Pesimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ
El conflicto bélico de Israel contra Palestina escaló, ya que dos países más están involucrados directamente: Estados Unidos e Irán. Desde hace meses la condena internacional contra Israel ha estado presente. Las imágenes de la población de Palestina víctima de los ataques de las fuerzas militares israelitas son desgarradoras y ha implicado manifestaciones a nivel mundial, recordemos que hace unos meses en muchas universidades estadounidenses se dieron importantes movilizaciones para pedir el alto a la guerra. Incluso el Papa Francisco estuvo pidiendo de forma reiterada la paz en la Franja de Gaza.
La situación en estos días no sólo no mejoró, sino que se complicó porque Israel atacó a Irán, y como decíamos la semana pasada, la respuesta de este país fue mandar misiles a Tel Aviv. Este escalamiento en la guerra ya era muy preocupante en sí mismo, ya que representaba un incremento de la violencia y en las afectaciones a las víctimas, pero este asunto no se quedó allí, Donald Trump decidió pasar del apoyo al involucramiento concreto en la guerra al bombardear a Irán en lugares donde supuestamente se podían elaborar armas atómicas. El argumento que colocó el presidente de los Estados Unidos, fue detener una amenaza nuclear que Irán estaba desarrollando. Hay que decir que esta es una hipótesis no comprobada con hechos, pero es la que utiliza el gobierno de los Estados Unidos para justificar los ataques.
Como era previsible, Irán expresó que habría una respuesta en el mismo sentido y el lunes 23 de junio por la mañana, este país lanzó misiles a bases militares estadounidenses en Qatar. De acuerdo al gobierno estadounidense, no hubo afectaciones importantes, pero el hecho nos indica que, a menos de que haya un proceso de sensatez política, estaremos presenciando este tipo de ataques entre los países involucrados.
En redes sociales y en algunos medios de comunicación se habla de que estamos al borde de una tercera guerra mundial, esta es una hipótesis arriesgada en este momento, pero si podemos anticipar algunos efectos que posiblemente traerá este conflicto. El primero es que se avizora una crisis energética por la amenaza de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz, por donde transita una quinta parte de todo el petróleo que se comercia en el mundo. Estos avisos pusieron a temblar a los mercados, y aunque Trump exhortó a mantener los precios de este energético como están, la situación de incertidumbre está presente.
Otro de los posibles efectos es el incremento de las víctimas de esta guerra por los ataques que se generen entre los países involucrados. En los últimos días se desataron varios bombardeos y es previsible que esta situación persista hasta que no se decrete un alto al fuego.
Este fin de semana también hubo manifestaciones multitudinarias en los Estados Unidos, donde le recriminan a Donald Trump su involucramiento en la guerra, la narrativa utilizada por el republicano no ha logrado convencer a muchos de sus connacionales que claramente se oponen a estas medidas. El presidente de Estados Unidos no sólo enfrenta una fuerte condena internacional, también esta siendo objeto de una grave crisis política interna.
Ahora bien, en todo este escenario internacional, a la postura del Gobierno de México le ha faltado firmeza. Ya con la guerra comercial desatada por Donald Trump a través del incremento de aranceles, la respuesta de México fue poco contundente y trato de actuar con la mayor prudencia posible. Con la persecución desatada por el republicano en contra de los migrantes no hubo un posicionamiento firme y más bien la presidenta de dedicó a negar que ella hubiera incitado a la violencia y ahora con esta guerra infame, tampoco el gobierno de México se ha sumado a la condena internacional con la contundencia necesaria.
Parece que este proceso de dependencia económica de México hacia los Estados Unidos, que se ha fraguado en las últimas décadas, empieza a cobrar factura, ya que la actuación económica y política de nuestro gobierno ha sido por demás tibia, ya que busca cuidar que las relaciones con aquel país no se compliquen. Esta forma de actuar, aunque puede ser vista como prudente, nos coloca cada vez más y más del lado de Donald Trump.
Habrá que seguir atentos a los llamados de paz, como los que ya hizo el Papa León XIV.
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