Ataques a mujeres en espacios digitales aumentan en tiempos de COVID-19

De acuerdo con ONU-Mujeres, durante el contexto de emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de la COVID-19, la violencia digital por razón de género se ha agravado en contra de mujeres y niñas, afectando su desarrollo y el pleno disfrute de sus derechos humanos a la dignidad, la libertad de expresión, acceso a la información, la protección de datos personales y vida privada, así como, a la justicia.

Y es que, recuerdan que la violencia digital “se articula con la violencia machista” que las mujeres y las niñas viven cotidianamente en distintos espacios de su vida: casa, trabajo, escuela y lugares públicos, por lo que, “no hay una separación en línea/fuera de línea y es tan real como cualquier otra forma de violencia”.

Por Dalia Souza / @Dalia Souzal

Ilustración UNICEF 

Las medidas de resguardo y confinamiento, así como, el desarrollo de la vida escolar, laboral y social en línea, aumentaron el uso del internet entre un 50% y un 70%, afirma la ONU-MUJERES en el reporte “Violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital. Lo que es virtual también es real”; por lo que, la pandemia por COVID-19 es reconocida como “la primera gran pandemia en la era de las redes sociales”.

El uso de plataformas de streaming en audio, video y videojuegos, expone el informe, han cobrado mayor relevancia, al tiempo que, se han convertido en sitios vulnerables para los ataques cibernéticos, particularmente para las mujeres y las niñas, quienes, de acuerdo con el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año 2019, ya habían sido víctimas del 53.1% de las agresiones en internet.

Esto significa que, durante el 2019, 9.4 millones de niñas y mujeres de entre 12 y 59 años sufrieron acoso cibernético de un total de 17.7 millones de personas usuarias de internet, el 46.8% (8.3 millones) restante corresponde a niños y hombres con el mismo rango de edades.

A ello, agrega el organismo internacional, previo al escenario de pandemia se tenía conocimiento de que el 73% de las mujeres en el mundo son expuestas o han experimentado algún tipo de violencia en línea; cerca del 90% de las víctimas de distribución de contenido sexual o intimo no consensuado, son mujeres; y que, una de cada cinco usuarias de internet vive en países donde no existen condiciones para garantizarles justicia.

Para el caso de México, de acuerdo con el MOCIBA, las mujeres de entre 18 y 39 años son las que más ataques sufren en espacios digitales, siendo el ciberacoso de índole sexual, como insinuaciones sexuales y fotos y videos con contenido sexual no solicitado, el delito que más les afecta con un 40.3% y 32.8% de las agresiones, respectivamente.

Por ello, advierten que estas manifestaciones de la violencia en línea guardan una estrecha relación con el contexto de desigualdad estructural, discriminación, el patriarcado y la brecha digital de género. Así es como, por ejemplo, en el caso de México, las mujeres suelen ser mayormente usuarias de las redes sociales, de la telefonía en internet y de la publicación de contenidos propios, mientras que, los hombres son quienes en su mayoría diseñan los algoritmos y softwares, lo que favorece: “importantes sesgos de género y la reproducción de roles y estereotipos”.

Frente a esta realidad recrudecida por el contexto de emergencia sanitaria y las medidas de aislamiento social, así como el aumento en el uso y consumo del internet y las plataformas virtuales, el organismo señala que han sido documentados casos de recepción de videos pornográficos no solicitados en medio de los eventos en línea donde mujeres se encontraban participando. Asimismo, se han registrado amenazas, contenido sexista dañino y zoombombing, es decir, la invasión con contenido de naturaleza violenta, racista, sexual, etc., en videoconferencias.

Con preocupación ven el incremento de la pornografía no consentida y sus efectos, los cuales también laceran en su mayoría a mujeres y niñas, quienes son las principales víctimas de trata en el mundo. Estas plataformas y las redes sociales se han convertido en espacios de reclutamiento, afirma el organismo de derechos humanos y su aumento ha sido evidente en el contexto de pandemia.

La violencia digital es entendida como aquella que se ejerce a través de los medios y plataformas digitales, sus efectos causan graves afectaciones a la dignidad, la integridad, la seguridad y la libertad de sus víctimas. De acuerdo con la comunidad internacional, algunas de sus formas pueden presentarse como: monitoreo y acecho, acoso, extorsión, desprestigio, amenazas, suplantación y robo de identidad, así como abuso sexual relacionado con la tecnología, entre otras.

En ese sentido, la violencia de género en línea -facilitada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)- que se articula con la violencia machista que las mujeres, jóvenes y niñas experimentan en distintos espacios de su vida pública y privada, puede generar en sus víctimas: “niveles altos de ansiedad, trastornos de estrés, depresión, trauma, ataques de pánico, pérdida de autoestima y una sensación de impotencia en su capacidad para responder al abuso”, explica el informe y, advierte, dichos sentimientos “pueden aumentar en un contexto de cuarentena y aislamiento”.

Se sabe que el 28% de las mujeres que reconocieron haber sufrido acoso o abuso en línea -al menos una vez en su vida- han reducido su presencia en línea. Al mismo tiempo, revela el informe, las blogueras, las mujeres indígenas, las personas lesbianas, bisexuales, transgénero y con discapacidades, suelen ser específicamente agredidas. También las periodistas, activistas, defensoras de derechos humanos y aquellas que participan en actividades públicas suelen experimentar “ataques sistemáticos como amenazas, acosos, hostigamiento, e incluso, son víctima de homicidio en razón de la labor que desempeñan” dentro de estas plataformas.

De acuerdo con la ONU-Mujeres, entre 2012 y 2018 fueron registrados 422 casos de violencia y agresiones contra mujeres periodistas en el espacio digital.

Finalmente, el informe revela algunas claves para sumar a la construcción de una vida libre de violencias para las mujeres y las niñas en espacios “en línea” y “fuera de línea”.

En México, la Ley Olimpia es una iniciativa de ley impulsada por Olimpia Coral Melo, víctima de violencia digital de género, junto con colectivas feministas del país agrupadas a través del Frente Nacional para la Sororidad.

Consiste en un conjunto de reformas legislativas para reconocer la violencia digital y las conductas que atenten contra la intimidad sexual de una persona, implica la adición y/o reforma a 12 artículos de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como al Código Penal Federal. En noviembre de 2020, las reformas que hacen posible la Ley Olimpia fueron aprobadas con 87 votos a favor por el Senado de la República.

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Dalia Souza
Dalia Souza
Periodista apasionada de la radio, comprometida con quienes resisten en la exigencia de verdad, memoria y justicia. Creo que el periodismo es una herramienta para construir paz y cambio social.

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