Pantomima

La calle del Turco

Por Édgar Velasco / @Turcoviejo

De no ser porque las consecuencias que deja son terribles y lamentables, el vodevil que ha montado Movimiento Ciudadano en Jalisco podría ser incluso divertido por lo patético de sus actores. Como esas películas o novelas que son tan malas en sus historias que uno no puede evitar seguir avanzando sólo por el morbo de descubrir cuán más malas pueden ser.

Sin embargo, en este caso se trata más bien de una tragedia cuyas consecuencias seguiremos arrastrando durante otros seis años, por lo menos.

Ayer, con esa megalomanía exacerbada que lo distingue, Enrique Alfaro anunció muy solemnemente en sus redes sociales (como no podía ser de otra manera): “Cerré mi ciclo en la política electoral”, lo que sea que esto signifique. Al trascendente anuncio le sigue una promesa demagoga: “Entrego la estafeta a quienes se quedan a construir el futuro de nuestro movimiento. (*risas grabadas*) Yo estaré concentrado en cumplir con mi responsabilidad como gobernador hasta el último día” (*más risas*). ¿De verdad alguien cree que el controlador va a retirarse así nomás? El único ingenuo es él, si es que de verdad piensa que hay alguien que lo cree: el tipo y nivel de la negociación que hizo y la forma en que va a llevarse a cabo lo iremos conociendo poco a poco. Sólo es cuestión de esperar.

Lo que no tiene desperdicio es el último tercio del mensaje:

“Agradezco de corazón a todo mi equipo por darme la oportunidad de pilotear este viaje durante dos décadas. Juntos, desde abajo y luchando contra todo, transformamos la historia de nuestro estado. Así de simple”.

(Es curioso, por no decir muy pendejo, que quien escribió el mensaje haya elegido usar transformamos, concepto asociado al gobierno de López Obrador y a Morena, para describir el trabajo realizado en el estado, en lugar de refundamos, que fue la idea que trató de colocar Enrique Alfaro al principio del sexenio y que nunca logró  llevar más allá de las redes sociales.)

En este punto, es posible afirmar que el gobernador no miente. Efectivamente, transformó la historia del estado:

  • Lo convirtió en la entidad de la República con más personas desaparecidas.
  • Hizo de Tlajomulco de Zúñiga el paraíso del crecimiento inmobiliario desordenado.
  • Volteó para otro lado mientras el mismo Tlajomulco se convertía en una gran fosa clandestina.
  • Permitió que Guadalajara se convirtiera en la tierra prometida de la especulación inmobiliaria a costa del derecho a la vivienda de la población.
  • Convirtió el gobierno del estado en una promotora de eventos deportivos y de la farándula.
  • Llevó a Jalisco a ser uno de los estados más endeudados del país.
  • Emprendió abiertas campañas para desprestigiar el trabajo de los medios de comunicación que cuestionaron sus decisiones.
  • Utilizó al estado para llevar a cabo sus bravatas contra el gobierno federal y la Universidad de Guadalajara, para luego ponerse de tapete para mendigar recursos federales y el apoyo de la casa de estudios.
  • Favoreció a empresas de sus amigos como Euzen, Idatcom y La Covacha, sólo por nombrar nomás a la santísima trinidad del embaucamiento digital.

Y esas son nomás algunas de las cosas que vienen al cabeza al hacer un recuento a bote pronto.

El mensaje que le escribieron remata con “Eso es lo que me llevo para siempre”. No, pues gracias: él se lo lleva, pero aquí nos quedamos con las consecuencias.

Un par de horas después del mensaje de Alfaro comenzó a circular un video de Clemente Castañeda en el que anuncia *redoble de tambores* que no va a competir por la candidatura para buscar el gobierno del estado. *Inserte aquí su meme favorito de falsa sorpresa.* 

El anuncio de Clemente era la cosa más sabida después de la receta para el agua tibia, habida cuenta de que después de Ismael del Toro es el personaje más gris del alfarismo y que no tiene argumentos para competir contra Pablo Lemus.  Ojo: esto no quiere decir que Lemus sea mejor, solamente es el que ha estado más en vitrina y seguramente va a ganar la interna y la elección. Todos saben que Lemus es el menos alfarista del movimiento naranja, así que habrá que ir viendo cómo se va desprendiendo de la enorme sombra del actual gobernador. Como decía arriba, poco a poco nos iremos dando cuenta de la negociación.

La primera pista, creo, es el rostro que ha comenzado a aparecer en anuncios por la ciudad: Verónica Delgadillo, una de las caras femeninas más alfaristas de la comarca, buscará, alcanzo a entender de su no-publicidad, la alcaldía de Guadalajara. ¿Será que Enrique Alfaro sacrificó el alcance estatal para seguir teniendo influencia en el área metropolitana? Seguramente. 

Los reacomodos dentro de Movimiento Ciudadano Jalisco y la nula influencia de la oposición en el estado sólo permiten prever un escenario: seguiremos en lo mismo que hemos venido viviendo: un estado que es víctima de los intereses inmobiliarios, endeudado y sumido en una crisis de inseguridad que permite que el crimen organizado opere en total impunidad. 

¿Ese es el proyecto con el que están comprometidos tan firmemente? Vaya pantomima.

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La calle del Turco
La calle del Turco
Édgar Velasco Reprobó el curso propedéutico de Patafísica y eso lo ha llevado a trabajar como reportero, editor y colaborador freelance en diferentes medios. Actualmente es coeditor de la revista Magis. Es autor de los libros Fe de erratas (Paraíso Perdido, 2018), Ciudad y otros relatos (PP, 2014) y de la plaquette Eutanasia (PP, 2013). «La calle del Turco» se ha publicado en los diarios Público-Milenio y El Diario NTR Guadalajara.

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