¿Por qué no cumplieron su promesa?: La entrega irregular de cuerpos incompletos en el SEMEFO de Jalisco

 

Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, aseguró a las afueras del Servicio Médico Forense que: “No había crisis forense en el estado”, ya que en las instalaciones aún existían espacios para más cuerpos; sin embargo, la verdadera crisis que reside en la identificación y el acceso a la justicia, ni siquiera ha sido abordada por el mandatario.

Esta es la historia de una familia a la que sin más les quisieron entregar una bolsa con restos humanos que aseguraban, tras “haber analizado genéticamente cada elemento”, correspondían a su ser querido; sin embargo, de éste sólo era un antebrazo.

Por Darwin Franco Migues/@darwinfranco

Cristina encendió la televisión, las noticias daban cuenta del testimonio de Gloria, madre de José Manuel, quien fue localizado dentro de una de las 138 bolsas de restos humanos que se exhumaron en dos dos fosas localizadas en la Delegación La Primavera en Zapopan, el 3 y 9 de septiembre de 2019.

A Gloria, su ministerio público le quería entregar sólo algunas de las partes de su hijo, y así se lo hicieron saber el 14 de septiembre de 2019,  tan sólo 11 días después de haber localizado la fosa. 

Ella logró identificar a su hijo por algunos tatuajes que aún eran visibles en los restos que observó a través de fotografías forenses que le mostraron personal de la Fiscalía General de Jalisco (FGJ) y trabajadoras sociales del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF); sin embargo, el cuerpo no estaba completo, pero aún así querían dárselo en una caja sellada. 

Al escuchar el testimonio de Gloria, los recuerdos regresaron rápidamente a la cabeza de Cristina, ya que a su familia les tocó vivir un episodio similar entre el 25 de septiembre y el 18 de diciembre de 2018. Su primo, César, de 24 años, fue desaparecido el 23 de septiembre; sin embargo, su cuerpo fue localizado junto con cuatro personas más dentro de cinco bolsas plásticas, el 25 de septiembre en la colonia El Briseño en Zapopan. 

En su caso también fue un tatuaje lo que facilitó la identificación, el 1 de octubre de 2018; sin embargo, el encargado en ese entonces del Área de Genética del IJCF, Sergio Palacios, les pidió que tuvieran paciencia porque al estar los cuerpos tan diseccionados tardarían mucho tiempo en determinar qué restos de todos los localizados en las cinco bolsas pertenecían a su familiar. Decidieron esperar a que la genética les diera certezas.

La espera, no obstante, duró mucho tiempo. Primero, les dijeron que esperaran de 15 a 22 días; después les pidieron que regresaran después de un mes porque no se daban a basto con la crisis de los dos contenedores frigoríficos en los que la FGJ y el IJCF habían hacinado 322 cuerpos de personas no identificadas. Después de un mes, decidieron interponer en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, la queja 3819/2019.

Yo tomé la batuta en los trámites del SEMEFO, iba a cada ratito a preguntar qué había pasado, ya que se me hacía mucho tiempo para identificar los restos de mi familiar siendo que les habíamos dicho que ese antebrazo era de él (…) la respuesta es que seguían haciendo las pruebas de ADN y pues todavía no tenían nada, por eso cuando yo vi la noticia en la televisión de la señora a la que le querían entregar incompleto a su hijo, supe que la estaban engañando porque a mi primo que lo encontraron de manera similar tardaron mucho tiempo en identificarlo, así que no es creíble que a esos cuerpos los hayan identificado en menos de quince días.

Cristina cuenta que no fue hasta el 14 de noviembre de 2018 cuando recibió una llamada del encargado de genética del IJCF donde le decía:

 – Ya venga, tenemos las pruebas de identificación de su primo. Traiga a su tía para que ya puedan llevarse a su familiar.

Sin embargo, una noticia que debió traer paz para la familia inauguró un nuevo calvario, ya que primero les dijeron que su primo había sido inhumado junto con los de los tráileres y que, por tanto, ya no estaba en el SEMEFO; después, les dijeron que ya lo habían entregado desde el 2 de octubre. Nadie sabía a bien qué había pasado con César.

Yo me molesté demasiado porque cómo era posible que nadie supiera nada; tras insistir un ministerio público me dijo que los restos de mi primo: sí estaban en el SEMEFO… para quitarme las dudas, yo le pedí a una trabajadora social que me mostrara las fotos… me pasé y vi fotos que jamás esperé ver… la forma en cómo lo dejaron fue fatal… una carnicería… yo al ver las fotos no podía dejar de pensar que sólo eso me llevaría de él. La trabajadora social me vio y me dijo, es que fue todo lo que quedó de él.

Tras ver las fotos y confirmar que se trataba de César; elementos de la Fiscalía les señalaron que sólo habría que acabar con el papeleo para poder llevarse a su familiar, pero eso no ocurrió.

Cristina tiene entre sus manos el dictamen forense que indica que de la bolsa con restos humanos que pretendieron darles sólo el antebrazo correspondía a su familiar (Foto: Darwin Franco).

Hay un problemita con Ustedes

Aunque aparentemente todo estaba listo para entregar los restos de César, en las instalaciones de SEMEFO, Cristina comenzó a ver un desfile de funcionarios que iban y venían. Uno de ellos se acercó a decirles que el director del IJCF, Daniel Barba Rodríguez, quería hablar con ella y su tía porque había “un problemita con su primo”.

Cristina pensó que les confirmarían que ya habían entregado los restos de César a otra familia; sin embargo, nunca imaginó lo que se les vendría encima. A la sala a donde las llevaron estaban muchos peritos y directores de área; sin embargo, una de las peritas fue la que se acercó a ella y de manera enérgica le confesó:

Tuvimos un problemita aquí contigo. Mira en tus papeles sale que el ADN de tus tíos sí dio positivo con la foto 337/2018 (la de un antebrazo); la confronta sí fue positiva, pero no hubo más positivos… ese antebrazo estaba en una bolsa, pero eso (señalando una bolsa con restos humanos ) es lo que mis compañeros te quieren entregar… y de todo lo que ahí hay, a mí no me consta que sea de tu familiar. Yo no te voy a entregar a ti algo que no me consta que sea suyo.

La angustia se apoderó de Cristina, ya que en ese momento pensaba en cómo le iba a decir a su tía que lo que les querían entregar no eran los restos de César, pues lo que se encontró de éste estaba repartido dentro de las cuatro bolsas que, supuestamente, se habían analizado bajo pruebas genéticas:

A mí me explicaron que habían hecho exámenes de ADN a los restos, pero no fue cierto… me querían entregar un bulto que tenía, por lo menos, los restos de dos personas más… por eso no creo que a quienes encontraron en La Primavera ya los hayan identificado y dudo mucho de que los restos entregados correspondan a una misma persona, esto por lo que a nosotros nos pasó… Cuando nos tocó vivir esto, yo los insulté demasiado porque cómo era posible que nos hicieron esto a las familias que vamos buscando a nuestro desaparecido al SEMEFO.

Además de que no tienen tacto ni inteligencia para decirle a uno las cosas, ya que esto de que no tenían todo el cuerpo de mi primo nos lo dijeron a mi tía y a mí así de golpe, así como también dijeron sin pensar mucho las cosas que si no estaban las otras partes de César es porque, quizá, éste aún estaba vivo, pero sin un brazo… a mi tía le dieron esperanzas que ellos sabían no existían, ya que a mi primo lo tenían ahí en unas bolsas…

Después de estos hechos, Cristina y su familia exigieron cada una de las pruebas genéticas y cada uno de los peritajes que comprobarán que cada resto que les querían entregar en realidad correspondía verdaderamente César. En este último tramo del proceso, Cristina sólo recuerda que recibió ayuda de una perito de nombre Martha, su apellido lo ha olvidado con el tiempo, pero no así lo que ella hizo para recuperar a su primo.

Esta árdua tarea de identificación duró hasta el mes de diciembre de 2018; ahí fue cuando el IJCF determinó que en esas cinco bolsas localizadas, el 25 de septiembre de 2018 en la colonia El Briseño, correspondían a cuatro personas, tres hombres y una mujer, uno de estos hombres era César.

A mediados de diciembre, me dijeron que ya tenían identificadas las partes más significativas de mi primo, pero de Fiscalía me dijeron que sólo tenía dos opciones: tomar lo más significativo de éste y, entonces, ya recuperarlo, o esperar a que salieran las pruebas de ADN de otros restos que quizá darían negativo… Yo le tuve que decirle a mi tía que pudimos rescatar lo máximo de César, y que sólo le faltarían sus dedos y orejas… Mi tía me preguntó que si realmente era su hijo, yo le enseñé los dictámenes y ella, finalmente, aceptó los restos identificados.

Esta es la primera vez que Cristina y su familia narran esta terrible experiencia en SEMEFO, la razón para romper el silencio fue descubrir que a casi un año de lo que ocurrió con César, una madre denunció una situación similar.

Cristina pensó que el personal de la FGJ y el IJCF en verdad cumplirían la promesa que les hicieron cuando “tuvieron ese problemita con su primo” -palabras con las que definieron las autoridades forenses a la negligencia en el registro de identificación de los restos humanos localizados, el 25 de septiembre de 2018-; la promesa que en ese entonces les hicieron fue: “Lo que les pasó jamás volvería a sucederle a ningún otra familia”. Hoy saben que no fue así.

Hasta el 30 de septiembre de 2019, de las 138 bolsas con restos humanos localizadas en la Delegación La Primavera en Zapopan, se sabe que los restos corresponden a 34 personas; del primer hallazgo, se tienen 13 cuerpos completos y 16 incompletos (este es el caso del hijo de Gloria, José Manuel); en el caso de la segunda fosa donde se hallaron 19 bolsas con restos humanos dentro de una pileta, se logró identificar cinco cuerpos completos; en ambas fosas aún hay diversas secciones anatómicas que esperan los resultados de confrontas genéticas. Sobre los cuerpos que sí están completos, 12 son hombres y tres mujeres; de éstos, sólo nueve han sido identificados por sus familiares.

Sobre las investigaciones que deberían de concluir en quiénes son los responsables de quitarle la vida a Cesár; la familia nunca más volvió a tener noticias del área de homicidios de la Fiscalía General de Jalisco; la única información que tienen sobre el caso es aquella que llega por la queja interpuesta en la CEDHJ. Lo que el organismo de derechos humanos les ha informado hasta ahora sólo son las declaraciones donde peritos del IJCF aseguran y perjuran que jamás hubo un mal proceder en la identificación del joven de 24 años.

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