Corto animado visibiliza problemas de propiedad intelectual y regateo que enfrentan tejedoras en los Altos

*Su proyecto también surgió por su papá y mamá, quienes se conocieron en Chiapas, ambos trabajaban con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), por lo que tuvieron que quedarse varios meses en el lugar.

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“Mis manos tejedoras” (My weaving hands), es un corto animado en 2D y un trabajo de investigación sobre el telar de cintura maya de San Cristóbal de Las Casas, visibiliza la pertenencia de los diseños del brocado, a las tejedoras no organizadas que son sujetas al regateo por las necesidades financieras y, como las y los turistas subestiman su labor, un mercado colonial que menosprecia su cultura, habilidad y arte.

Rio “Riquis” Castañeda, animadora mexicana y artista de guion gráfico, a través de una entrevista compartió que su corto animado es parte de su trabajo de tesis, el Massachusetts College of Art and Design (MassArt), da un límite de duración de 7 minutos para la producción, por la pandemia redujeron el tiempo.

Al mismo tiempo, debían planear su proyecto antes de iniciar las clases, para que cada estudiante recibiera su equipo, fue así como desarrollo su idea creativa desde abril de 2020 hasta mayo de 2021.

Castañeda contempló dos lugares para su trabajo: Xochimilco y Chiapas, sin embargo, sus compañeros notaron que su interés se inclinaba al estado del sur, asimismo, buscó relacionar su tema favorito de arte, la descolonización.

La animadora quería contar una historia relacionada a la cultura y en particular a los grupos indígenas bajo la perspectiva de la descolonización, otro motivo fue que al mudarse a Estados Unidos era la única mexicana dentro del salón de clases.

Explicó que la descolonización es regresar a un estado de independencia cultural y enseñar el antirracismo, esto la motivo a contar una historia sobre el telar de cintura, además es una práctica que le interesa al ser muy geométrica, colorida y por desconocer el significado de cada símbolo.

La artista buscó más referentes como esculturas mayas, arte chiapaneco y encontró la exhibición “Tejidos imaginarios” de Lizette Abraham, artista contemporánea mexicana con experiencia en performance y fotografía construida, las imágenes se inspiran en la coca-colonizacion, la matanza de Acteal y las tejedoras de caminos.

Así surgió la idea de ir más allá del telar, las mujeres y el tiempo de trabajo, en esta búsqueda se topó con la cooperativa Jolom Mayaetik, alrededor del año 2000, realizaron documentales y los subieron a la plataforma de YouTube, cada video le brindó información de cuanto tardaban en realizar el huipil y los tintes orgánicos que usaban.

Era muy bello, mi hermana Andrea me contacto con Cony López, ella me contacto con Rosalinda Santiz Díaz, una señora increíble, estaba encargada de Jolom hace unos años, le encantó la historia, le pareció una buena idea, me dijo que habláramos con otras tejedoras a través de Zoom, dijo la animadora.

Durante la reunión, les planteó la idea y como se vería la historia, a ellas les encantó porque no solo se enfocaba en el proceso de la creación, sino en lo complejo y difícil que es la venta por el “precio justo”, y como el regateo es real, en particular con la artesanía.

Castañeda dijo que la finalidad no era dejar al espectador con la idea del “qué bonito” sino “¿Cómo puedo ayudar?”, además las tejedoras aportaron ideas, para ella era importante conocer que no les gustaba o que querían cambiar.

Por ejemplo, al compositor yo le di instrucciones para hacer la música chiapaneca, tiene que ver con la marimba, yo no me esperaba que las tejedoras me dijeran que le pusiera un poco del bolonchon, expreso la artista.

La animadora se dio cuenta que uno de los trabajos más importantes de Santiz Díaz, es mantener los derechos de los diseños y prendas, descubrió que la clientela turística a veces se aprovecha de las tejedoras que no están involucradas con una cooperativa como K’inal Antsetik o Jolom Mayaetik, que no hablan español, y no cuentan con precios fijos.

Las tejedoras no organizadas son sujetas al regateo y, a menudo, no pueden rechazar una venta debido a necesidades financieras. Cortesía: Rio Castañeda

Aunado a ello, están los diseñadores europeos y americanos que buscan a estas mujeres por el estilo o la técnica del telar, después venden las prendas que adquieren a un valor más alto y se apropian del diseño, dejando a las tejedoras chiapanecas sin compensación.

Enfatizó que, Jolom Mayaetik y K’inal Antsetik son organizaciones dirigidas por mujeres que apoyan a las tejedoras, estableciendo precios fijos de manera colectiva, son dueñas de su propiedad intelectual y patrimonio cultural.

Castañeda comentó que, aunque el corto se finalizó en mayo fue publicado este mes de agosto, por complicaciones del sitio web de Jolom, pues quería un link para hacer donativos, porque no se sentía bien solo dando a conocer los nombres de las tejedoras.

El turismo al ser una víctima de la pandemia, provocó que las tejedoras se vieran afectadas, sin embargo, continuaron con el trabajo en la tienda en línea de Maestras Artesanas, que se maneja bajo el mismo concepto que Jolom Mayaetik: los diseños son nuestros, indicar quien es la tejedora, fijar un precio, y cuando se vende alguna pieza el dinero va directo a la creadora.

Los huipiles o blusas tejidas, tardan varios meses en completarse y turistas a menudo subestiman su labor, en un mercado colonial que ha menospreciado su cultura, habilidad y arte. Cortesía: Rio Castañeda.

La animadora compartió que, una de sus preocupaciones era representar el acto del telar, al final del corto se aprecia el huipil que tejió Magdalena López López, le dijeron que era uno de los brocados más complejos y difíciles al tener múltiples niveles de hilos, y  no quería enseñarlo como algo fácil, así que decidieron hacerlo un poco más fantástico.

Yo quería que el espectador viera la misma belleza y orgullo que sentí al observar el proceso de trabajo de estas mujeres para darnos estas prendas tan bellas, que sintieran emoción y alegría, también enterarse de lo difícil que es venderse, cualquiera se siente mal al saber que su trabajo no es valorado, quería cambiar la opinión de la gente que regatea, no es respetuoso, dijo la artista.

Para ella, es importante que la gente entienda que después del genocidio que ocurrió con la llegada de los conquistadores, es una suerte aún contar con esta actividad, por lo que debería recibir más apoyo, acentuó que al final del corto se observa como cada tejedora deja una parte de su alma y vida en cada una de estas piezas.

La animadora enfatizó que, una de las dificultades que tuvo que superar fue no rodearse de sus compañeros y compañeras, como asistir a su escuela, sabía que otros graduados experimentaron durante el proceso de tesis la convivencia y ayuda mutua.

Así como no perder la cabeza, porque estamos ocupados, tenemos empleo, algunos no tenían trabajo y era más difícil para ellos completarlo, la ansiedad por la gente que se está muriendo, por lo menos en mi familia en México, murieron bastantes y no era nada fácil mantenerse motivada después de eso, dijo la artista.

La herencia cultural y la propiedad intelectual de las artistas es evidencia de 500 años de resistencia indígena. Cortesía: Rio Castañeda.

Castañeda se encontraba por terminar su corto, pero el 6 de enero de 2021, hubo un ataque al capitolio en Washington D. C., donde ella vive, resultado de las elecciones presidenciales de 2020, los noticieros avisaron a la ciudadanía que debía preparar documentos importantes y gasolina -aun lo tienen-, la ciudad vivió momentos tensos durante el año pasado y principios de este.

Por otro lado, comunicó que seguirá trabajando con las tejedoras, además el corto está entrando a festivales de animación y cinematografía, uno de los próximos es el Festival Pixelatl.

Es de mucha gratitud, si funcionó, creo que sin la pandemia hubiera sido más difícil comunicarse con todas las personas que participaron en el proyecto, la gente lo puede ver, ya está en internet como en diferentes países como Estados Unidos, Canadá y México, eso un alivio que no se perdió y que quieran saber que más está haciendo Jolom y Rio, puntualizó la animadora.

Asimismo, está en la búsqueda de integrarse con algún estudio y no realizar solo trabajo independiente, también quiere completar su maestría en alguna escuela de Francia o California.

Me gustaría tener mi propio estudio de animación en México, tal vez empezar una serie que enseñe náhuatl básico o hacer películas representativas del país de hoy en día, me gustaría contar historias más del presente. Estudie música en la preparatoria así que tengo amor por los videos musicales, me encantaría mezclar sonidos con arte, visuales para conciertos, todo con el mismo mensaje: descolonización, expuso Castañeda.

Por último, agradeció a Santiz Diaz, Magdalena López López, Cony López y Andrea Castañeda, pues su proyecto no hubiera sido posible sin la colaboración de cada una de ellas, así como a K’inal Antsetik y Jolom Mayaetik, a quienes considera “heroínas del telar de las mujeres de los Altos de Chiapas”, y empezar su carrera de esta manera la llena de satisfacción.

Este trabajo fue publicado originalmente en Chiapas Paralelo que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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