Para expertos académicos, México empezó tarde a responder con infraestructura contra la erosión costera, por lo que ahora urge dar seguimiento a los daños y emprender acciones muy puntuales de adaptación en las poblaciones impactadas y alargar un poco la vida de ciertos lugares
Texto y fotos: Carlos Marí
En México, las costas de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo son las más vulnerables a la erosión del oleaje. Con el cambio climático, se espera que regiones enteras sean devoradas por el mar. Esto se sabía hace años, pero México no creó la infraestructura necesaria, y persiste descoordinación institucional para enfrentar este problema.
“Empezamos tarde en la tarea para generar infraestructura que nos proteja. Si vemos la historia de los holandeses, que llevan siglos en este tema, ellos mismos ya sienten que el mar les está ganando. Nadie pensó, en la historia reciente de la humanidad, que íbamos a tener un problema de elevación del nivel del mar”. Así lo advierte la doctora Lily Gama Campillo, investigadora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), quien agrega:
“Pelear contra el mar no es broma. Si los holandeses, que llevan siglos en esto, lo están considerando como un reto enorme, para los que no hemos avanzado ni un poquito en infraestructura será… no solo un reto enorme, sino, yo creo, incosteable”.
La inundación o erosión por elevación del mar no se detendrá ni en el mejor de los escenarios. Si la humanidad logra el objetivo de que, para el 2100, la temperatura de los océanos aumente únicamente 1.5 grados –en vez de 2–, sería todo un éxito. Y si ese es el caso “serían 10 centímetros menos” el incremento del nivel de los océanos, según Informe especial del IPCC sobre el calentamiento global difundido en octubre del 2018.
“Ese informe”, dice Gama, “nos está diciendo que se está acelerando el deshielo de las masas polares. Entonces, las tasas de elevación del mar, particularmente en Tabasco, son un problema”.
Tabasco: depresiones peligrosas
El investigador Rodimiro Ramos Reyes creó el modelo llamado Teledetección de Riesgos Aplicados a los Desastres Naturales, a partir de fotografías satelitales. Así advirtió las variaciones de vulnerabilidad en el territorio mexicano por relieve. Destacan, por vulnerables las costas de Tabasco, al lado oeste de la desembocadura del río Grijalva.
Sus hallazgos sobre vulnerabilidad de inundación por la elevación del mar fueron citados para la Sexta Comunicación Nacional sobre el Cambio Climático, emitida por México, el 4 de diciembre de 2018.
Ramos Reyes, quien es director del Colegio de la Frontera Sur- Villahermosa, urge a las autoridades a instrumentar acciones de protección y destinar recursos económicos para monitorear la región.
“Creo que ya con lo que se tiene (investigado) se pueden tomar algunas acciones con relación a las zonas más vulnerables, y poder mitigar algo dentro de esas zonas”. Es decir, alargar la vida de zonas enteras. Además, “sería también importante seguir monitoreando”, comenta.
Sin embargo, advierte Rodimiro Ramos, “yo considero que en un futuro se van a ir generando islas; no sé, si serán islas pequeñas que a lo mejor pueden ser más grandes en un futuro y esto puede ser en 30, 40, 50 años”.
Zona federal, estragos municipales
Los especialistas en materia de erosión de costas sostienen que aun cuando el problema se suscita en zona federal, la atención debiese ser coordinada entre autoridades municipales, estatales y federales.
“(La erosión costera) se debe atender de una manera coordinada, entre el gobierno federal, a través de la zona federal marítimo terrestre –estos son los responsables de la zona costera–, como también los interesados en la estabilidad de las playas, que son los gobiernos de los estados y los municipios costeros”. Así lo considera el doctor Paulo Salles Afonso de Almeida, coordinador del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera, ubicado en Sisal, Yucatán.
Asegura que el paso de los años ha dado muestras que no hay una coordinación suficiente para la instrumentación de planes de manejo y de restauración de playas o para que los protección, sean realmente eficientes.
Lo que se requiere, según el doctor Eduardo Batllori Sampedro, exsecretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán, es “voluntad política” para crear un cuerpo Interinstitucional, en el que participen autoridades municipales, estatales y federales. Entre ellas: la Administración Portuaria Integral de cada zona, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
“Que estén también los centros de investigación y universidades, los comités de usuarios que se formaron por propietarios de predios, para que trabajemos todos en conjunto en un nuevo sistema de monitoreo permanente en la zona costera que permita detectar los fenómenos de erosión de manera previa y poder tener un área de actuación ante contingencias”, recomienda.
Ninguna autoridad responsable
Hasta el momento, asegura Batllori Sampedro, ninguna de las autoridades ha asumido su rol correspondiente en cuanto al cuidado de playas. Mucho menos, coparticipado en acciones conjuntas. En cambio se siguen otorgando permisos de construcción que aceleran los daños por erosión, lo cual deriva en que cada afectado reaccione con sus propias medidas de protección.
“Semarnat y Zona Federal Marítima Terrestre dan concesiones en las áreas orientales de las escolleras para meter hoteles o ciertas construcciones. Eso imposibilita el rescate y el movimiento de la arena de un lado para el otro. El municipio otorgando licencias de construcción en sitios que eran de muy alto riesgo, y la construcción de albercas que desaguan hacia la playa, entonces hay problemas de erosión y de deforestación masiva.
“Todo este impacto acumulativo va generando un problema en el cual, al no haber una respuesta institucional ni municipal, ni estatal ni federal, ni de las diferentes dependencias, es un rescate individual”.
Batllori Sampedro
Información sí hay, interés no
Paulo Salles Afonso de Almeida apunta: aun cuando existe experiencia de varios grupos de expertos en la atención a la problemática de la erosión costera, en la mayoría de los casos, sus conocimientos no son instrumentados ni considerados para recomendaciones.
“Es importante que los gobiernos estatales, federal y municipales puedan realmente aprovechar nuestra información. Por parte de la academia es importante que hagamos útil y disponibles la información. Por otro lado, que esos diferentes órdenes de gobierno tengan la posibilidad de interactuar con estos grupos y de esa manera, realmente hacer más útil la información. Que no sea sólo conocimiento científico muy teórico, sino que podamos aterrizar a recomendaciones”, plantea.
Del lado gubernamental, Daniel González Terrazas, Director de Análisis de Servicios ambientales con enfoque de cuenca del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, coincide en que hace falta realizar estudios puntuales para identificar tanto los sitios de mayor impacto por erosión, como los que representen riesgo, para evitar nuevos asentamientos humanos, la construcción de hoteles y de infraestructura.
González Terrazas, reconoce además que el Atlas de Vulnerabilidad al Cambio Climático, difundido en 2018 y del que le tocó ser responsable en su elaboración, no precisa información de las zonas costeras vulnerables.
“Hasta el momento, en el Atlas no hay un producto específico de erosión costera. Esto va a llevarse a cabo en el transcurso del año y el siguiente año (2020); se está trabajando con especialistas”.
Daniel González Terrazas, Director de Análisis de Servicios ambientales del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Lo ideal, comenta, es fortalecer los procesos metodológicos para evaluar los impactos potenciales de los proyectos de infraestructura, portuario, energético (como una refinería), comunicaciones o de hotelería.
También coincide, con lo planteado con los académicos, en que es necesario establecer una red de monitoreo costero para identificar el comportamiento de erosión en el mediano y largo plazo, como parte de una rezonificación para los programas de ordenamiento ecológico y territorial.
Uno: Sin prisa ni pausa avanza el mar
Cuatro: Proyecto Dos Bocas no contempla la erosión costera
Este trabajo fue realizado en alianza con Connectas, con el apoyo regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer (EKLA-KAS).
Periodista ex corresponsal del Grupo Reforma en Tabasco y doctorante en Ciencias Humanas para el Desarrollo Interdisciplinario enfocado a temas de gestión del agua, desastres naturales, de resistencias, explotación petrolera, megaproyectos, pobreza y desigualdad de desarrollo en la región sur.