A 400 años del primer Día de Acción de Gracias; los estragos de la celebración en el pueblo nativo americano al día de hoy

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Por Nicole García Melgar / @nicole_gm_

Nunca puede pasar desapercibido el penúltimo Jueves de Noviembre de cada año, cuando los ornamentos de las mesas se tornan de colores cálidos y otoñales, las casas se impregnan del característico aroma del pay de calabaza mientras que el pavo humea dentro del horno a medida que los minutos pasan expectantes para darle la bienvenida a la cena de Acción de Gracias, una práctica que nace en los Estados Unidos y que con más de 400 años de antigüedad, la celebración conserva su vigor y relevancia en la sociedad americana hasta el día de hoy.

Ahora que han quedado atrás las festividades, habría que analizar dónde queda el protagonismo en este día y por qué no recae en el verdadero motivo del asueto: la hospitalidad de la comunidad nativa americana. Es extraño que, en lugar de visibilizarse, este grupo minoritario queda opacado por las rebajas exclusivas del Viernes Negro, las recetas infalibles para el mejor de los rellenos para el pavo o el maratón de partidos de fútbol americano que se televisan ese día, pues el esmero con el que se llevan a cabo estos esfuerzos resulta irónico, ya que esta festividad que simboliza la unión, el respeto y la fraternidad al coexistir en la diversidad, termina siendo el marketing que esconde el genocidio de los pueblos nativos que se cometió y se sigue cometiendo bajo nuestras narices.

Para comprender el porqué de dicha festividad hay que remontarse a la época de las 13 colonias, cuando los primeros colonos de lo que hoy es la parte Este de Estados Unidos se establecen en Plymouth con la ayuda de pobladores nativos de Wampanoag, celebrando un festín a manera de agradecimiento. No obstante, la narrativa no pudo haber sido más distinta, pues este acercamiento resultó en una masacre que terminó con el 40% de la población Wampanoag, reduciendo sus comunidades de 69 a 3 con los años, lo que además del despojo de tierras, la propagación de la viruela y el robo de recursos constituye parte de la historia que no se cuenta y que desde ese día moldean las condiciones de vida de los pueblos nativos americanos.

El recuento de los daños a la comunidad nativa americana es penosa, con cerca de 25.4% personas viviendo en pobreza según datos del 2018, conforman el grupo minoritario con la cifra más alta en todo Estados Unidos; además, las reservas naturales que les pertenecen son utilizadas para desechar residuos tóxicos y nucleares, lo que ha acabado con diversidad de flora y fauna de regiones consideradas sagradas desde cientos de años atrás.

Por el lado penitenciario, las mujeres en estas comunidades tienen 6 veces más probabilidades de ser encarceladas a comparación de una mujer blanca, mientras que los hombres 4 veces más que un hombre blanco. Es común que la juventud resienta esta marginación, pues además de señalar que cuentan con baja autoestima al presenciar los tratos discriminatorios que se les da a su pueblo, lamentablemente hay altas cifras de suicidio dentro de este sector poblacional.

Según una encuesta realizada por la Fundación Robert Wood Johnson y la Escuela de Salud Pública en Harvard, una de cada tres personas de la población nativa americana han sido discriminadas en sus empleos debido a su etnicidad, ya sea al exigir un salario justo, al solicitar un ascenso, al aplicar para un puesto de trabajo o al interactuar con la policía. La cuestión de salud tampoco arrojó un panorama positivo; el 23% indicó haber sido discriminado en una consulta médica por ser de origen nativo y el 15% admitió evitar buscar ayuda médica por miedo a experimentar tratos discriminatorios.

Aunado a esto, debido a que solamente el 10% de las víctimas denuncia crímenes de odio por temor a ser revictimizados, abusados verbalmente u hostigados, no hay datos suficientes para dimensionar el problema. Muchos de estos actos son cometidos en las reservas, donde la presencia policiaca escasea, y aún habiendo personal presente es muy probable que procesen el incidente como una ofensa regular y no como un crimen de odio, pues los últimos son procesados por el FBI y no por la jurisdicción local.

Es importante que la sociedad americana incluya en sus conversaciones los derechos humanos y condiciones de vida de los pueblos nativos durante estas celebraciones. Que  el día de Acción de Gracias no sea solo una festividad familiar ni un fin de semana de descuentos, sino un tiempo para reflexionar que la grandeza de una nación se ha erigido sobre pilares de injusticia que continúan silenciando y lastimando a los propietarios legítimos de las tierras norteamericanas.

Referencias
Hilleary, C. (2017). Rise in hate crimes alarmas Native American communities. VOA News. Recuperado de:
https://www.voanews.com/a/rise-in-hate-crimes-alarms-native americancommunities/3887303.html

Impact . (2022). Thanksgiving wasn’t a gathering- it was a genocide. Instagram. Recuperado de:
https://www.instagram.com/p/ClWS3OxOyMM/

Poll finds more than one-third of Native Americans report slurs, violence, harassment, and being discriminated against in the workplace. (2017). Harvard T.H. Chan. Recuperado de: https://www.hsph.harvard.edu/news/press-releases/poll-native-americansdiscrimination/

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