En Pie de Paz
Por Giovana Patricia Ríos Godínez/ @GiovanaPRG **
Con apenas unas semanas de que comenzó el segundo período presidencial de Donald Trump en Estados Unidos la lógica antiderechos basada en discursos de odio y violencia va en aumento no sólo en Estados Unidos sino también a nivel mundial. Dentro de las medidas que ha ido adoptando Trump en este corto período de tiempo encontramos que busca restaurar “la verdad biológica”, ha suspendido el programa de admisión a personas refugiadas, prohíbe que niñas y mujeres transgénero compitan en deportes, busca retirar la nacionalidad a personas nacidas en EEUU que no sean de padres con nacionalidad estadounidense, busca bloquear el acceso a la anticoncepción necesaria, ha desmantelado a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y con ella miles de proyectos humanitarios en el mundo, se ha retirado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (aunque no era miembro titular), y algo importante, en “aras de la libertad de expresión” ataca a toda persona que esté a favor de los derechos humanos.
Esta terrible realidad hace eco en otros países donde líderes políticos y partidos políticos también comulgan con esta ideología (ejemplo de ello está la Unión Demócrata Cristiana de Friedrich Merz y el partido ultraderechista AFD en Alemania, el presidente Nayib Bukele en El Salvador, el partido Vox en España, el presidente Milei en Argentina, etc.), donde cabe mencionar, no es privativa sólo de regímenes de derecha. Llegar a estos momentos no ha sido de la noche a la mañana, durante muchas décadas el sistema capitalista de corte neoliberal y la supuesta democracia liberal desencanto a millones de personas, las desigualdades sociales se acrecentaron y se volvieron más ricos unos cuantos ante millones de personas en pobreza. Mucha gente ante todo este panorama ha culpado a quienes trabajan por los derechos y fortalecen la idea que antes era todo mejor, de esta manera el conservadurismo ha tomado fuerza junto con el deseo de una mayor mano dura y más proteccionismo.
¿Y qué con la esperanza ante esta realidad global? La esperanza se convierte en un dispositivo fundamental para trabajar la construcción de paz en un mundo polarizado y donde el discurso de odio y sus prácticas tiene tanta fuerza. Llamamos a la esperanza como tecnología de la paz ya que hace frente al concepto de tecnología del poder que es aquel que se materializan para dominar la voluntad de los demás, es decir se manifiestan como instrumentos que dañan a las personas de manera individual y colectivamente.
La esperanza no es un deseo poco definido ante situaciones difíciles, la esperanza es un motor que se autodesarrolla a partir de la unión de otras personas con el fin de lograr cambios sociales que en su mayoría son de corte pacifista. Estas uniones donde la esperanza se manifiesta se caracterizan por tocar problemáticas donde las personas apuestan por una ampliación de sus derechos con temas como la igualdad de género, la justicia medioambiental, consolidación de la democracia, crítica al capitalismo y sus consecuencias en términos de justicia social, etc. A estos movimientos se les ha tachado de ser antisistema; sin embargo, su actuación es generadora de esperanza ante realidades complejas ya que se desarrollan a través de la toma de conciencia de las desigualdades y violencias, se enfatizan nuevos mecanismos de incidencia a través de la acción colectiva, se buscan alternativas para un desarrollo humanos sostenible en el tiempo. Pero el primer lugar donde tiene lugar la esperanza es las mentes de las personas, donde se da la autoconciencia reflexiva y el deseo de un cambio en pro del bienestar social.
La construcción de esperanza es una base sumamente potente para hacer frente a las tecnologías de dominación y violencia que estamos viviendo. La esperanza la podemos alimentar a través de la educación, las actividades comunitarias en todo espacio (desde lo local a lo internacional), se pueden utilizar mecanismos tan controversiales para difundir la esperanza como son las redes sociales, asimismo se construye esperanza a partir de nuevos discursos donde la inclusión, la paz y los derechos forman parte de un nuevo imaginario social.
La esperanza para quienes no lo comparten puede ser peligrosa, pero es una tecnología de paz capaz de derribar imperios y lograr cambios sociales que busquen un mayor bienestar.
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Coordinadora de la Maestría en Derechos Humanos y Paz ITESO, integrante del Centro de Estudios para la Paz (CEPAZ) y Secretaria de la Red Nacional de Paz ANUIES. giovanarios@iteso.mx


