Y catorce años después Temacapulín escuchó que es viable acabar con la pesadilla

Durante tres sexenios, del gobierno federal, solo obtuvieron hostigamiento, amenazas de inundación y la tajante determinación de desaparecer la vida como la conocían; una mañana amanecieron con la noticia de que aprovecharían la geografía de su pueblo para crear un embalse artificial que no iban a poder disfrutar y al siguiente, la pesadilla comenzó. Con la visita del secretario Víctor Toledo Manzur el nuevo titular de la Medio Ambiente y Recursos Naturales, no solo resonó la voz de los pueblos afectados por la represa El Zapotillo, al unísono se reclamó el desmantelamiento del megaproyecto sobre el río Verde. El autor de La batalla final es por la vida (2015), asintió y declaró a los reporteros presentes “hay una multitud de argumentos en la que están mostrando la inviabilidad del proyecto de la presa”.

Texto: Jade Ramírez / @jadercv

Fotografías: Mario Marlo / @Mariomarlo

“Me bastaron quince minutos para empaparme de dónde me encuentro: un pueblo originario con una historia larguísima, un pueblo campesino, un pueblo lleno de cultura, un pueblo con historia, un pueblo de poetas, un pueblo de creyentes y de creencias, un pueblo de talentos, un pueblo de artesanos, un pueblo de pescadores… y por supuesto el acto más irracional que yo podría registrar sería que este pueblo desapareciera”.

Así inició su participación el secretario del gabinete federal que transmitió empatía y esperanza, a los temacapulinenses, a los laguenses afectados por un gasoducto, cajititlanenses donde mueren los peces por falta de oxígenos, a los ribereños que están muriendo por metales pesados en los riñones, los leoneses que sostienen “Guanajuato no merece el agua del río Verde”, tapatíos y académicos firmes en que sin ciencia y documentación clara de los niveles de agua subterránea, su comportamiento en la región semidesértica y la verdadera demanda con sus costos reales de llevarla a las grandes ciudades, no se puede sostener la teoría de que la única opción de abastecimiento es un embalse artificial que inundaría tres pueblos además de dejar a 800 mil personas de la región en precariedad.

Gabriel Espinoza, para nadie es un secreto, es un efectivo orador. Sabe manejar la palabra y el sarcasmo como la crítica de manera ejemplar; su formación como sacerdote no la puede negar aunque colgó el hábito desde hace varios años y está entregado al activismo bajo el lema “volver a la raíz”. Después de que Abigail Agredano la presidenta del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo pidió el desmantelamiento de la presa a Víctor Toledo, Gabriel tomó el micrófono e hizo un recuento parafraseando poetas y declaraciones de políticos: “estas tierras flacas producen vacas gordas, leche, huevo, carne, pero también han producido revoluciones en el pasado y el presente”.

Durante el foro no se hizo presente ningún enviado del gabinete del gobernador Enrique Alfaro. Gabriel Espinoza dejó entrever en su exposición que daba la bienvenida “a las orejas” y nadie se le escapó: ahí presente Alfonso Hernández Barrón presidente de la CEDHJ, el vocero de Temaca no dudó en dirigirle fuego amigo “exigimos que la Comisión Estatal de Derechos Humanos se pronuncie ante los embates antidemocráticos de las autoridades, no que traiga condolencias”. El organismo autónomo por primera vez en su historia, ha dirigido no una sino dos recomendaciones por las violaciones a los derechos humanos de los temacapulinenses…y ninguna se ha acatado ni cumplido.

Le siguieron los alteños agrupados en una alianza que se articuló ante la amenaza del trasvase de la cuenca del río Verde hasta obtener la controversia constitucional -por el derecho de vía- que detuvo la construcción del acueducto de la represa para llevar agua a León, Guanajuato.

“Catorce años se nos han negado los derechos humanos”, explicó Margarita Juárez de los hijos ausentes de Temacapulin en Guadalajara. En los portales de la plaza las lonas alusivas al rechazo a la presa, fotografías, un colorido tapete típico de la región, aguas frescas de cortesía, niños corriendo, ofrenda con los frutos de la tierra cultivada por siglos: maíz negro, nopales, chiles. Todo estaba dispuesto a cautivar al funcionario federal.

La ronda de exposiciones y justificaciones para oponerse a que continúe la construcción de la obra que alcanza ya los 33 mil millones de pesos y aun le restaría destinarle 38 mil millones más, osciló entre tecnicismos, hidrogeología, ciclos del agua, evaporación, milímetros por segundo y hartazgo social.

Transcurrieron tres horas. Para cuando tocó el turno de hablar a Toledo Manzur el sol estaba en su máxima expresión, los reporteros en pie sosteniendo grabadoras y deslizando tinta ya estábamos exhaustos. El pescado en penca -platillo típico de la región- había entrado al proceso de cocción a la leña en la cocina de Mamá Tachita, la fonda de Alfonso Íñiguez y Juanita, su esposa. Pero ni el cansancio nos quitaba de la mente a los fuimos por la nota que no había “conclusión”.

En el foro el funcionario no cerró sus ideas, apenas expuso parte de lo que el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez le argumentó para continuar con la presa -en reunión a puerta cerrada y sin teléfonos celulares de la que no se ha exhibido fotografía por los estrategas de comunicación del gobernador enviando un mensaje de que paso que da Temacapulin, paso que él bachea-, y el micrófono se puso en rol como karaoke: ahora sí, todos los que no estaban en la lista de expositores hablaron, se salió de control el orden del día.

El secretario particular de Víctor Toledo Manzur accedió a la petición de los medios de entrevista con el funcionario. Otro acompañante se negó y en el estira-afloja, accedió a dos preguntas:

— Esta petición se lleva de desmantelamiento ¿Cómo la podría trabajar Semarnat? y la segunda: el tema de los convenios de repartición de aguas para que se dé la concreción de no inundación de los pueblos…

— Aquí lo que hemos hecho es tener un foro para escuchar diferentes voces, se van hacer un par de foros organizados por los ciudadanos, Semarnat lo que va hacer es otra vez escuchar; necesitamos elementos técnicos, científicos, argumentos morales, históricos, legales, para poder tomar una decisión; necesitamos plantearle al presidente López Obrador un panorama lo más completo posible con mayor detalles, para que él pueda tomar una decisión.

— ¿Qué se dé el desmantelamiento y modificación de convenios de repartición de agua?

— Él tomará la decisión pero todo apunta, efectivamente, que hay una multitud de argumentos en la que están mostrando la inviabilidad del proyecto de la presa.

La idea del desmantelamiento de la presa El Zapotillo, la obra construida con recursos públicos por la multinacional española FCC, se implantó como mensaje el martes 30 de julio de 2019. Aunque aún falta conocer las alternativas de abastecimiento que suplirían la cortina de concreto, Alessia Kachardourin ingeniera ambiental de la UNAM, adelantó a esta reportera que una red de 200 máximo 300 pozos profundos en la región, pueden suplir el modelo caduco de represar agua para con controles y monitoreos, no acelerar la desertificación de los Altos de Jalisco, cuidar el equilibrio ecológico y gastar menos.

Será el presidente Andrés Manuel López Obrador quien tras conocer los resultados de los foros técnicos el 22 de agosto en Guadalajara, 8 al 19 de septiembre en campo, Ciudad de México y Guadalajara con “los expertos perforadores de todo el mundo”, tome la decisión de la cancelación de la presa, explicó Claudia Gómez del Colectivo de Abogados, también presente en el foro.

Van por la indemnización y reparación integral del daño

Durante catorce años a Temacapulín a través de la cabecera municipal Cañadas de Obregón, se les dejó de etiquetar recursos pues iban a quedar inundados. Las obras públicas, remozamientos, el acceso a internet y telefonía, incluso contar con un museo de sitio, se han conseguido gracias a gestiones personales de algunos políticos, regidores, aliados del pueblo y la propia población que pone de su bolsillo las cosas. Eso para la abogada Gómez Godoy es parte de lo que debe considerarse en la reparación integral del daño y originar “una indemnización colectiva”, explicó.

“Hay personas que murieron a causa de la presa”, afectaciones a la salud entre muchos otros impactos que deberán considerarse, pero que incluso responsabilizarse de ello el gobierno federal, es aun más barato que continuar con la construcción y operación de la presa, advierte.

“Los pueblos no se van a desistir, no hasta que el desmantelamiento y cancelación sea un hecho” en caso de que se decida lo contrario y la autoridad decida sí concluirla, eso “en sí mismo es un acto que puede ser reclamado” judicialmente hablando.

A partir de haber logrado la visita de un secretario del rango de Víctor Toledo en su pueblo, pase lo que pase después, Temacapulín sigue decidido en cancelar la presa El Zapotillo, implantar un hecho que podría definir la política pública en materia de agua y no ser el perdedor de la historia.

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