Dalia Souza
Periodista apasionada de la radio, comprometida con quienes resisten en la exigencia de verdad, memoria y justicia. Creo que el periodismo es una herramienta para construir paz y cambio social.

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