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En la historia, las pruebas de control de género han significado una barrera para muchas atletas que buscan participar en competencias internacionales. El más reciente caso de la boxeadora argelina Imane Khelife se suma a una larga discusión entre la ciencia y el deporte de alto rendimiento
Texto: Camilo Ocampo / Pie de Página
Foto: Tomada de X JO
Desde su participación por primera vez en los Juegos Olímpicos, en Paris 1900, las mujeres se han enfrentado a organismos deportivos internacionales que buscan demeritar su presencia en el deporte, implementando medidas como las pruebas de control de género, que más allá de ser medidas en pro de la equidad, generan brechas que afectan a las atletas.
El caso más reciente es el de la boxeadora argelina Imane Khelife, quien ha sido objeto de ataques después de su triunfo contra la italiana Angela Carini durante su debut en París 2024. En 2023 la Asociación Internacional de Boxeo (IBA por sus siglas en inglés) descalificó a Imane por tener un nivel mayor de testosterona que el promedio.
Estas medidas comenzaron entre los años 50 y 60, con exámenes físicos y observaciones para determinar el sexo biológico de las atletas. Esto incluía inspecciones físicas y evaluaciones que eran rudimentarias y a menudo invasivas.
Las pruebas y el caso de María José Martínez Patiño
Los humanos tenemos 46 cromosomas de los cuales 44 determinan características físicas, mientras que los dos restantes (conocido como par sexual) se encargarán de la determinación del sexo.
El par de cromosomas XY es el característico de un desarrollo masculino, y el XX del femenina y para lograr su desarrollo correspondiente, las cuales cuentan con hormonas específicas, por ejemplo las hormonas que dan una apariencia femenina reciben el nombre de estrógenos, como la estrona y el estradiol, y las que dan una apariencia masculina reciben el nombre de andrógenos, como la testosterona y la androsterona.
Durante México 68, se introdujeron pruebas cromosómicas para identificar el sexo biológico de atletas femeninas. Se realizaban análisis de cariotipo (conjunto cromosómico) para verificar la presencia de dos cromosomas X
A finales de 1980, dichas pruebas fueron criticadas por su falta de precisión y por violar los derechos de las atletas. La crítica surgió a raíz del caso de María José Martínez Patiño, una mujer que fue descalificada, ya que su cariotipo era el tradicional de un hombre, pero su cuerpo, que no era capaz de entender lo que las hormonas del cromosoma “Y” le decían, se terminó desarrollando de la misma forma que cualquier otra mujer.
“Fui expulsada de las residencias de los atletas, mi beca escolar fue revocada, y mis tiempos (de las competencias) fueron borrados de los archivos de atletismo de mi país”, aseguró para la revista médica The Lancet.
De acuerdo a la investigación “Anomalías del desarrollo sexual. Desarrollo sexual diferente” realizado por la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, este trastorno puede ser causado por más de 30 condiciones diferentes, y ocurre debido a anormalidades que se presentan en las interacciones entre los cromosomas, genes y hormonas (bases fundamentales de la genética del desarrollo).
¿Ventaja genética o discriminación sexual?”
A mitades del 2017, Stéphane Bermon y Pierre-Yves Garnier, miembros del departamento médico y de ciencia del World Athletics, publicaron un artículo con el cual se buscaba probar que el exceso de testosterona en mujeres estaba ligado a rasgos ventajosos, y que este debate podría ser abordado desde la ciencia, y así poder reanudar las pruebas de verificación hormonal que fueron prohibidas en 2015, dada la falta de pruebas científicas que validaran esta medida.
El estudio “Niveles de andrógenos en suero y su relación con el desempeño en el atletismo: resultados de espectrometría de masa de 2127 observaciones en atletas de élite masculinos y femeninos” buscaba demostrar que los niveles altos de testosterona en mujeres pueden resultar en algún beneficio en su desempeño.
El estudio encontró ventajas significativas de las atletas con niveles elevados de testosterona, por lo que para el Tribunal de Arbitraje Deportivo (T.A.D.) Esta información fue suficiente para dar luz verde a la publicación del nuevo reglamento y a la reincorporación de pruebas de verificación hormonal. Sin embargo, los resultados fueron cuestionados por la comunidad científica.
“Dr. Roger Pielke Jr, director del Centro de Gobierno Deportivo en Colorado, y su equipo, argumentando que muy pocos de los datos utilizados y recolectados para los análisis estadísticos fueron compartidos en el artículo, haciendo muy complicado entender de dónde y cómo obtuvieron varios de los resultados”, explica Diego Martinez del Campo, Biologo de la UNAM, en su investigación “Regulaciones en el atletismo femenil: ¿ventaja genética o discriminación sexual?”
Pielke encontró 3 tipos de errores en los datos. “El primero estuvo relacionado con datos de atletas duplicados, cuya información aparecía tanto en las competencias de Corea 2011 como de Rusia 2013. Otro se refirió a los tiempos duplicados que aparecían repetidos una o más veces para el mismo atleta y el último Identificó “tiempos fantasmas” que no pertenecían a ningún atleta. Además, encontraron datos de atletas rusos que habían sido descalificados por dopaje”.
Cómo funciona el cuerpo de los atletas
Un estudio realizado por Healy M.L explica que la influencia de diferentes hormonas en atletas de élite está altamente relacionada con el deporte que practican y su edad.
El estudio demostró que los niveles hormonales en atletas difieren bastante de los de la población promedio, existe una variabilidad hormonal importante según la edad y el deporte practicado, y esta tendencia aparece de igual manera tanto en hombres como en mujeres.
“De igual forma, la clásica diferencia de la composición física, tanto entre deportes como entre sexos, presentaba fuertes relaciones con otros factores, como algunas hormonas como el cortisol, hormona del crecimiento, hormona folículo estimulante, y proteínas como la globulina, y que esto no dependía únicamente de los niveles de testosterona”, afirma el estudio.
Ttambién se encontró que la testosterona en los atletas se comportaba como un continuo de un sexo a otro. Usando los rangos del World Athletics, mencionan que encontraron un 13.7 por ciento de mujeres por encima del rango de testosterona establecido, pero también encontraron un 16.5 por ciento de hombres por debajo de su respectivo rango.
Esto deja en duda si la utilización de estos protocolos de identificación de género, sigue siendo viable.
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Este texto se publicó originalmente en Pie de Página, se reproduce en virtud de la #AlianzaDeMedios de la que forma parte ZonaDocs:
Equidad o discriminación. Los riesgos de las pruebas de control de género