Teatro del Abandono, fundado por Berenice González y Franco Méndez en Guadalajara, es un movimiento teatral que busca alejarse de las estructuras tradicionales del arte escénico.
Inspirados por la inconformidad, la tragedia y un espíritu crítico, Berenice y Franco llevan sus obras a espacios poco convencionales, como librerías e iglesias.
Este movimiento creativo prioriza la independencia creativa y la denuncia social, utilizando el teatro como herramienta para cuestionar.
Por Farah Medina / @_dtfarahm_
“El teatro no solamente es para teatros” dice de manera contundente Berenice González.
Ella, es tapatía y estudió Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara; cuenta que siempre le gustó escribir, la poesía y el teatro, sin embargo, antes, su experiencia se reducía a la escritura más no a la interpretación, fue esta última la que le presentó una nueva forma de compartir, “para mí fue como otra manera más amplia y más grande y casi que importante de compartir la literatura a través de la escena en vivo, de llegar a la persona con la viva voz”.
A sus palabras, le acompañan las de Franco Méndez. Cerca del final de los estudios de Berenice, ellos se conocieron.
Franco Méndez llegó a México hace siete años desde España, según cuenta el teatro es a lo único que puede dedicarse, “según me dijo el psicólogo, que estoy loco y que lo mejor que podía hacer era lo que estaba haciendo, dedicarme al teatro, porque no había medicamento posible para mi locura (…) y estoy en esto bajo prescripción médica”.
Tanto Berenice, como Franco, son los creadores de “Teatro del Abandono”, un movimiento dedicado al teatro que inició hace dos años en la ciudad de Guadalajara, buscando que esta expresión artística sea un lugar donde se diga la verdad y predomine la autenticidad, alejándose de las mentiras, las máscaras y escena artística que suele distorsionar el arte.
Franco Mendez y Berenice Flores, creadores de Teatro del Abandono. Fotografía cortesía.
El nacimiento de Teatro del Abandono
Teatro del Abandono, es un espacio para compartir su visión del mundo, con sus preocupaciones y emociones. No se trata de crear obras perfectas, sino de conectar genuinamente con el público.
El proyecto nació después de que Franco alentó a “Bere”, como le llama en confianza, a no dejar en simples letras su tesis; “yo le dije que esa tesis no la dejara en el cajón porque se iba a quedar agarrando polvo. Nadie hoy en día lee y menos una tesis”, cuenta Franco. Es entonces cuando comienzan a planear algún tipo de conferencia, presentación o lo que fuera para no dejar pasar lo que Berenice había escrito sobre Federico García Lorca y Rosario de Castro.
Para aquella presentación, las personas asistentes fueron pocas. Aquí, Franco y Berenice se aseguran de destacar la labor indiferente de periodistas culturales ante esa y otras presentaciones teatrales o cualquier expresión artística. Un discurso que va muy acorde a sus experiencias con el gremio y al tinte contestatario de Teatro del Abandono.
Ante este “fallo” ambos terminaron en San Juan de Dios, y sentados a los pies de la iglesia, comenzaron a compartir y platicar con personas que tienden a ser olvidados y abandonados por el resto: personas trans, trabajadoras sexuales y personas con adicciones. “Era una cosa brutal, dantesca, era una cosa surrealista, pero bueno, se creó un ambiente lindísimo”, relata Franco.
El previo fallo durante la presentación, había puesto en duda la labor teatral; sin embargo, una persona que se encontraba ahí les hizo ver que, gracias a ellos, “había encontrado a Dios”. A esto se sumó la petición de las personas presentes, quienes les dijeron: “no abandonen, no abandonen, (…) y entonces le pusimos el nombre de Teatro del abandono porque nos dijeron que la derrota duele, pero el abandono es insoportable y nosotros, ya después de lo que nos dijeron, no vamos a abandonar. Preferimos la derrota”.
Valores y principios del proyecto
Berenice y Franco no pierden la oportunidad para relatar aquellas prácticas fuera y dentro del teatro, y la escena artística de la ciudad, que les parecen “repudiables”. De esta necesidad de hacer las cosas diferente, de ser congruentes con aquello que piensan y lo que hacen, es que comenzaron a construir las bases de su proyecto.
Empezando por la independencia, rechazando por completo las becas gubernamentales, así como la intervención de boleteras en sus presentaciones. Prefieren la autonomía creativa, y su financiamiento proviene de presentaciones y amistades que apoyan su trabajo, “nosotros somos totalmente independientes. El dinero que nos llega es de nuestras propias presentaciones y de cuatro o cinco empresas que son amigos de nosotros…”.
Bere y Franco se niegan a pagar por presentarse en espacios teatrales, por lo que, autogestionan sus presentaciones a través de acuerdos con foros o intercambiando su trabajo por la renta de los espacios.
“El teatro no solamente es para teatros… Hay que salir de esos espacios(…) para compartir el milagro teatral” Berenice explica, como Teatro del Abandono busca llevar las obras a espacios poco convencionales, pero que encajan perfectamente con su pensamiento, llegando a presentarse en librerías e iglesias.
Berenice, explica cómo esto ha sido lo que les ha llevado a generar interés en el público, “¿Por qué una librería?, ¿Por qué no un teatro? (…) Queremos una librería o queremos un espacio que no sea lo convencional”.
El teatro como herramienta de transformación
Berenice y Franco ven el arte como una forma de generar polémica, cuestionar y remover a la persona espectadora, no simplemente agradar. “Si el arte no es para generar polémica, yo no lo entiendo de otra manera(…) tiene que ser que nosotros veamos la llaga y metamos el dedo en la llaga”. Expresa Franco, secundado por Berenice, “El teatro puede hacer lo que quiera, puede transformar, puede denunciar, porque también el arte sirve para denunciar”.
La principal fuente de inspiración de ambos es la inconformidad con el mundo, el vacío existencial y la tragedia. Como dice Berenice, parte de “un pesimismo, digamos, llevado a la creación, no solo una queja vacía”. Franco, por su parte, se distingue por encontrar alegría en situaciones que otros consideran trágicas o negativas, como los accidentes. Sin embargo, no todo es tragedia, la comedia también forma parte importante de sus obras. “No nos ponemos en plan solemne y a sentar cátedra, no. Le metemos comedia, le metemos una forma más amena de ver las cosas…” Explica Franco.
Principales obras y proyecciones a futuro
La obra que dio inició al Teatro del Abandono fue “Mutis por el Foro”, una obra basada en el Siglo de Oro Español, que presenta un diálogo entre dos mujeres: una española y una mexicana, Santa Teresa y Sor Juana Inés de la Cruz. Esta obra, fue pensada para presentarse en librerías, como lo ha hecho ya en múltiples ocasiones y en diferentes estados.
Este movimiento, en dos años, se ha dedicado a la crítica social, la expresión artística y la búsqueda de conexión a través del teatro.
Para el Teatro del Abandono, tanto Berenice como Franco, buscan expansión y continuar con las presentaciones en sitios poco comunes. Consideran que una obra necesita presentarse las veces que sean necesarias, “no sólo unas cuantas”; seguir leyendo y buscando historias para contar en autores clásicos, forma parte de sus deseos para llevar más obras al público buscando generar un “hábito teatral”e invitar a una lucha por los sueños y la búsqueda de la autenticidad.
La presentación de su obra “Mutis por el Foro” continuará, mientras Teatro del Abandono avanza en nuevos proyectos como la presentación del libro Canto una Nebulosa, escrito por Berenice González, y las propuestas teatrales en homenaje a Cervantes y Fray Antonio Alcalde.
Para seguir su trabajo y conocer sus próximas presentaciones, pueden encontrarlos en Instagram y Facebook como Teatro del Abandono.