La otra pandemia que no cesa: la violencia de género en México aumentó en 2021

La crisis sanitaria que aún se vive en México ha generado que niñas y mujeres tengan que pasar un mayor tiempo con sus agresores debido al confinamiento social. 

Tan sólo durante los primeros tres meses del 2020, se recibieron 155 llamadas de mujeres cada hora al 911 para denunciar violencia intrafamiliar y se presentaron más de 20 mil denuncias por el mismo delito en el país. Lamentablemente, la red Nosotras Tenemos Otros Datos ha denunciado que el 90% de los casos quedarán impunes.  

Si bien, en el primer año de la pandemia se presentaron múltiples denuncias por diferentes delitos cometidos contras las mujeres y niñas, el 2021 ha sido todavía más violento para ellas. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de enero a septiembre se denunciaron 1 millón 522 mil 759 delitos y de este total 80 mil 933 de la víctimas son mujeres. 

Estos datos y demás reflexiones en torno a esta problemática fueron presentados durante el panel La violencia familiar que viven mujeres en México después del confinamiento, organizado por el Museo de la Mujer. 

Por Samantha Anaya / @Sam_An16  

La pandemia, además de mantener a niñas, adolescentes y mujeres en casa (con el riesgo de ser víctimas de violencia física, sexual, económica, psicológica y patrimonial) hizo imposible que salieran a pedir ayuda y/o a denunciar a sus agresores por miedo a contagiarse, según señala Wendy Figueroa, directora general de la Red Nacional de Refugios (RNR).

A la par, la Red denunció que durante marzo de 2020 las solicitudes de orientación y auxilio de mujeres víctimas de violencia incrementó en más del 80%.

La organización civil agrega que, tras el llamado a la emergencia sanitaria nacional por la emergencia sanitaria y la serie de medidas para evitar su propagación a través del “resguardo” en casa, 37% de las mujeres que les solicitaron ayuda u orientación, advirtieron haber sido víctimas de violencia física; mientras que, el 17% afirmó ser víctima de todas las formas de violencia: física, sexual, emocional, patrimonial y económica.

La Red además, explica que antes del periodo de contingencia sanitaria por COVID-19, mantenía un promedio de 50 llamadas y 80 mensajes directos al día para brindar atención y orientación a mujeres víctimas de violencia en sus casas. Sin embargo, después de la campaña Aislamiento sin violencia. ¡No estás sola!, las solicitudes de ayuda se duplicaron a 100 llamadas y 160 mensajes diarios en sus primeras semanas.

Los tipos de violencias cometidos en contra de mujeres durante esos primeros 30 días de aplicación de la medida de confinamiento fueron: violencia emocional (23% de los casos); física (37%); y el 17% afirmó ser víctima de todas las formas de violencias (física, sexual, emocional, patrimonial y económica).

Al respecto, los esposos o parejas fueron los agresores en el 57% de los casos de mujeres que solicitaron ayuda.

 En cuanto a la edad de las víctimas, el 26% afirmaron tener entre 21 y 30 años; el 20% entre los 31 a 35 años; y un 12% señaló tener de 36 a 40 años.

A pesar de las restricciones y medidas de seguridad sanitaria, el 19% de las denunciantes expresaron haber solicitado antes apoyo a alguna instancia gubernamental. A pesar de esto, no recibieron el acompañamiento esperado.

Sin embargo, aún cuando el 2020 fue un año en el que las cifras de violencia de género incrementaron (en comparación con años anteriores), el 2021 ha sido un año aún más violento para las mujeres y niñas en sus propios hogares. 

Hasta julio de 2021, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), daba cuenta de que los delitos contra las mujeres aumentaron en comparación con el 2020 (primer año de la pandemia en México).

Por su parte, la abogada Patricia Olamendi Torres, de la red feminista Nosotras Tenemos Otros Datos, explicó que en todo 2020 se integraron 220 mil carpetas de investigación por violencia familiar. En contraste, entre enero y junio de 2021 ya había en México 129 mil carpetas de investigación por violencia familiar.

Aunado a ello, el Observatorio Ciudadano por la Seguridad reconoce que las llamadas al 911 por delitos socio-familiares aumentaron de junio de 2020 a junio de 2021. Por ejemplo, las llamadas al número de emergencia por el delito de feminicidio aumentaron 2.29%, por trata de personas 28.8%, por violación 31.4 % y violencia familiar 22.5%.

De enero a mayo de 2021, la línea 911 identificó que hubo 412 mujeres víctimas de feminicidio, especialmente en el Estado de México, Jalisco y Veracruz. Los municipios con mayor incidencia fueron: Tlaquepaque y Tlajomulco, en Jalisco; Culiacán, Sinaloa; Juárez, Chihuahua; e Irapuato, Guanajuato. 

Este ha sido el panorama de violencia que viven las mujeres y niñas en México durante 2021. Pero, ¿cómo ha incrementado la violencia hacia ellas ahora, después del confinamiento social? En el panel La violencia familiar que viven mujeres en México después del confinamiento, Gabriela Amores, maestra en derecho, explicó que la violencia de género ha existido desde siempre, sin embargo, “ahora se denuncia más” y existen más organizaciones que acompañan a las víctimas. 

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, demuestra que de enero a septiembre de 2021, fueron cometidos 80 mil 933 delitos en contra de las mujeres: lesiones dolosas (58.12%); lesiones culposas (15.73%); trata de personas (0.49%); homicidio culposo (2.97%); feminicidios (0.94%); homicidio doloso (2.60%); extorción (3.08%); rapto (0.16%); corrupción de menores (1.46%); tráfico de menores (0.01%); secuestro (0.38%); delitos contra la libertad y la seguridad sexual (3.43%); otros delitos contra la vida y la integridad corporal (4.07%); entre otros (6.56%). En general, el delito que más se ha registrado en lo que va de 2021 es la violencia patrimonial (45.09%).

Con relación a los estados que muestran una mayor cantidad de delitos contra las mujeres, son: el Estado de México que se posiciona en primer lugar (110 casos), seguido de Veracruz (55); Jalisco (54); Ciudad de México (45) y Nuevo León (42).

Violencia doméstica

El año pasado 2020, fueron integradas 220 mil carpetas de investigación por el delito de violencia intrafamiliar y/o doméstica. 

En el caso de 2021, este delito se ha posicionado como uno de los de mayor impacto en el país, pues hasta julio pasado había 129 mil carpetas de investigación iniciadas.

La Secretaría de Seguridad señala que, en todo 2020, hubo 220 mil 031 denuncias por este delito; mientras que, de enero a septiembre de 2021 se han realizado 192 mil 746, siendo mayo el mes con más número de denuncias (23 mil 908).

Lesiones dolosas

En 2020, 57 mil 495 mujeres fueron víctimas de lesiones dolosas cometidas por algún  hombre cercano a ellas: padres, padrastros, abuelos, hermanos, novios, esposos, amigos.

La mayoría de ellas fueron hospitalizadas por fracturas, heridas por armas de fuego, por armas blancas y quemaduras. Este delito también va en aumento, pues en el primer semestre del año 2021 se han presentado 33 mil casos.

Olamendi Torres, doctora en derecho e integrante de la red Nosotras Tenemos Otros Datos, explicó que la violencia familiar, las lesiones dolosas y la violencia sexual (la cual, explicó, las secretarías de seguridad locales no reportan como delitos de alto impacto) son violencias que anteceden un feminicidio y que, por lo tanto, son a su vez las “razones de género” que configuran el tipo penal del feminicidio.

En la misma tesitura, Gabriela Amores, denunció que las autoridades no reconocen las lesiones dolosas como tentativas de feminicidios, sino como violencia doméstica. 

Feminicidios

En México, 9 muertes violentas de mujeres son tipificadas bajo el llamado homicidio doloso, es decir, cuando el asesino expresa que “no tenía la intención de hacerlo”. El hecho de que el feminicida realice esta aseveración genera que, en automático, disminuya la culpabilidad del presunto responsable y, por lo tanto, su condena (en el caso de que exista tal). Lo anterior sucede sin que se tomen en cuenta las razones de género que llevaron al probable feminicida a hacerlo, además, de la condicionante de ser un hombre, así lo precisó Olamedi.

La experta en derecho también señaló que los subregistros podrían ser mucho peores, ya que en 2020 hubo 3 mil 136 mujeres víctimas de homicidios culposos, y hasta julio de 2021 eran mil 610 víctimas. Es decir, en promedio cada día 9 mujeres son asesinadas en México de manera “no intencional”. 

Al respecto, Gabriela Amores remarca que “dada la complicidad de la ley, la violencia machista no cambia, sólo evoluciona de acuerdo a la época”. 

Muestra de ello es que, si bien, en 2012 se tipificó este delito en todo el país, no fue hasta el 2018 que el SESNSP comenzó a capturar los datos duros, y aún cuando los datos duros son registrados y recopilados, “no hay que olvidar que las mujeres no somos números”, agrega Amores.

En cuanto a este aumento de la violencia feminicida en el país, y de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Seguridad, durante el año 2020 se reconocieron 948 carpetas de investigación por este delito. Mientras que de enero a septiembre de 2021 se clasificaron como tal 736, siendo agosto el mes con más casos (106), mientras que en agosto de 2020 se clasificaron 74 casos.

Frente a esta realidad, y reconociendo que muchos casos de feminicidios son tipificados como homicidios dolosos, de acuerdo con los datos oficiales y sumando ambas cifras, un total de 20 mujeres y niñas son asesinadas cada día (11 feminicidios y 9 homicidios dolosos), precisaron las defensoras.

Violencia económica y patrimonial

La doctora y especialista en temas de género, Mercedes Pedrero Nieto, ya alertaba en diciembre de 2020 que “la pandemia estaba siendo cargada en los hombros femeninos”. En ese sentido, explicó dentro de este panel que la crisis económica, como resultado de la pandemia, ha impactado en la vida de las mujeres de manera diferenciada y, a la vez, son quienes se han visto mayormente perjudicadas, en comparación con la población masculina en el país.

Pedrero advirtió que esto se debe a que, en su mayoría, son microempresarias y dueñas de pequeñas o medianas empresas que el gobierno catalogó como “no esenciales” durante el primer año de la pandemia en México; situación que las llevó a cerrar durante largo tiempo en el periodo de emergencia sanitaria el año pasado:

“Son las mujeres quienes tienen empresas de alimentos, costura, salones de belleza, y son estos mismo negocios los que han sido catalogados como no esenciales, así que han tenido que cerrar prácticamente, pues, en promedio, estos tipos de empresas medianas y pequeñas empleaban a cinco personas, pero ahora apenas pueden subsistir ellas mimas. Por otro lado, están las trabajadores domésticas, quienes, además de la reducción en su salario, están mayormente expuestas a contraer el virus”.

Asimismo, Sofía Ramírez, socióloga, manifestó que la crisis económica y laboral para la población femenina en México ha violentado aún más sus derechos humanos, en este caso, el derecho al trabajo:

“Estamos ante el mercado de cuidados, es decir, ante el gran ausente en la economía mexicana, ya que vemos que en la pandemia se han perdido, no sólo más empleos de mujeres que de hombres, sino que ahora ellas no pueden regresar a laborar, porque la brecha se ha incrementado. En los sectores formales como informales donde había laboraban más mujeres, es donde ha habido más despidos, y por ello permanecen, ahora, aún más en el hogar. Por lo anterior, se han incrementado las horas de trabajo en el hogar para las mujeres”.

Aunado a las desigualdades de género, se encuentra la brecha económica entre la población mexicana en general, es decir, la violencia de género se encrudece en los sectores más pobres:

“Hay sectores de mujeres que pueden pagar un apoyo extra, para ayudarles en las tareas domésticas y para el cuidado de los niños, ayuda que, casi siempre, es otra mujer, que a su vez debe dejar a sus hijos con el vecino o cualquier otra persona. Esta disparidad socioeconómica ya estaba, pero se ha marcado más, y también vemos que hay cada vez más hogares encabezados por mujeres que deben salir sí o sí a trabajar, pero cómo si no hay empleos para mujeres”.

De enero a septiembre de 2021, la violencia patrimonial fue la que se presentó como el tipo de violencia con una mayor cantidad de denuncias (686 mil 612 de un total de 1 millón 522 mil 759 delitos, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad). 

De cara a esta realidad, Gabriela Amores aseguró que “siempre ha sido el patrimonio el bien jurídico más afectado, esto porque otorga libertad a las mujeres, y es lo que los hombres menos quieren, porque les aterra ya no ser útiles, por eso atentan totalmente contra lo que nosotras hemos conseguido”.   

De la misma manera, así como la violencia contra las mujeres ha aumentado, la violencia contra las infancias y adolescencias también ha crecido. La Red Nacional de Refugios señala que de los casos que atendieron en 2020, el 19.33% de las hijas e hijos de las mujeres que solicitaron apoyo también fueron víctimas de agresiones dentro de sus casas.

Abuso y maltrato infantil 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de niños, niñas y mujeres de México de 2015, en todo el país, el 63% de las niñas, niños y adolescentes menores de 14 años han sido víctimas de algún tipo de violencia en sus hogares. 

Esta situación se intensificó y las tasas de abuso y maltrato infantil aumentaron debido al confinamiento social. Según la encuesta de Seguimiento de los Efectos de COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos, hasta abril de 2021, las discusiones y tensiones dentro de los hogares aumentaron un 34.2%.

Por su parte el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó en su pronunciamiento de agosto de 2020 que:

“Durante el confinamiento, es probable que se presenten con mayor frecuencia situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes o hacia otros miembros de la familia, como el castigo corporal, la desatención, la violencia sexual y psicológica”.

Según datos del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, el año pasado más de 11 mil niñas, niños y adolescentes ingresaron a hospitales por algún tipo de violencias.

De igual forma, la Red Nacional de Refugios reportó que, durante 2020, atendieron a 2 mil 400 niñas y niños víctimas de violencia familiar. De este total, 9 de cada 10 niñas y niños atendidas y atendidos en el refugio fueron víctimas de violencia física y psicológica; 2 de cada 10 sufrieron violencia económica y patrimonial; y 800 niños, niñas y adolescentes (33.3%) que llegaron a los albergues fueron víctimas de violencia sexual durante el confinamiento, tan sólo en 2020.

“En promedio teníamos que una de cada 15 niñas, niños o adolescentes estaban en violencia sexual, ahora estamos hablando de 2 de cada 10 que llegan al albergue”, expresa Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional.

En cuanto al 2021, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), detalla en uno de sus comunicados que México es el primer país del mundo en abuso sexual y violación  de personas menores de edad. También destaca que el 90% de estos delitos cometidos contra las niñas se produce en el interior de los hogares y en el entorno familiar, espacios en donde deberían estar seguras y protegidas. 

En contraste, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), expone que la razón por lo que la cifra negra en este tipo de delitos es tan alta, está relacionada con el “miedo, la desconfianza en las autoridades y la vergüenza, pues creen que lejos de ayudarlas, las culparán por todo lo que les sucedió”.

Así pues, por cada mil casos de abuso sexual y violación cometidos contra menores de edad en el país, únicamente 100 se denuncian y de estos sólo el 10% llega ante un juez. De este 10%, sólo el 1% recibe una sentencia condenatoria, de acuerdo con cifras de la OCDE. 

La Conavim, hasta principios de noviembre de 2021, atendió a 594 víctimas y sobrevivientes de violencia machista, y más de la mitad han sido atendidas por violencia sexual y física. 

En cuanto a la complicidad y omisión del Estado, es importante reconocer que el delito de violación tiene condenas de entre 5 y 10 años de prisión en muchos de los códigos penales del país, cuando, de acuerdo a especialistas en el tema, una víctima de abuso sexual y/o violación puede tardar décadas en denunciar, y más si es menor de edad.

“Se nos llama ‘presuntas’ víctimas, ¿por qué?, porque no le creemos”. Por ello, en un país como México, “nos toca a nosotras reflexionar y actuar” se cuestiona Amores.

Finalmente, la especialista advierte que, mientras el Estado haga caso omiso y pase por alto las violencias de género que día a día viven mujeres y niñas en todo el país, “la complicidad con el patriarcado se va reforzando”. 

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Samantha Anaya
Samantha Anaya
Amo pasar tiempo con mi persona favorita: mi mamá. Considero que el ser periodista implica hacer un compromiso con la verdad, la justicia, la empatía y, sobre todo, con las personas.

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