Un plan de justicia para llevar agua al campo de Chiapas

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Integrantes de sistemas comunitarios de agua y organizaciones civiles iniciaron una serie de encuentros a partir de los que desarrollarán un plan de justicia para llevar agua a las zonas rurales de Chiapas, estas comunidades, alejadas de las cabeceras intentan aliviar el rezago y el abandono que tienen en infraestructura hídrica

Texto: Arturo Contreras Camero / Pie de Página

Fotos: Cortesía Cántaro Azul

BERRIOZABAL, CHIAPAS.- El paradigma es claro: Chiapas es el estado del país con más disponibilidad de agua, donde más llueve y por donde más agua corre, sin embargo, es el estado donde la gente tiene menor acceso a ella, sobre todo en poblaciones rurales. Por aquí corren dos de los ríos más caudalosos del país, el Grijalva y el Usumacinta, sin embargo, a las casas de la mayor parte lejos de las cabeceras municipales el agua no llega. Para esbozar una solución, comunidades que han tomado el problema en sus manos y organizaciones civiles están en el proceso de diseñar un plan de justicia hídrico para estas zonas de Chiapas.

Las personas que habitan comunidades rurales de municipios como Berriozabal, Chenalhó o Sitalá han sido quienes se han organizado para instalar, como han podido, sistemas de agua comunitarios, es decir algún tanque comunitario, o algunos pozos de captación de agua pluvial que conectan a una bomba y a un sistema rudimentario de mangueras y tubos que ayudan a llevar agua a las casas de sus pueblos. El objetivo principal, dejar de enfermarse de cansancio por acarrear agua, tarea ardua y rudimentaria que persiste en nuestros días.

Estas organizaciones sociales se dieron cita en un primer encuentro en Berriozábal, ahí empezaron a trazar una ruta en común que recoja sus experiencias para eventualmente crear un plan de justicia hídrico. A finales de octubre y de noviembre este tipo de encuentros continuarán

María Luisa Gómez, presidenta de la APAM, Asociación de Patronatos de Agua del Municipio de Sitalá, Chiapas.

Este tipo de organizaciones comunitarias llevan agua a cerca de 2 millones de personas, comentó durante el primer encuentro Fermín Reygadas, director de Cántaro Azul, organización de la sociedad civil que ha ayudado a formar este tipo de organizaciones comunitarias.

La advertencia del presidente López Obrador, que en diferentes ocasiones ha sugerido a diversas empresas que se instalen en el sur de México, donde hay más agua, ha encendido la alerta entre algunas de estas organizaciones, civiles y comunitarias,

“Donde ha habido desarrollo por la instalación de proyectos eólicos o petroleros, no hay desarrollo comunitario. Hay muchísima agua en la presa de Chicoasén (una de las más grandes en el cauce del Usumacinta) que se usa para generar electricidad, pero en las poblaciones cercanas  hay muchísima gente que no tiene agua ni energía. En San Cristóbal de las Casas la refresquera (FEMSA) es la que tiene mejor acceso al agua, mientras la población es obligada a comprar garrafones”, comenta sobre las injusticias que se buscan evitar.

El panorama en el estado no es halagador. En la mitad de los municipios del estado hay problemas de acceso al agua, especialmente en zonas rurales, y solo en 9 municipios de los 124 del estado se hace un tratamiento del agua que se desecha, por lo que la contaminación de las fuentes de abastecimiento es muy común; por lo que las enfermedades gastrointestinales, sobre todo entre las infancias, son muy comunes, según explicó Mónica Sánchez, coordinadora de uno de los programas de Cántaro Azul.

“Nos lleva mucho tiempo, de media hora hasta  50 minutos en los que uno va cargando con 60 u 80 litros de agua, es muy pesado. A veces por acarrear el agua, nos enfermamos, los niños igual, dejan de ir a la escuela por acarrear el agua. Hay quienes no pueden cargar mucho y a veces suceden accidentes, ha pasado hasta la muerte en caso de acarreo de agua, por cansancio”, comenta sobre las desigualdades en el acceso al agua María Luisa Gómez Pérez, lideresa comunitaria del agua en el municipio de Sitalá. 

Por lo que se habló durante el primer encuentro del  agua, llevado a cabo el 27 de septiembre en Berriozábal, Chiapas, un plan de justicia de agua para el estado debería incluir el reconocimiento legal de los organismos comunitarios de agua, así como un mecanismo de asignación de recursos suficiente para subsanar sus necesidades.

Esta semana el presidente de la comisión de recursos hidráulicos del congreso chiapaneco, Isidro Ovando Medina, anunció que él junto con otro grupo de diputados locales impulsarán una reforma para reconocer legalmente a los organismos comunitarios de agua, lo que podría acercar a este tipo de organizaciones a obtener un reconocimiento por parte del gobierno y la posibilidad de tener acceso a presupuesto para desarrollar obras hidráulicas propias.

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Este texto se publicó originalmente en Pie de Página, se reproduce en virtud de la #AlianzaDeMedios de la que forma parte ZonaDocs:

Un plan de justicia para llevar agua al campo de Chiapas

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