La calle del Turco
Por Édgar Velasco / @Turcoviejo
Hace tiempo, en un perfil del escritor Salman Rushdie el también narrador Martín Solares escribió: “El fanatismo radical islámico es de corto perdón y muy larga memoria”. Se refería, por supuesto, a la fatwa que desde hace más de 30 años pesa sobre el autor de Los versos satánicos y que, cuando parecía haber quedado en el olvido, estuvo a punto de verse cumplida en agosto de 2023, cuando el escritor sufrió un ataque directo que casi le cuesta la vida. (El texto dedicado a Rushdie lo puden leer completo aquí.)
Me acordé de la frase escrita por Martín Solares porque, gracias a mi no necesariamente larga memoria, desde hace tres semanas traigo atorado un video de TikTok. Alguien aquí podría pensar: “O sea, tanto video que hay en TikTok, tantos trends, tantas coreografías… ¿y tú sigues dándole vueltas a uno que viste no hace media hora, no en la mañana, no ayer… ¡hace tres semanas!”. Pero qué se le va a hacer. Parafraseando a Blaise Pascal: la memoria tiene razones que la razón no entiende.
El video en cuestión lo vi en la cuenta de TikTok de Rosy Ruiz Velasco. Entiendo que es un clip de una entrevista más amplia que la titular de la cuenta tuvo con la experiodista y exactivista Patricia Martínez Barba, quien actualmente se desempeña como directora del Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan). Entrevistadora y entrevistada hablan de las inundaciones y entre sonrisas la funcionaria dice: “En las malas noticias, Guadalajara se va a seguir inundando. El punto es, ¿qué vamos a hacer para adaptarnos”. Velasco dice: “Es terrible Guadalajara cuando llueve porque no hubo planeación”, a lo que Martínez replica: “Es una suma de factores, el primero de ellos: el cambio climático”. (El video completo lo pueden ver aquí.)
El cambio climático es una carta que funciona como un comodín. Por ejemplo, en la administración de Enrique Alfaro la usaron para tratar de justificar los problemas con el abasto de agua y una epidemia de dengue que puso a Jalisco en primer lugar de casos. Martínez, quien formó parte de las administraciones alfaristas en Guadalajara y luego en el estado, recurre a ella para hablar de las inundaciones, un tema que me parece extremadamente sensible porque más allá de lo molesto que puede resultar quedar varado a causa de una inundación, en muchos casos tiene afectaciones en el patrimonio de las personas y, más importante todavía, en sus propias vidas. Preguntar entre sonrisas “¿qué vamos a hacer para adaptarnos?” me parece de una insensibilidad terrible, toda vez que especialistas de diferentes áreas han demostrado que mucho del problema con las inundaciones tiene que ver con la pésima planeación de la ciudad y su crecimiento desordenado, que no comenzó con los gobiernos naranja pero que sí ha continuado —y ha venido agravándose— durante ellos.
Ahora bien, lo que me retumbó en la cabeza y me dejó anclado el video en la cabeza fue lo que la funcionaria llama “el punto”: lo importante no es cómo lo vamos a resolver, qué decisiones de gobierno vamos a tomar para al menos tratar de revertir la situación, o al menos mejorarla un poco de modo que no se ponga en riesgo a las personas. No: “el punto” es que la gente se pregunte cómo se va a adaptar.
Con este argumento, bien puede salir cualquier otra persona funcionaria pública y declarar que:
Las personas seguirán desapareciendo…
Las mujeres seguirán siendo agredidas y asesinadas…
El agua seguirá llegando sucia, cuando llegue, o de plano no va a llegar…
La ciudad va a seguir padeciendo las altas temperaturas por la deforestación urbana…
La movilidad seguirá siendo un desorden…
El transporte público seguirá siendo ineficiente e insuficiente…
La calidad del aire seguirá empeorando…
La recolección de basura seguirá siendo ineficaz…
Y así pueden seguir ustedes haciendo su propia lista porque “el punto” no es tener autoridades que se hagan cargo y que atiendan la enorme cantidad de problemas sobrediagnosticados que tenemos, tareas para las que, hay que decirlo, dijeron que estaban capacitados y por eso pidieron votos.
“El punto” es resignarse… digo, adaptarse.


