El Día de la Salud Menstrual va más allá de la sangre y la intimidad

Cada 28 de mayo desde 2014 se conmemora el Día Internacional de la Salud Menstrual. La pedagoga menstrual, Danielle Orendain, y la experta en educación sobre el tema, Thalía Luján, explican que la fecha es una oportunidad más para sacar el tema de la intimidad y reconocerlo como algo social, político y económico que, además, tiene que ver con mucho más que la sangre.

Por Ximena Torres / @ximena_tra

Ilustración Orne Laezza

Este 28 de mayo se celebra por séptimo año consecutivo el Día Internacional de la Salud Menstrual, que, aunque originalmente era el “Día de la Higiene Menstrual”, las pedagogas y especialistas en el tema se han encargado de resignificar la fecha.

Todo comenzó en 2014, cuando por primera vez en el marco de este día, la organización alemana sin fines de lucro, WASH United, coordinó actividades internacionales encaminadas a enfrentar la pobreza menstrual, el estigma y los tabús.

Sin embargo, como explican la pedagoga menstrual Danielle Orendain y la experta en educación menstrual, Thalía Luján, la palabra “higiene” se relaciona con algo sucio, impuro y que debe limpiarse, y el ciclo menstrual no es así, sino que está conformado por fluidos que, así como el lubricante de los ojos, el sudor y otros, permiten mantener la salud en el cuerpo.

El 28M tampoco es un día dedicado a que las grandes empresas, que venden productos desechables para los días de sangrado, lucren con los procesos de las personas menstruantes y los limiten a alternativas inalcanzables, sobre todo para quienes se enfrentan a una situación de pobreza.

Lo que sí es el Día Internacional de la Salud Menstrual, es una fecha para sacar la menstruación de la intimidad y, al contrario, reconocerla como un tema social, político y económico, como dice Danielle.

Igualmente es una celebración para recordar que menstruar no solo es sangrar, es un ciclo con cuatro fases en las que ocurre mucho más que el desprendimiento del endometrio, explican las dos entrevistadas. Conocer cada una de estas etapas es identificar lo que sucede en el cuerpo en términos de salud, porque según Thalía Luján “la menstruación habla”.

Para quienes menstrúan, la fecha también es conocerse, permitirse sentir, descansar sin culpa y demandar sus necesidades dentro de los espacios que ocupan como el trabajo y la escuela. Y finalmente, es elegir, en la medida de lo posible, las herramientas y productos para gestionar el ciclo que mejor se acomodan a la experiencia de cada persona.

Y es que existen maneras muy diversas de vivir la menstruación. Así como hay quien acepta y abraza el proceso, otras personas lo viven como experiencia desagradable debido al contexto en el que se encuentran, “porque hay burlas, porque nunca les hablaron del tema, no tienen los productos para gestionar el proceso, existen los trastornos menstruales que duelen, hay cambios emocionales, fiebres, mareos, desmayos y deshidratación” explica Danielle Orendain.

Así es para muchas de las personas en situación de calle y quienes se encuentran en un centro penitenciario, pero también para quienes viven en la periferia y son racializadas. Y el discurso que romantiza la menstruación, en lugar de empoderarlas, invalida sus experiencias.

“Si yo les digo a estas morras que acompaño ‘¡ay no! Pero es que tú tienes que sentirte muy chida en tu menstruación porque es algo natural’, también estoy invalidando sus procesos. Sí que chido que queramos ver el tema como algo natural, pero no es justo que no escuchemos a las personas que dicen que odian menstruar” agrega Danielle.

Según la investigación que Thalía Luján ha hecho, la desinformación y tabúes que causan el estigma en la menstruación son históricos y surgieron con las indagaciones de hombres, que al no comprender el proceso fisiológico, dieron explicaciones incorrectas, moralistas y místicas. Por eso hoy en algunas religiones como la católica y la islámica se prohíbe que las mujeres realicen ciertas actividades en los días de sangrado de su ciclo menstrual.

Así se configura la violencia menstrual, que Danielle Orendain explica como todo aquello que transgrede y perturba la experiencia de las personas en sus procesos fisiológicos.

Una de las maneras más graves en las que se expresa la violencia es a través de la exclusión de sus comunidades contra las mujeres cuando están menstruando, como sucede en Nepal. En México es común presenciarla cuando se le resta importancia a las demandas y sentimientos de las mujeres porque “están en sus días del mes” y en la limitación de oportunidades de trabajo y puestos directivos para personas menstruantes porque sus procesos implican “menor productividad”.

También es violencia que las empresas nieguen días de descanso pagados cuando un trastorno menstrual, como la dismenorrea, incapacita a las personas; el no ofrecer a la población educación y herramientas para gestionar la menstruación desde la niñez; y el ausentismo escolar de menores de edad durante los días que dura su sangrado.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONVEAL) asegura que en 43% de las niñas y adolescentes mexicanas prefieren permanecer en sus casas y evitar sus actividades en las instituciones educativas durante su menstruación por la falta de instalaciones y material sanitario adecuado.

Es decir, la realidad en México no es tan distante a contextos como el de Nepal, pues el aislamiento se hace igualmente presente, aunque por razones estructurales. A eso se le llama pobreza menstrual, que como pedagoga, Danielle recalca que también es una forma de violencia sistemática. Es decir, producida por el contexto y no por una o un sólo individuo.

Thalía Luján explica que hay tres rubros de esa pobreza: la que se refiere a la infraestructura sanitaria insuficiente para gestionar el ciclo menstrual, la que implica el no acceso a productos como toallas, tampones, copas o cualquier otro necesario, y que se relaciona con la falta de información.

¿Qué hay que hacer para enfrentar el estigma, la pobreza y la violencia?

Todas las personas tienen un rol en la búsqueda de una menstruación digna. En lo individual Danielle dice que toca acompañar a otras mujeres y personas que menstrúan desde la empatía y la atención a las necesidades específicas. Si alguien no se siente lo suficientemente informado para hacerlo, la opción es consultar y canalizar a expertas como las entrevistadas.

Desde lo educativo y laboral es necesario crear y asegurar espacios para la gestión del dolor durante la menstruación. Lo ideal es nadie tenga que “aguantarse” para seguir con las actividades cotidianas, ante un proceso que incapacita.

Thalía asegura que el Estado debe cambiar el enfoque educativo que hasta ahora ofrece, en el que solo se enseña sobre la reproducción y el sangrado. Que ahora es necesario que abarque el ciclo menstrual en la totalidad de sus etapas, y de manera urgente, que se ofrezcan productos para la gestión del sangrado de manera gratuita a todas las personas que lo necesitan. Lo mismo con la infraestructura sanitaria.

Es trabajo de la sociedad en conjunto deconstruir los mitos sobre la impureza, el riesgo o la suciedad de la menstruación. No se puede exigir a las mujeres y personas que viven este proceso que lo hagan por su cuenta si en el contexto real hay quienes les señalan, estigmatizan y excluyen.

En esta lucha las pedagogas y educadoras sexuales como Danielle y Thalía ya han recorrido parte del camino, al crear nuevas narrativas a partir de sus propias experiencias y las de otras personas menstruantes, que no dan falsas explicaciones como lo hicieron algunos hombres cisgénero (lo contrario a trans) en el pasado.

Danielle Orendain (@danielle.orendain) es cofundadora de @salud.menstrual en Instagram, en donde ofrece acompañamiento, talleres e información sobre “el significado de ser menstruantes psicológica y fisiológicamente sanxs desde el autoconocimiento-cuidado”. Su contenido está dedicado tanto a infancias menstruantes, como a personas mayores de edad.

Thalía Lujan, @thalilujan en redes sociales, también ofrece talleres y organiza conferencias sobre el mismo tema. Además, estos 27, 28 y 29 de mayo de 2021 presenta el “I Congreso Virtual de Educación Menstrual y Salud Femenina” donde 15 mujeres han participado con ponencias sobre temas como erotismo, endometriosis, el Virus del Papiloma Humano (VPH), feminismo, entre otros. Puedes inscribirte en www.thalialujan.com.

 

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Ximena Torres
Ximena Torres
Estudiante de periodismo, fotógrafa y reportera feminista trabajando por hacer el periodismo en el que creo. Interesada en temas como justicia para las mujeres, salud, movilidad e interculturalidad. Ganadora del Premio Jalisco de Periodismo 2019.

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