“Ellos no son los que están sufriendo”: niñas y adolescentes poderosas hablan sobre la violencia de género 

Las protestas y acciones de resistencias feministas llegaron este #8M, Día Internacional de las Mujeres, a las escuelas de educación básica; ahí decenas de niñas y adolescentes protestaron y realizaron tendederos de denuncias.

La reacción de las y los directivos de las escuelas, antes que la escucha atenta, fue optar por señalarlas y reprimirlas, tal y como lo denunció Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), organización que rechazó el acoso y las amenazas denunciadas por mujeres, niñas y adolescentes en entornos escolares.

¿Pero qué opinan de esto las niñas y adolescentes jaliscienses? ¿Cómo luchan y resisten a la violencia de género desde sus casas, escuelas y aulas?

Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs

“En su momento hicimos una denuncia, pero no siguió, ni pasó nada con esa denuncia. Mi mamá tuvo que fingir que tenía una orden de alejamiento para que mi papá no se acercara a nosotros, pero como tal no pasó nada legalmente”, esta experiencia la narra Karol, adolescente de 14 años, quien tuvo que padecer violencia intrafamiliar.

Hasta el 28 de febrero de 2023, en Jalisco, se han aperturado 2 mil 423 carpetas de investigación por violencia intrafamiliar, esto conforme a la Dirección de Planeación y Estadística de la Fiscalía del Estado de Jalisco.

Muchas de estas violencias presentes en los hogares tienen como principales víctimas a niñas y adolescentes, quienes desde una edad temprana sufren de manera directa o indirecta diversas violencias, mismas que les atraviesan y marcan, vulnerando sus derechos, lo que las priva de una vida digna y sin violencia.

“Me hubiera gustado que cuando mi mamá hizo su denuncia la escucharan y siguiera en algo,  ya que le dijeron que tenía que llegar casi casi muerta para que su denuncia pudiera proceder”.

La impunidad y omisión de las autoridades es también del conocimiento de las niñas y adolescentes, pues la observan en los medios de comunicación y, peor aún, la viven en sus entornos cotidianos; por ejemplo, en sus colonias y escuelas.

Para saber esto nos acercamos a Karol, Yamileth, Ayleen, Emely, Victoria y Fátima, adolescentes de la Zona Metropolitana de Guadalajara, aquí compartimos parte de sus luchas y vivencias, pero sobre todo cómo asimilan y dialogan de los esfuerzos que hacen para exigir un alto a la violencia machista. 

“Espero que entiendan por todo lo que hemos pasado las mujeres, porque no es algo de sólo un ratito. Me gustaría que pusieran de su parte y no estén criticando por lo que hacen las mujeres, sino que ayuden y colaboren”, esto lo expresó Yamileth, quien cuestionó la postura que hombres y adultos tienen sobre las marchas y denuncias que hacen las mujeres.

Esto lo precisa en razón de las protestas que, el pasado 8 de marzo, se realizaron en planteles escolares como la Preparatoria Uno de Tapachula, Chiapas; el Plantel 32 del Colegio de Bachilleres en Acapulco, Guerrero; la preparatoria estatal Francisco García Salinas, en Zacatecas, Zacatecas; el plantel 13 del Colegio de Bachilleres de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,  y el Ilustre Instituto Veracruzano, en el Puerto de Veracruz.

La constante tras estas protestas de las alumnas fue la represión y la toma de represalias, esto luego de denunciar presuntos acosos y hostigamientos sexuales de parte de docentes y autoridades de sus escuelas. 

Al respecto, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) denunció y rechazó la actitud tomada por las autoridades señalando que:

“éstas no deben ser motivo de castigo o  penalización por las autoridades, ya que las denuncias de violencia que viven las mujeres y, en especial, las adolescentes representa, además de un acto de justicia frente al machismo adultocréntrico, una  transformación positiva de conflictos”.

Esto es importante porque cada vez son más las niñas, adolescentes y mujeres que alzan la voz y resisten las violencias sistemáticas. Y lo hacen desde sus trincheras, pues desde ahí buscan defender sus derechos, así como los movimientos feministas que les atraviesan. Platicando, por ejemplo con estas adolescentes, ellas se sienten felices de que se esté generando un cambio.

“He escuchado y visto que muchos se quejan (de las manifestaciones feministas) y pues la mayoría son hombres, no es como que tengan el derecho de decir eso, porque ellos no son los que están sufriendo eso ni tienen que salir a luchar por sus derechos”, explicó Yamileth, adolescente de 15 años, respecto a los comentarios que los hombres hacen sobre las manifestaciones feministas.

“Me han hecho sentir insegura y, a la vez, muy incómoda, le he dicho a mis papás y no solucionan nada, porque pues los hombres no entienden, también he escuchado de mucha gente que las feministas están locas porque solamente salen a dañar los monumentos de la ciudad y que son unas exageradas”, compartió Ayleen de 14 años.

Pero también muestran una postura crítica respecto de lo que otras adultas piensan, así lo precisó Karol de 14 años:

“Escucho más que nada de mi abuela y mis tías que no están de acuerdo porque piensan y dicen que no se puede eliminar la violencia con más violencia”.

A la par, también construyen sororidad, tal y como lo cuenta Fátima, quien tiene 17 años:

“Me siento bien por no haber sufrido violencia, pero me siento vulnerable y triste al ver que otras mujeres son maltratadas por hombres machistas que no las respetan”.

Lo que también las une es su resistencia ante la inacción de las autoridades cuando realizan denuncias por la violencia de género que padecen.

“Siento que por parte de las autoridades pueden poner un orden o apoyar a las mujeres para que no pasen por este tipo de violencias, pero hacen caso omiso, y por parte de la sociedad siento que pueden educar desde casa a los niños para que de grandes no sean así, y no les causen violencia a las mujeres”, precisó Ayleen.

“Cuando iba a entrar al equipo de básquetbol no querían porque eran más niños que niñas, cuando me pasó eso sí sentí feito porque yo quería entrar, quería jugar y no me dejaban y eso no me pareció justo”, compartió Yamileth.

El que las niñas y adolescentes puedan denunciar esto con plena libertad dentro y fuera de las escuelas es algo que debe respetarse y cuidarse, así lo considera la REDIM, quien recordó que esto no está a debate sino que son derechos ganados, pues el Artículo 58 de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y  Adolescentes señala que: “la educación tendrá como fin Apoyar a niñas, niños y  adolescentes que sean víctimas de maltrato y la atención especial de quienes se  encuentren en situación de riesgo”.

Así como “promover el valor de la justicia, de  la observancia de la ley y de la igualdad de las personas ante ésta, propiciar la  cultura de la legalidad, de la paz y la no violencia en cualquier tipo de sus  manifestaciones, así como el conocimiento de los derechos humanos y el respeto a los mismos”. 

Respecto a estos actos de denuncia que hicieron adolescentes como ellas en sus escuelas, Yamileth opinó:

“Es muy admirable de su parte, porque no todas tienen el valor de alzar la voz, de decir que algo o alguien les está afectando y que está violando sus derechos, no solamente como mujer, sino como ser humano, creo que es algo admirable, es algo que se debería apreciar y tomar en cuenta”.

Con respecto a las acciones y manifestaciones de los grupos feministas en el marco del #8M, las niñas y adolescentes se sienten realmente conmovidas y felices de que haya más y más mujeres todos los días que estén dispuestas a pelear por algo que les beneficia a todas.

“Todas las marchas y manifestaciones que hacen se me hacen bien porque de alguna manera se hacen escuchar, muestran la realidad de las mujeres y quieren que la gente les preste atención. Escucho muchos comentarios de la gente como: ¿por qué rayan, quiebran vidrios o porque hacen desastres? Pero creo que de alguna manera es darte a escuchar y, a que las autoridades no hacen nada ni ponen la atención que deben de poner”, expresó Emely de 14 años.

“Es un conjunto de mujeres que abogan y se manifiestan para defender los derechos de las mujeres, que nos respeten y que se haga justicia a todos los crímenes en contra de las mujeres. Creo que lo que hacen está bien, que hagan destrozos, que se manifiesten, que peleen y todo eso, porque de otra manera no las van a tomar en cuenta y porque todos los cambios que se han dado no han sido fáciles ni pacíficos”, explica Victoria, quien también tiene 14 años.

En cuanto a las denuncias de violencia que viven las mujeres y, en especial, las adolescentes representan, las luchas de las generaciones que están arriba de ellas, les motiva y les da esperanza; por ello, desde donde están también buscan hacer frente al machismo adultocéntrico.

“Me gustaría que las niñas del futuro no sufrieran de acoso ni violencia por parte de los hombres porque nadie se lo merece”, compartió Emely.

“No me gustaría que las niñas del futuro sientan miedo de caminar en las calles, que tengan que llevar a la fuerza gas pimienta o algo para protegerse, me gustaría que no sufran esa exclusión (por ser mujer) y no me gustaría que sufrieran”, comenta Yamileth.

Por ello, invitan a que más adolescentes se unan para conseguir ese mejor futuro para todas.

“Cada vez la gente se une más y logramos un cambio que a lo mejor las personas no notan, pero a largo plazo esto podría ser muy bueno, realmente es una oportunidad que a todos nos podría beneficiar y llevarnos a una vida más pacífica y bonita”, concluye Fátima.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

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