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A 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE

Por Antonio Orozco Michel

Queremos agradecer y dar la bienvenida a los compañeros y compañeras que atendieron nuestra invitación a participar en la instalación de este antimonumento en memoria de hombres y mujeres dignas, rebeldes, que ofrendaron su vida por un mejor México para todos y para todas.

Este antimonumento tiene una placa que dice:

El 23 de septiembre de 1965 un grupo de rebeldes atacaron el cuartel Madera en Chihuahua, ante la violencia de estado que se ejercía contra campesinos y ciudadanía en general.

El 15 de marzo de 1973, jóvenes de varios estados de la república y pertenecientes a diferentes organizaciones político-militares, fundaron en Guadalajara la Liga Comunista 23 de septiembre reivindicando a aquel levantamiento en busca de justicia y planteando la lucha armada como el único camino para lograrla. 

Conmemoramos el 50 aniversario de la Liga Comunista 23 de Septiembre y rendimos homenaje a todos los compañeros y compañeras que, desde todas las organizaciones armadas cayeron combatiendo o fueron detenidxs-desaparecidxs. Así mismo a quienes siguen luchando por un mundo mejor y más justo.

Compañeros detenidos-desaparecidos de nuestro barrio:

Rodolfo Reyes Crespo (PRESENTE)

Saúl Meza Enríquez (PRESENTE)

Francisco Mercado Espinoza (PRESENTE)

Salvador Juárez Martín (PRESENTE) 

Francisco Madrigal Acosta (PRESENTE)

Asesinados-Muertos en combate

Guillermo Pérez Mora (Tenebras) PRESENTE

Arnulfo Prado Rosas (El Compa) PRESENTE

Wenceslao Ochoa Martínez PRESENTE

Efraín González Cuevas (El Borre) PRESENTE

Quisimos iniciar con los compañeros del barrio San Andrés, pero este homenaje seguirá para con otras personas que se involucraron en la lucha, todas esas personas tienen un lugar en nuestra memoria y les iremos colocando en el antimonumento.

Están con nosotrxs combatientes sobrevivientes de organizaciones político-militares de los años 60 y 70 en nuestro país: 

Demóstenes Lozano de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), 

Alberto Hijar Serrano de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) 

Por supuesto, compañeros y compañeras de la Liga Comunista 23 de Septiembre, que como en 1973 concurren desde varios estados de la República Mexicana.

Igual homenaje en memoria para nuestros padres/madres y para nuestro barrio, San Andrés, que estuvieron a la altura siempre presentes.

Y para nuestras parejas, hijos, hijas, hermanos y hermanas que nos han sostenido, acompañado y que incluso ahora, levantan nuestras banderas y luchan.

El 15 de marzo pasado se cumplieron 50 años de la fundación de la Liga Comunista 23 de septiembre en esta ciudad de Guadalajara. Ex militantes sobrevivientes de la misma así como compañeras y compañeros integrantes de colectivos de izquierda con quienes hemos compartido diferentes luchas sociales en la localidad, así como habitantes de esta comunidad de San Andrés, nos dimos a la tarea de organizar la conmemoración de este hecho histórico, que ha tenido un impacto local, nacional e internacional. Se trata pues, de rendir justo homenaje a nuestras compañeras y compañeros caídos en la lucha y a sus familias que estuvieron siempre en la duras y en las maduras.

Hacer un poco de memoria.

El nombre de nuestra organización dejaba claro que nos identificábamos con el pensamiento y la acción de  los combatientes revolucionarios caídos en el ataque al cuartel militar de ciudad Madera Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, hace ya 58 años justamente hoy. Mismos que fueron encabezados por Arturo Gámiz García y Pablo Gómez, maestros, estudiantes y líderes campesinos que se levantaron en armas, cansados de los abusos, explotación, agravios y despojos de los caciques, ganaderos y compañías madereras y algodoneras cobijados por Práxedes Giner Duran gobernador del estado, general del ejército y rico terrateniente.

Las razones para el ataque al cuartel madera por parte del grupo popular revolucionario, se explica de manera muy clara en el Segundo Encuentro de la Sierra Heraclio Bernal, en febrero de 1965, en Chihuahua México. Los compañeros planteaban:

“Estamos convencidos que ha llegado la hora de hablarles a los poderosos en el único lenguaje que entienden; llegó la hora  de que las vanguardias más audaces empuñan el fusil porque es lo único que respetan y escuchan; llegó la hora de ver si en sus cabezas entran las balas, ya que razones nunca les entraron; llegó la hora de apoyarnos en el 30-30  y en el 30-06 más que en el código agrario y la constitución…vencer o morir”
“El camino que nosotros hemos escogido está perfectamente claro, consideramos que ya es hora de iniciar la revolución. Sabemos que no han madurado todas las condiciones, ni     vamos a sentarnos a esperarlas, maduraran al calor de las acciones revolucionarias. La lucha será terriblemente larga y hay que empezar jóvenes. Por nuestra cuenta ya no daremos marcha atrás en el camino de la revolución”. 

Cabe subrayar  que en dicho encuentro llevado a cabo en el municipio de Torreón de Cañas Durango, son discutidos y aprobados 5 documentos que son conocidos como “Resolutivos del segundo encuentro de la sierra Heraclio Bernal” en los cuales se plasma todo un estudio y análisis pormenorizado del desarrollo del capitalismo en México utilizando el método y la concepción marxista en dicho análisis. Así como la historia de las luchas campesinas, obreras y estudiantiles que siempre fueron aplastadas por la maquinaria represora del Estado y en el documento # 5 que se titula “El único camino a seguir”, Arturo Gámiz expone de manera detallada por qué la determinación de iniciar la lucha armada contra el gobierno burgués que defiende el sistema capitalista hasta lograr su derrota definitiva y la instauración, a partir de ello, de un sistema socialista en México.

Es en este contexto donde se explica nuestra posición política e ideológica. Es este acontecimiento y su significado en la historia de las luchas de los explotados y oprimidos de nuestro país por su verdadera liberación lo que nos permitió entender el camino a seguir.

Ellos sabían del tamaño del enemigo y del riesgo que iban a correr, pero decidieron enfrentarlo con lo que tenían; con audacia, con juventud, con valor, con dignidad. Esa mañana del 23 de septiembre de 1965 morían 9 combatientes y a su vez nacían para la historia como ejemplo digno para las siguientes generaciones de rebeldes que seguirán luchando por erradicar de nuestro querido México la injusticia, la explotación, los saqueos y la humillación que siempre descargan contra el pueblo quienes detentan el poder económico y político.

Históricamente la violencia ha sido ejercida como forma de gobierno por la clase burguesa y sus aparatos represivos con el fin de mantener sometidas y bajo control a las clases explotadas, a esto se agrega que concluida la segunda guerra mundial, el imperio norteamericano mandata a los gobiernos del continente a prepararse y capacitar a sus organismos policiacos y militares para aplastar todo brote de rebelión de sus pueblos, diseñando los planes de contrainsurgencia e impulsando y apoyando de manera directa, golpes de estado para imponer sangrientas dictaduras. Ejemplos hay muchos, baste citar el golpe militar en Chile que en estos primeros días de septiembre cumplió 50 años.

Estamos pues en pleno arranque la llamada “Guerra Fría” en el marco de la cual se desarrolla una intensa campaña anticomunista, difundiendo permanentemente por todos los medios de comunicación infinidad de falsedades terribles acerca del mismo. -Bueno, no se rían, absurdamente hoy sucede lo mismo-. Desde finales de la década de los 50s la represión se intensifica en contra de los movimientos de resistencia que exigen el respeto de sus derechos.

Es el caso del movimiento de las escuelas politécnicas en casi todo el país a mediados de 1956, del movimiento ferrocarrilero en 1958 y 1959, el movimiento de los médicos en 1965, así como el artero asesinato de Rubén Jaramillo y toda su familia llevada a cabo por elementos militares vestidos de civil, bajo las órdenes del Presidente Adolfo López Mateos.    

Con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz se mantiene la misma política criminal y se enfoca principalmente en contra de los jóvenes que se incorporan a la lucha de su pueblo demandando la democratización de los espacios de participación política. El 2 de octubre de 1968 es nuevamente el “glorioso” ejército mexicano que masacra de manera cobarde y alevosa a cientos de manifestantes incluidos mujeres, niños y ancianos que de manera pacífica, participaban en un mitin en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco del entonces llamado Distrito Federal.

Con el gobierno de Luis Echeverría continuó la política criminal contra las luchas populares, el 10 de junio de 1971, jueves de corpus, un grupo paramilitar llamado Los Halcones, atacó con varas de bambú y armas de fuego masacrando a decenas de jóvenes estudiantes, algunos de ellos heridos y hospitalizados en el hospital Rubén Leñero, fueron rematados por estos sicarios que entraron a las instalaciones del mismo, dejando claro el    odio y el desprecio  que este criminal tenía en contra de la juventud rebelde en este país. Ahora resulta indignante que el actual gobierno de México,  le rinda homenaje al mismísimo Luis Echeverría.

En tal contexto histórico es que surge la Liga Comunista 23 de septiembre y en ese contexto se fundamenta la decisión y argumentos para la toma de las armas como única vía de participación política y de solución a las condiciones de desigualdad e injusticias que padecen las clases explotadas y oprimidas del campo y la ciudad. Todas las instituciones del Estado estaban cerradas para las demandas del pueblo,  favoreciendo de forma total a las oligarquías tanto locales como nacionales.

8 años después de los atroces crímenes de los gobiernos de Díaz Ordaz y de Luis Echeverría, decidimos retomar el pensamiento y el análisis desarrollado por Arturo Gámiz. Se intensifica la discusión y el análisis acerca del qué hacer ante tales acontecimientos, y en ese contexto es que diferentes líderes de varios grupos de estudiantes/jóvenes de diferentes estados de la República, llegan a la conclusión de que es prácticamente imposible lograr cambios en las estructuras políticas- económicas y sociales, ya que la clase en el poder y sus gobiernos no estaban dispuestos a tolerar ni siquiera manifestaciones pacíficas, mucho menos exigencias y demandas de justicia, distribución de la riqueza, etc.

Es así que varios jóvenes integrantes de diferentes grupos político-militares, se reunieron en la ciudad de Guadalajara del 15 al 20 de marzo de 1973 para acordar los lineamientos político-ideológicos así como la táctica y estrategia sobre los que habría de orientarse la más amplia y extensa organización guerrillera en la historia de las organizaciones armadas por la revolución socialista en México: La Liga Comunista 23 de Septiembre.

La Liga se conforma con el objetivo de extenderse a todo el territorio nacional, para consolidarse como el embrión del partido y el ejército revolucionario del proletariado, que por medio de la violencia revolucionaria, lograra el derrocamiento del régimen que sostiene la estructura del sistema capitalista.

Es importante subrayar que esto no fue resultado de la desesperación, de la irresponsabilidad o el aventurerismo propio de los jóvenes, como se dijo por algunos medios al servicio del régimen entonces imperante y repetido por algunos voceros de la izquierda tradicional y reformista; fue el producto de intensas y serias discusiones políticas  entre miles de activistas de izquierda en varias universidades del país, produciendo con ello      profundos documentos de análisis y argumentación de por qué tomamos la vía armada.

Aparecimos como parte y continuación de la corriente de la izquierda radical ortodoxa, que venía desde el rompimiento de la célula Carlos Marx encabezada entonces por José Revueltas para con el Partido Comunista de México, de la Liga Comunista Espartaco en el  plano nacional, y en el marco internacional, fuimos parte del empuje de movimientos revolucionario en casi todo el continente latinoamericano, así como de las luchas y movimientos de liberación nacional en otros continentes.

En aquel momento deslindamos campos políticos e ideológicos para con la izquierda tradicional y reformista que había claudicado y capitulado en la lucha revolucionaria por el socialismo, abrazando las tesis emanadas del XX congreso de Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) que plantea como viable y utilizable, la tercera vía para la toma del poder por parte del proletariado y demás oprimidos, es decir la lucha electoral. Esa misma izquierda vergonzante que mantuvo silencio cómplice ante la masacre del 2 de octubre y que planteó como respuesta ante tales acciones, dialogar con los responsables de tales hechos.

La conformación de la Liga Comunista 23 de septiembre fue el resultado de un proceso de discusión y análisis promovido e impulsado por Raúl Ramos Zavala (quien lamentablemente muera casi un año antes, en un enfrentamiento con la policía en el DF), quien plasma sus valoraciones de la situación y las conclusiones a las que llega inicialmente en el texto de su autoría denominado “El proceso revolucionario” y que contribuye a que fueran conocidos como “Los Procesos” y culminado por Ignacio Salas Obregón (Oseas o Vicente) los dos que previamente habían encabezado la “Organización Partidaria” antecedente inmediato de la Liga Comunista 23 de septiembre.

Ignacio Arturo Salas Obregón habría de desempeñar un papel fundamental en la fundación de la Liga, sería el principal autor del cuerpo teórico y programático de la naciente organización armada, claro que no fue el único elaborador teórico, muchos otros jóvenes revolucionarios que desempeñaron un papel de líderes en sus respectivos estados y agrupaciones le dieron forma a importantes documentos en los cuales se expuso de manera clara y contundente una propuesta que convenció a miles de otros jóvenes a integrarse al proyecto.

Sin embargo también se tiene que decir que al mismo tiempo fue quien influyó en mucho en la visión insurreccional que dominó en casi la totalidad de los integrantes de la organización empezando desde luego con los demás miembros de la dirección nacional y condujo de manera directa a la elaboración de una táctica errónea en el accionar militar de la misma, lo que nos condujo a un choque frontal contra la maquinaria y fuerza militar del estado en condiciones de absoluta desigualdad.

A casi un año de su fundación la Liga entro en un periodo de crisis interna como consecuencia de diferencias políticas expresadas por otros líderes de la misma que cuestionaron tal visión. Se produjeron divisiones y fracturas en la estructura que dieron origen a varias fracciones que se autonombraban cada cual como continuadora del proyecto inicial, solo merecen mención las dos principales de esta; la tendencia “Rectificadora” y La Fracción de la “Brigada Roja”. Una y otra tomaron caminos diferentes

La fracción de la brigada roja somos quienes continuaríamos impulsando el trabajo de agitación y propaganda política a través del Periódico Madera llevado mes con mes a fábricas, escuelas, colonias populares y campos agrícolas aplicando la visión leninista respecto al papel que cumple la prensa revolucionaria de hacer de su órgano central de propaganda no solo un educador que contribuye a la elevación de la conciencia política sino además un organizador de las clases explotadas, fue en dicha actividad en la que sufrimos un gran número de bajas de compañeras y compañeros muertos en enfrentamientos con la policía o detenidos desaparecidos, alrededor de 1400 caídos en combate y más de 400 desaparecidos.

Al estado les seguimos exigiendo su presentación y no solo que reconozca de manera formal que se llevaron a cabo durante ese periodo flagrantes violaciones a los derechos humanos, sino además se ejerza acción penal en contra de aquellos integrantes de los cuerpos policiacos y militares que aun están con vida que fueron torturadores y asesinos de nuestros compañeros.

Cientos de compañeras y compañeros fueron brutalmente torturados hasta la muerte o ejecutados y lanzados al mar en los llamados vuelos de la muerte tanto en los sótanos del campo militar número uno como en la base militar de Pie De La Cuesta en Acapulco Guerrero,  así como en decenas de cárceles clandestinas con que contaban por todo el país el ejército y los diferentes organismos policiacos y paramilitares como la Brigada Blanca a las cuales llevaron a muchas de nuestras familias para someterlas a vejaciones y humillaciones.

La burguesía norteamericana asimilo las experiencias que le dejaron revoluciones triunfantes como la de Vietnam Y Cuba y era claro que en el caso del continente Latinoamericano no estaba dispuesta a aceptar otra revolución victoriosa que afectara sus  intereses imperialistas de permanente saqueo y apropiación de sus riquezas y recursos naturales.

Quienes asumimos hace 50 años la lucha armada en las filas de la Liga Comunista 23 de Septiembre como única vía para alcanzar la verdadera revolución en las injustas estructuras económicas, políticas y sociales del sistema capitalista en que vivíamos entonces y en el que nos encontramos en la actualidad, lo hicimos con el convencimiento de que solo una sociedad socialista y luego comunista, nos puede posibilitar justicia e igualdad social para todos los sectores. 

Algunas y algunos de los que sobrevivimos a esa experiencia de lucha y que no nos arrepentimos de haberla transitado, no aceptamos entonces y no aceptamos ahora que el sistema capitalista se pueda remozar y hacerlo humanista y generoso para con los que menos tienen, que somos la absoluta mayoría, confirmamos que mientras se mantengan intactas las estructuras económicas políticas y sociales del capitalismo, continuaran y se harán cada vez más graves las condiciones de miseria y explotación, de discriminación, de despojo, de violencia brutal en contra de esas mayorías y en contra de nuestros territorios.

No hace falta ser un gran intelectual y analista social para concluir que lo que ha enfrentado nuestro pueblo en los últimos 20 años es un verdadero genocidio con cientos de miles de desaparecidos y asesinados, ahora ya no solo luchadores sociales y revolucionarios además de líderes de comunidades indígenas, sino en contra de cientos de miles de hijos e hijas de familia que salen de su hogares rumbo a su trabajo o  escuela para no regresar jamás.

Todo lo anterior como resultado de la complicidad que han mantenido los gobernantes y sus  aparatos policiales y militares para con el crimen organizado quienes mantienen el absoluto control de todo el territorio nacional.

Queda claro que ante tal panorama económico-político y social que enfrentamos y que sin duda es complejo y difícil, lo menos recomendable es quedarnos cruzados de brazos y esperar que la solución nos “venga de arriba” o de la magnánima lucidez e infalible ejercicio de gobierno, o de su líder.

Dos cosas más: México, y Jalisco en primer lugar, viven una criminal barbarie de desapariciones forzadas. No lo podemos seguir permitiendo. Los gobiernos de todos los colores, que juraron que iban “a cumplir y hacer cumplir la leyes”, simple, burlona y cínicamente no lo hacen. Es más, se tiene documentada la participación de las fuerzas policiacas, militares y de instancias de gobierno en la complicidad de dichos crímenes. No esperemos que el Estado nos resuelva, ¡No lo va hacer! No es su interés y frente al poder que los mandata, no puede hacerlo. Todo lo que se haga será resultado de la organización de nuestro pueblo junto a familiares de desaparecidos y desaparecidas.

Ha sido una característica nuestra decir las cosas por su nombre y no guardar silencio. Menos si el silencio se vuelve cómplice. Durante el gobierno de la 4T y de AMLO-o viceversa que es lo mismo-, el ejército ha recibido un respaldo por parte del gobierno, prácticamente inédito en la historia de nuestro país. Se le han otorgado funciones que van más allá de lo militar y que ocupan el espacio de lo civil. Nos acostumbran a tener a los militares en nuestra vida cotidiana y listo a ejecutar labores de control cuando se necesiten y seguramente de represión cuando así se requiera. Aunado a eso, el propio López Obrador se desvive en hablar bien y promover una imagen limpia y buena del cuerpo castrense. En contra parte, vilipendia, insulta, miente sobre defensores del territorio, sobre organismos de derechos humanos que han comprobado su compromiso con las luchas de la gente y sus derechos.

En el caso de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el ejército tiene mucho que decir y el gobierno de López no debe seguir solapándolos. A la sociedad nos queda claro que fue el Estado. 

El sistema capitalista es un proyecto de muerte y destrucción total que ha llevado a límites extremos el propio planeta y con ello la propia supervivencia de las especies, sin lugar a dudas nos encontramos más cerca que nunca de una catástrofe absoluta, de magnitudes mundiales. Es  urgente que encendamos las alarmas y despertemos ante ello llevando a cabo las acciones que  podamos con lo que podamos y como podamos, de forma organizada, reflexionada y acordada. Decía Martin Luther King;” No me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena” 

No guardemos silencio, hagamos esfuerzos colectivos en los espacios en que nos encontremos, con los compañeros del trabajo, de la escuela, de la comunidad en la que vivamos, con quienes coincidamos. Dialoguemos, realicemos  intercambio de puntos de vista, de opiniones, buscando coincidir con otras y con otros, aprovechando y utilizando para nuestros objetivos las herramientas que nos ofrecen los avances tecnológicos actuales, despleguemos nuestro ingenio y creatividad para llevar a cabo tareas y actividades que contribuyan a crear conciencia política en aquellos que no la tienen y desde luego hacer los máximos esfuerzos de coincidir en acciones masivas con aquellas fuerzas y organizaciones de izquierda honesta y consecuente en una labor política y organizativa que desemboque en grandes terremotos sociales que transformen el actual estado de cosas.

Ahí nos encontraremos.

Viva la Liga Comunista 23 de septiembre

Vivan los y las jóvenes que luchan