La imaginación como camino posible

Escribiéndonos Resistimos

Por Susana Larios Murillo /@MaestrasFemGDL /  Profesora asociada del Departamento de Formación Humana del Iteso 

En los últimos meses me he cuestionado qué es lo que debería suceder en el aula feminista, cuáles son los procesos que las docentes comprometidas con la política feminista tenemos que facilitar, cuáles son los temas que debemos tratar con urgencia, las pedagogías necesarias, los cuestionamientos apremiantes. Estas preguntas, por supuesto, tiene muchas respuestas posibles y solo podremos acceder a ellas colectivamente. Sin embargo, hay algunas pistas que pueden ayudar a mover las nociones más anquilosadas. 

Lo primero que se me ocurre, por obvio que parezca, es que difícilmente podremos generar cambios profundos si no ponemos en marcha ejercicios de imaginación radical. Generar otras narrativas y hacerlo en común es central para refrescar aquellas ideas que busquen cuestionar el estado de cosas. En los años que llevo de dar clases (que son todavía pocos) no había visto reacciones más emocionantes y desafiantes en lxs estudiantes que cuando pensamos otros mundos posibles, otras formas de relacionarnos desde el cuidado y los afectos, formas distintas de ser y estar en la escuela, otras relaciones entre las personas, órdenes de género y sexualidad diversos. No digo que sea fácil, incluso hay demasiadas resistencias. 

Lo que he encontrado me sorprende de manera muy grata. Este semestre comencé a dar clases de género y equidad, -ambas- temáticas que me parecen muy relevantes para desnaturalizar el orden patriarcal y la idea de que por sí misma la equidad resuelve las violencias brutales contra las mujeres y las disidencias sexuales. Un ejercicio recurrente en el curso ha sido pensarnos todxs como parte de la solución. Para esto, en una de las sesiones leímos un texto de Estefanía Vela (1) que para todxs fue muy revelador. En él, la autora nos interpela sobre la necesidad de reflexionar no solo sobre aquello que nos parece injusto, sobre lo cual tenemos muy bien tomado el pulso, sino centrar nuestra creatividad en pensar lo justo, que, por extraño que parezca, nos cuesta mucho trabajo. Es en ese resquicio donde el mundo se puede expandir, en el cual invitamos a la utopía a las aulas y abrimos horizontes de posibilidad. Por supuesto, no basta con imaginar qué sería justo, también es necesario dedicar tiempo a plantearnos cómo podemos hacerlo posible. 

Como profesora, este curso me ha permitido muchos aprendizajes. He leído en los ejercicios de reflexión cuestionamientos importantes a la monogamia, las nociones de diferencia sexual, el género, el amor y las relaciones. También he escuchado de lxs estudiantes la imposibilidad de cambiar las cosas y hasta reclamos porque no encuentran las respuestas. Por supuesto, mi papel nunca ha sido dar una respuesta, sino echar a volar algunas posibilidades en espera de que encuentren espacios de diálogo. Soy consciente de que para que estos ejercicios tomen fuerza es necesario que formen parte de conversaciones en las que toda la comunidad se involucre; sin embargo, es un ejercicio que comparto como una forma de abrir una conversación sobre el poder de la imaginación y lo bien que nos hace que las aulas sean espacios en los que las utopías son deseables y necesarias. 

Referencias.-

  1. Vela, Estefanía (2018) Desigualdad de género: más allá de los síntomas y el castigo. En R. Lemus y H. Beck (eds.). El futuro es hoy. Ideas radicales para México. Madrid: Biblioteca Nueva, pp. 41-70.

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