Verdad, justicia y paz: El clamor de miles de víctimas ante la omisión del Estado Mexicano

La Caminata por la Verdad, Paz y Justicia convocada por Javier Sicilia y la familia LeBarón culminó ayer en el Zócalo de la Ciudad de México; la acción que tenía el objetivo de visibilizar los estragos de la violencia en el país se hizo acompañar de más de dos mil víctimas de todo tipo de delito: homicidios, feminicidios, desapariciones, secuestros y desplazamiento forzado.

En todas ellas el común denominador es la impunidad y la dilación de la justicia en cada uno de sus casos, pero sobre todo la no escucha de sus demandas de parte de diversas administraciones que, sin importar colores o partido, han sido con ellas y ellos totalmente indolentes y displicentes.

Por Darwin Franco /@DarwinFranco y Dalia Souza/@DalhiaSouza

Entre la Estela de Luz y el Zócalo de la Ciudad de México existen poco más de 16 mil pasos.

Cada uno de ellos fueron dados con fuerza y dignidad por las familias de miles de víctimas de la violencia del país, pues en ellas no existía ese afán politizador del dolor, sino la rabia de quien con afinidad o no a los convocantes, salió a manifestar que en todo este tiempo nadie dentro de la estructura del Estado Mexicano ha sido capaz de dar o, al menos, garantizar justicia en cada uno de sus casos.

Si bien, la acción que buscó emular a la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad que cimbró al país en 2011, fue menos multitudinaria, su relevancia no estuvo jamás en el número de personas, sino en sus historias, denuncias, acciones de resistencia y en la terca memoria de jamás olvidar lo que a sus seres queridos les hicieron.

Y para darse cuenta de ello bastaba con caminar y platicar con cualquiera de los asistentes, pues en ellos las historias de dolor se hacían presentes desdibujando de tajo toda versión de que su presencia ahí era un show o, peor aún, que estaban ahí para desacreditar a un presidente que, dicho sea de paso, se negó a recibir a los integrantes de la Caminata por la Verdad, Paz y Justicia.

Muchas de las personas que asistieron sí recordaban aquella acción ciudadana de 2011; sin embargo, una buena parte de las mujeres y hombres que portaban lonas, cartulinas o retratos de sus seres queridos lo que estaban denunciando recién les acababa de suceder, como a las familias de Leonel Baez Martínez, Ángel Gerardo Ramírez Chaufón y Jesús Armando Reyes Escobar, todos desaparecidos el 29 de noviembre de 2019 en la colonia Lindavista en la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México.

Enfundados en camisetas con los rostros sus familiares denunciaron que, a la fecha:

“No hay avances en las investigaciones, pero sí muchas explicaciones de que sí están trabajando”.

Mismas explicaciones son las que han recibido los familiares de Karina, Hugo y Freddy, quienes viajaron desde Nuevo Laredo, Tamaulipas, para denunciar que desde mayo su hijo y dos compañeras están desaparecidos:

“Ningún Ministerio Público nos ha dado información, no hay avances de nada y tampoco hay indicios de que están investigando dónde están; creemos que las autoridades son cómplices de todo lo que está pasando porque nunca nos dicen o hacen nada”, expresó Omar, padre de Karina.

Las palabras dadas por las autoridades a los familiares de las víctimas de hechos recientes o aquellos que sucedieron hace años dolorosamente son las mismas, pareciera que alguien escribió un guion para evadir la responsabilidad del Estado frente a una violencia que se ha desbordado frente a nosotros y de la cual ellos tienen un gran responsabilidad, como expresó Guillermo Navarro, padre de Guillermo Navarro Campos a quien el 16 de junio de 2010, le arrebataron la vida en su propio domicilio en el Estado de México.

“Mi esposa se incorporó a la primera caravana y ahora me toca estar aquí exigiendo justicia por el asesinato de nuestro hijo… el avance en 10 años ha sido completamente cero; yo lo que quiero es justicia por el impune asesinato de mi hijo… por eso estoy aquí”.

En el contigente era posible ver familiares de todo tipo de delitos: homicidios, feminicidios, desapariciones, secuestros y desplazamiento forzado, los cuales provenían de todas partes del país: Guerrero, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Sinaloa, Michoacán, Tamaulipas, Estado de México, Nuevo León, Coahuila, Baja California, Sonora…

En las diversas mantas que portaban podían leerse sus denuncias y aflicciones porque estar ahí y poner la frente bien arriba no es fácil, y menos lo es frente a personas que durante el recorrido, aunque de manera más eufórica a la llegada del contingente al Zócalo capitalino, les gritaban que dejaran la farsa y el show porque para ellos, la acción convocada por Sicilia y los LeBarón sólo buscaba desprestigiar al presidente, Andrés Manuel López Obrador.

“Yo no pedí estar aquí, mis primas no pidieron estar en el cerro para que les disparan más de 3 mil 500 balas, las familias que están aquí no pidieron estar aquí, no se trata del Presidente ni de la clase política: Se trata de México… se trata de combatir la impunidad y la injusticia… nosotros no podemos quedarnos callados ante la atrocidad… por eso no podemos entender que no se nos quiera recibir porque la violencia y estar aquí jamás puede ser un show”, expresó Julián LeBarón, uno de los convocantes a la Caminata.

Integrantes de su familia portaron grandes cartelones con los rostros de quienes fueron acribillados por integrantes del crimen organizado, el 4 de noviembre de 2019 en Bavispe, Sonora. En total fueron nueve las víctimas que murieron ese día.

En el mismo contingente también marcharon las familias de Javier Valdez y Rubén Espinoza, ambos periodistas asesinados; el primero, en Culiacán, Sinaloa; el segundo, en la Ciudad de México; en ambos casos, sus familias se incorporaron a la Caminata… porque no ha llegado la justicia para ellas, pero también porque consideran que el trabajo de Javier y Rubén siempre fue el denunciar los estragos de la violencia en la vida de las personas.

Y ahí estuvieron portando una gran manta con el nombre de Javier o la fotografía con la que muchos recordamos a Rubén.

Quienes también acudieron fueron los padres de niños con cáncer que durante más de dos años han peleado por el desabasto de medicamentos especializados que son claves es la lucha de sus hijos contra la mortal enfermedad:

“Estamos aquí porque lo que nos pasa también es violencia, ya que le están quitando a nuestos hijos la oportunidad de luchar contra el cáncer y nos están dejando a nosotros la responsabilidad de comprar los medicamentos a precios muy altos… estamos aquí porque también creemos que hemos sido violentados por un Estado que no ha respetado nuestro derecho humano a la salud”, expresó Omar Hernández, padre de Dealessandro, quien padeció leucemia y actualmente está en etapa de observación.

Los integrantes de la Caminata realizaron diversas paradas durante su recorrido, específicamente, en los antimonumentos que han sido colocados en la Ciudad de México; ahí recordaron a los 43 normalistas de Ayotzinapa aún desaparecidos; a las víctimas de los feminicidios en México y a todos aquellos a los que el Estado asesinó o desapareció en 1968.

El acto que culminó con un par de discursos en el Zócalo de la Ciudad de México tuvo momentos algidos porque decenas de simpatizantes de López Obrador ya los esperaban para manifestar su repudio a la acción a la que no consideraban de paz sino de confrontación política y así lo hacían saber cuando el silencio de la Caminata se rompió con frases como: “Es un honor estar con Obrador” o “Son unos traidores”. 

Las familias y organizadores sólo respondieron a esto con el grito de: “Paz, paz, paz”.

Finalmente, en el templete la familia LeBarón, en voz de Adrián LeBarón, y Javier Sicilia tomaron la palabras para culminar la acción que los hizo caminar desde Cuernavaca, Morelos, hasta el Zócalo. En ambos discursos se reiteró que no estaban ahí para generar discordia u ofrecer un show sino para mostrar que la violencia en el país persiste y que son miles de víctimas las que no tienen justicia ni verdad:  

“El hecho de que le hayas dado la espalda a la agenda de verdad, justicia y paz como prioridad de la nación, agenda con la que te comprometiste el 14 de septiembre de 2018 y que nos pediste crear junto con la Segob (…) el hecho de reducir la paz a un asunto de seguridad y abandonar la verdad y la justicia, ha mantenido articuladas las redes de complicidad del Estado con el crimen organizado, y sus costos en dolor y muerte han sido demasiado altos: cerca de 35 mil asesinatos que se suman a los 61 mil desaparecidos –más de 5 mil en el último año—, a las cientos de miles de víctimas heredadas de las malas administraciones pasadas –prácticamente todas continúan sin conocer la verdad y mucho menos la justicia”, expresó Javier Sicilia en una Cuarta Carta que dirigió a López Obrador.

Las y los integrantes de la Caminata por la Verdad, Paz y Justicia entregaron a las autoridades federales y al Senado de la República un pliego petitorio con propuestas de reforma de justicia transicional esperando que, al menos, en papel sí fueran atendidas sus peticiones, ya que ninguna autoridad se hizo presente para recibir a las víctimas.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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