El Perro y El Angelito

#AlianzaTerritorial
Por Mauricio Saldaña / Lado B

Foto de portada: especial / manipulada con IA

La certeza de don Simón

Con trabajos, Óscar Pelcastre terminó la Primaria o ni eso. Se dedicó por mucho tiempo a la grilla de las calles, haciendo uso de su monumental labia y a los 33 años de edad, inició profesionalmente sus actividades esotéricas.

Pelcastre es el dueño de “El Palacio Negro de Luz Bella de la Oscuridad”, su santuario en honor a la Santa Muerte y a Lucifer, en la colonia Plutarco Elías Calles de Pachuca. Junto, está su tienda “Mercado Sonorita” y si no le convence la oferta, en la esquina está un templo de los Pentecostales.

Lo de «Obispo Negro», suena a página web de Astaroth o King Diamond y no a algo más cercano a lo que es Pelcastre. Su influencia como pastor va mucho más allá de Hidalgo.

“El Palacio…” también es sede de “El Angelito Negro”, una figura pequeña, generalmente bien vestida, con enormes cuernos y sentada en una silla o un sillón, aunque he visto muchas en las que está de pie. En algunas ocasiones me he topado con algunas figuras tocadas con un sombrero charro, pero no es la norma.

La gente dice que “El Angelito…” es hijo del demonio o en todo caso, su secretario. No. Realmente no. Ya lo verá usted más adelante.

El 2 de noviembre, a todas estas deidades se les festeja a lo grande. Es válido que se acerque usted con un cigarro o una cerveza, dinero, dulces y en realidad, cualquier cosa. Las manzanas, claro, son para la Niña Blanca.

El “rayado” que Pelcastre hace a quienes lo piden, es realizado en un ritual de escarificaciones que se le parece mucho a lo que se ve en El Palo o Palo Mayombe. Es un proceso un tanto complicado de explicar en pocas líneas, pero digamos que se trata de imprimir en el creyente ciertas señales de protección que al mismo tiempo son un recuerdo permanente de a quien se le debe dicha “coraza”.

Además de las escarificaciones, Pelcastre hace amarres y el portafolios usual que puede usted encontrar en cualquier consultorio esotérico, aunque también practica exorcismos y claro está, bendice figuras demoniacas para llevarlas a casa o para abrir un templo en cualquier lugar de la República o del extranjero.

Si a usted le parece insólito lo de las imágenes, no lo es tanto: en Puebla, sobre la 9 norte entre 12 y 14 poniente, el buen Arnulfo tiene una capilla de la Santa Muerte y enfrente, Víctor Sánchez tiene un altar. A metros de ambos lugares, hay una tienda especializada en figuras, en las que usted puede encontrar a Satanás o a San Judas Tadeo, de 2 metros de altura.

“El Chino” de Tepito

En el caso de Tepito, en la calle de Carpinteros, usted puede encontrar (aunque bastante escondido), al lugar de culto de “El Angelito Negro” que abrió el célebre “Chino”, un muchacho al que se le estaba muriendo de cáncer su señora madre y que tras pedirle el milagro a un demonio de su devoción y que se lo cumplió, le hizo su sitio de adoración.

Cuando armó su capilla, “El Chino” se fue hasta Pachuca con todo e imagen para que el mismísimo Pelcastre la consagrara y de ahí nació una alianza que se mantiene hasta el día de hoy, entre Hidalgo y la Ciudad de México. Por supuesto, “El Chino” también fue debidamente rayado.

Ahí está la tienda de figuras y toda clase de imágenes, algunas de tamaño natural, atendida por una asociada de este joven y juntito está una miscelánea en la que usted puede surtirse de cerveza para llevar su ofrenda. Si no lleva ofrenda, así sea un cigarro o un chocolate, mejor no entre a la capilla.

Ambulantaje, siempre el ambulantaje

Pelcastre ha militado, fundado y dirigido distintos grupos de presión en el estado de Hidalgo. desde sus principios como líder de boleros y vendedores de golosinas en la capital, hasta su posición actual como líder de la Federación de Organizaciones Independientes del Estado de Hidalgo (FOIDEH).

Su más reciente encontronazo con las autoridades municipales de la capital, se dio por la eterna rebatinga para que los ambulantes ocupen los tianguis de San Cayetano y La Villita, además de la complicada regularización de más de 200 limpiaparabrisas agremiados, que deben hacer su trabajo, uniformados y credencializados.

A través de sus acciones religiosas, Pelcastre ha tejido alianzas con organizaciones de la Ciudad de México, evidentemente de Tepito y La Merced, para que vayan a apoyar sus acciones hasta Hidalgo.

Las caminatas del 2 de noviembre para celebrar a la Santa Muerte por calles de Pachuca, no solamente han servido para celebrar a la Niña Blanca, sino también para mostrar músculo. Esta afirmación no es gratuita: él mismo lo ha dicho.

La elección es nuestra

La vida de Pelcastre da un vuelco definitorio en 1994, cuando la familia de Mario Viornery, quien había sido alcalde de Pachuca (1991-1992), le echó la mano para bajarle plomo a su imagen negativa frente a Jesús Murillo Karam, entonces gobernador del estado (1993-1998).

En el marco de la reubicación de los ambulantes de la calle de Ocampo al mercado Miguel Hidalgo, Pelcastre es detenido por sedición y cuenta que apandado, se ponía a platicar con un hombre vestido de indio, que lo visitaba siempre de noche. Se hicieron amigos.

Una noche, el hombre vestido de indio le dijo que ya lo liberarían. Efectivamente, salió a los pocos días y ya en la salida de la prisión se enteró que no había ningún hombre vestido de indio, sino una pintura del demonio en la celda. Pelcastre entendió que la deidad y su amigo en las sombras eran lo mismo.

En el plano material, su libertad se la debe a la familia de Viornery Mendoza, quienes lo conocían desde los años en que defendía a boleros y vendedores de golosinas del Centro. Al salir de prisión, llegó a las oficinas del secretario de Gobierno, Juan Manuel Sepúlveda Fayad y éste le contó el tamaño del “Cuatro” que le habían tendido sus aliados.

Sepúlveda  le propuso que unieran fuerzas, pues él iría por la diputación local y necesitaba mover masas para ganar. Para cumplir los acuerdos, Pelcastre hizo alianza con el mismísimo Eugenio Imáz Gispert, entonces líder priista, quien después sería director del CISEN de Enrique Peña Nieto, al tiempo que lo mordía una y otra vez el cáncer.

Y así, con todo el poder, Sepúlveda Fayad fue diputado por Pachuca Poniente, en la LVI Legislatura y posteriormente alcalde, de 1997 a 2000.

Pero el 3 de julio de 2013, previo a la elección de diputados locales, los dirigentes del PAN, PRD y Panal, encontraron una bodega atiborrada de panfletos, en los talleres de Lito Impresos Bernal. El material tenía lo de costumbre: toda clase de denuestos contra los candidatos opositores al PRI. Fieles al guion, los opositores detuvieron ahí a cinco empleados de la imprenta.

Pelcastre recibió una llamada: con 30 de sus muchachos, llegó a liberar la imprenta y convenció a punta de porrazos a los opositores para que se retiraran del inmueble. Él mismo se tundió con Alejandro Moreno Abud, exdirigente de PAN.

Ahí se le cumplió la máxima que un día me dijo un presidente del PAN en Puebla: “mata a un perro y te dirán mataperros”. Aquí, el perro salió bravísimo.

El llamado de Satanás

Entre todo este enredo político y clientelar, Pelcastre ya traía en mente la creación de un templo para adorar a la Santa Muerte y a Satanás. Como todo, pensó en un recinto pequeño que después iría creciendo, para hacerlo catedral.

Su troupe fundacional no podía ser más desastrada: cinco personas y encima tuvieron que pelear contra un grupo de sonorenses que tenían instalado su negocio en la zona, por lo que terminaron en no pocos problemas.

Pelcastre asume que sus dones le vienen de familia, con un tatarabuelo y según cuenta, su familia pagó buena parte de lo recibido: un levantón a un hijo, la cárcel para él mismo, los cánceres que han invadido sin tregua a su familia. Hasta hubo una alcaldesa que literalmente mandó prenderle fuego a su templo.

En prisión, refundido en el tercer nivel, en el aislamiento al que los presidiarios llaman “El Elefante”, adonde hay un demonio pintado en los muros, Pelcastre no se sentía intimidado, considerando que, cuando él era niño, su señora madre no quería adorarlo y la deidad se la cobraba produciéndole innumerables sangrados y cáncer.

De ahí, siguieron dos tías y una prima perdió la razón. Una hija de Pelcastre murió por adicciones, con el vientre hecho trizas. El propio Óscar es alcohólico.

Guadalupano, divorciado vuelto a casar, con hijos adultos que ahora trabajan con él y con hijos pequeños que demandan su atención, viudo de una mujer que falleció por cáncer, Pelcastre abomina a Morena y abiertamente es priista.

Esa elección le ha costado caro, desde la persecución hasta la prisión. No cobra diezmo a los templos que ha bendecido. Ni falta que le hace con no menos de 40 mil visitantes al año a su catedral.

La historia del Angelito Negro

Un día, Pelcastre entró en una profunda depresión. Sin embriagarse o consumir algún narcótico, estaba intentando hacer catarsis. Tantos engaños, tanto de pareja como de socios en sus actividades políticas y profesionales, lo habían llevado a una tristeza que no paraba.

En esas andaba cuando se le ocurrió: subió a un área de sus oficinas en donde solo entraban los de extrema confianza. Una especie de desván con todos los trebejos imaginables. Ahí, vio a un maniquí, nunca mejor dicho, todo dado a la tristeza: ese maniquí sería el primer angelito.

Ya con la idea en la mente, lo vistió y un día se los presumió a unos amigos cercanos que habían pasado a visitarlo, pero una señora, de las habitués, lo vio y se le acercó de inmediato a la figura.

“Ya te encontré, angelito negro” y lo abrazó. Pelcastre se quedó pensando y escuchó a la señora. “Ponle una silla y ahí déjenlo en el altar”, ordenó. Lo colocaron junto a Satanás. Rápidamente los visitantes comenzaron a colegir que el angelito era como un demonio en miniatura y de ahí en adelante creció la leyenda.

Al día de hoy

El 18 de julio de 2025, Óscar Pelcastre, propietario del registro de la figura “Ángel Negro”, se deslindó de cualquier lugar de culto utilizado para fines ilegales, como el de la colonia La Loma, donde dos agentes de investigación fueron bestialmente agredidos entre el 5 y 6 de julio pasado.

Pelcastre ostenta el certificado de la imagen, recibido el 19 de agosto de 2022, bajo el número de expediente 03-2022-081913062800-14, del Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Su nueva invención es Tití, un pequeño demonio que nació exactamente de la misma forma que el Angelito Negro. Tití es la expresión rebelde de Pelcastre, haciendo reír a los presentes y cuando se enoja, la emprende a patadas contra todos.

Y estos son trazos de una historia que sigue asombrando a fieles e ignaros. Usted dirá.

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Este texto se publicó originalmente en Lado B se reproduce en virtud de la #AlianzaTerritorial de la que forma parte ZonaDocs:

El Perro y El Angelito

 

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