Pesimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ
El domingo 1 de junio será la elección extraordinaria del Poder Judicial Federal, donde las y los mexicanos elegiremos a:
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- Ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
- Magistradas y magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial.
- Magistradas y magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
- Magistradas y magistrados de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
- Magistradas y magistrados de Circuito.
- Juezas y jueces de Distrito.
En el portal del Instituto Nacional Electoral (INE) están publicados todos los perfiles de todas las candidaturas en juego y además algunos especialistas en la materia han elaborado algunos materiales que ayuden al proceso de elección. Incluso en los medios de comunicación masiva se intensificó una campaña para alentar el voto por los que serán las y los juzgadores federales del país.
Desde mi particular punto de vista llegamos a este proceso electoral extraordinario con muy poco entusiasmo, con mucho desconocimiento y con un llamado a no votar. Van algunas reflexiones al respecto:
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- A pesar de lo publicado y dicho hasta hoy, la gran mayoría de las y los ciudadanos no lograron entender el papel, las atribuciones, las responsabilidades y las obligaciones del Poder Judicial en México. La experiencia vivida por la mayoría de la población es que no hay justicia, pero de ninguna forma se logró saber por qué vamos a votar y cuál es la trascendencia de esta decisión. La pedagogía política estuvo ausente y el nivel de desconocimiento en la materia se mantuvo como antes. Incluso ahora no se tiene claridad sobre la estructura y funcionamiento de este Poder clave para la vida del país.
- Las campañas fueron muy deficientes. El hecho de que las y los candidatos a ser jueces y magistrados sólo pudieron hacer campaña en campo y a través de redes sociales, provocó un alto desconocimiento de los perfiles que estaban compitiendo. Aunque hubo medios de comunicación que trataron de presentar a las y los candidatos, la tarea no se logró y hoy por hoy no tenemos candidaturas conocidas, posicionadas y mucho menos discutidas. El próximo primero de junio los votantes sólo tendrán una lista de personas a las cuales no conocen y en la mayor parte de los casos votarán a ciegas o depositarán su voto por los que sus partidos les indiquen votar.
- El proceso de votación será muy complejo porque las demarcaciones por las cuales se votará no son las que conoce todo mundo, tampoco hay ningún tipo de referencia que nos otorgue alguna pista de cuáles son las y los mejores candidatos, lo poco que se ha colocado como publicidad es que “votemos por el número 6 de la boleta verde”, e incluso no se instalarán el número de casillas que habitualmente se utiliza en los procesos electorales. Este es un ejercicio inédito, complejo, poco publicitado, nada explicado y con muchas zonas de desconocimiento de la población.
- Desde el principio el proceso electoral del Poder Judicial tuvo muchos errores, se colaron candidaturas que no contaban con los requisitos, a lo largo del camino hubo amparos en contra de la elección, no hubo promoción para participar y los recursos para la jornada electoral no correspondía con las necesidades del proceso. A esto hay que añadir que el método de aprobación de la reforma al Poder Judicial fue fast track y por esa razón no generó el debate y los consensos que eran necesarios. La aplanadora morenista, presionada por el entonces presidente López Obrador, apresuró un proceso de forma innecesaria y ahora tenemos una elección, en la que varios grupos sociales, exhortan a no votar y no participar para no legitimar este asunto que desde el principio se implementó de forma inadecuada.
Llegamos a la primera elección de jueces con muchas dudas, incertidumbre, cuestionamientos al fondo y la forma; y con una apatía ciudadana que anticipa una muy baja participación ciudadana, salvo por aquellos, que por tener intereses que cuidar, busquen posicionar ciertas candidaturas. Lo que debería ser una fiesta democrática se convirtió en un asunto con dudosas formas de proceder y con una muy baja legitimidad. Habrá que analizar los resultados para ver si efectivamente la elección cumplió su propósito o sólo tuvimos una simulación. Al tiempo. Por lo pronto y a pesar de lo antes expuesto, yo sí iré a votar, porque mejor es participar que no hacerlo.
Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com


