El regreso a clases de “los otros”

El estigma a las poblaciones callejeras y personas con discapacidad, entorpece que gocen plenamente de derechos como la educación y el empleo; la discriminación por estas condiciones de vida se acentúa en el regreso a clases. No todo huele a limpio no todos estrenan uniformes en la ciudad que invisibiliza.

Por Marcela Gómez

Guadalajara, Jalisco.– El 20 de agosto inició el calendario escolar 2018-2019. El secretario de Educación inauguró el ciclo escolar en un nuevo plantel de preescolar en Tonalá, donde  informó que 1 millón 730 mil 451 estudiantes de preescolar, primaria y secundaria ocuparon las aulas de Jalisco. El funcionario señaló que “Los retos educativos no se tratan sólo de maestros, alumnos y pizarrones, sino que se suman contextos sociales y herramientas tecnológicas que modifican las dinámicas escolares”. En Zona Docs nos preguntamos por esos ‘retos educativos’ que son los regresos a clases de dos poblaciones de “otros”: ex trabajadores de calle y personas con discapacidad.

Híjole, bien padre. Lo pudimos lograr: apoyamos a muchos niños” contesta Otilia Arellano a la pregunta por el regreso a clases 2018. Ella dirige Amigos Trabajando en los Cruceros A.C., que desde 2011 acompaña a niñas, niños y adolescentes que trabajaron en las calles (o sus papás lo hacen) para revertir la deserción escolar con el programa “De la calle a la escuela”.  El apoyo consiste en recolectar útiles, uniformes y donaciones para cubrir las cuotas de ingreso; seguimiento de trámites de inscripción y herramientas para mantener la familia integrada como cursos para aprender a ahorrar y apoyo para conseguir trabajo estable. La activista reconoce que la meta es difícil pero cada vez son más los beneficiados con esta campaña, que surge de notar que la pobreza es un factor importante cuando alguien abandona la escuela.

La colecta de este ciclo escolar logró beneficiar a 120 niños en contraste con los 40 del primer año. Arellano declaró que una de sus motivaciones es destacar el valor que tienen los menores de edad.  La labor de “De la calle a la escuela” contribuye a garantizar la mayoría de los derechos de las niñas, niñosy adolescentes reconocidos por la CNDH principalmente: derecho a la educación, a no ser discriminado, a vivir en familia y a vivir en condiciones de bienestar. Otilia agregó que muchas veces su trabajo incluye registrar a los niños -derecho a la identidad-, apoyar con la alimentación y nutrición (derecho a un sano desarrollo integral), con fomento al deporte -al descanso y esparcimiento- e incluso con medicinas -derecho a la protección de la salud-.

La campaña comienza mes y medio antes del regreso a clases pero los trámites de inscripción son acuerdo a las fechas de la Secretaría de Educación. La documentación incluye comprobante de domicilio, que en caso de que no tengan, se les presta el domicilio de la A.C. Las cuotas dependen del nivel de educación pero van de los $00 a los 800 pesos, en el programa hay niños desde guardería hasta prepa. Otilia agregó que la asociación acompaña pero son los padres de familia quienes buscan su escuela. Actualmente hay inscritos en Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tala.

Para Arellano lo valioso de la campaña radica en que gracias a que tienen útiles y todo lo necesario para ir a la escuela, las niñas y niños no sufren discriminación “por ser de la calle” además de que al revertir la deserción escolar, rompen el patrón de la situación de pobreza sistémica en la que viven sus padres “porque nadie nace así”, insiste Otilia. Finalizó la entrevista exhortando a nuestra audiencia a que se sensibilice, “antes de juzgar a la gente que trabaja en la calle piensen y pregúntense por qué su vida es así. Qué hacen, qué comen, qué pasa con ellos. Antes de criticar hay que investigar y tratar de ayudar.”

Discapacidad, inclusión y derechos

Otra población que es juzgada por sus condiciones de vida es la de las personas con discapacidad. Daniela Rodríguez, maestra de educación especial en el Centro de Atención Múltiple (CAM) Jomtien Th, turno vespertino, narró en entrevista que la primera semana de clases en una escuela de esa naturaleza es distinta porque gran parte de sus estudiantes no detectan que están en un nuevo año. Si bien algunos se emocionan por las novedades -las maestras, los útiles-, pasa desapercibido para muchos otros, quienes solo van porque sus papás los llevan. 

 El CAM tiene primaria, secundaria y taller, con grupos de alrededor de 15 personas. En cada aula hay una maestra particular, que está de planta con la clase, además entran al salón las maestras de las áreas de psicología, comunicación y trabajo social una vez por semana. Están también cinco estudiantes de la Escuela Normal Superior haciendo sus prácticas así como prestadores de servicio de otras escuelas. 

 A partir de este año se da secundaria por asignaturas, por lo que cada hora cambiará el personal docente en el aula. Daniela aprovechó para comentar que en secundaria es donde hay más deserción. Según el grado y tipo de discapacidad, las y los alumnos continúan sus estudios en una prepa regular o en algún centro de capacitación laboral como el CECATI. La maestra agregó que son muy pocos los que continúan y que estudiar una carrera es una expectativa poco realista. Esto coincide con datos del Consejo Estatal de Población (2011) de que sólo el 10% tenía educación posterior a lasecundaria.

 El CAM atiende niñas, niños y adolescentes que no son admitidos (o son explícitamente rechazados) en escuelas regulares, por lo que los grupos crecen conforme avanza el ciclo escolar. Al respecto Daniela insistió en que “falta cultura de la discapacidad. La educación especial le tira a la inclusión, total que las primarias regulares se les integre a estos chicos”.

 Rodríguez agregó que los últimos días son muy emotivos, pues se cierran ciclos y se gradúan chicas y chicos que llevan en la escuela desde preescolar. Además llevaa las preguntas por la inclusión social de la discapacidad a nivel laboral pues “En el CAM se les atiende académicamente pero luego ya no tienen otra actividad”.

Discapacidad e inclusión en Jalisco

En diciembre de 2017, 120 organizacionesde la sociedad civil (OSC) conformaron la primera Coalición por la Discapacidad Jalisco. Según datos de la misma, en Jalisco viven hoy aproximadamente 584 mil 081 personas con discapacidad (7.4% de la población total). La clasificación de la discapacidad según el INEGI incluye limitaciones para caminar o moverse, very oír; mental; para atender el cuidado personal y poner atención o aprender.

 La coalición pretende hacer visible el problema y además orientar prespuestos y políticas públicas de manera plural e integral. DIF Tlaquepaque podría ser une jemplo, pues cuenta con talleres de apoyo a la lectura, elaboración de escobas y trapeadores, carpintería, cocina y atención psicológica.

 Al igual que las personas en situación de calle, las que tienen discapacidad tienen derecho a no ser discrimninadas y también derecho a la educación.

 La maestra Daniela insistió en la falta de inserción al mundo laboral, que estaría violando el derecho a tener une mpleo. El escenario en Jalisco promete ser alentador, pues en 2017 se posicionó como la entidad que más oportunidades laborales genera para personas con discapacidad y adultos mayores  a través del programa Abriendo Espacios. 

 La educación, no discriminación y empleo son algunos de los derechos humanos a los que no tienen pleno acceso las poblaciones callejeras y con discapacidad.

El regreso a clases es una buena ocasión para recordarlos y exigirlos.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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