CEPAD realizó el primer Encuentro Nacional “Ausencias que se nombran, voces que se encuentran”, esto con el objetivo de brindar un espacio de cuidado colectivo y acompañamiento a las familias buscadoras de diversos estados del país; sobre todo el enfoque también fue dirigido hacia la visibilización y resistencia de las infancias y adolescencias que viven la desaparición de sus familiares, a quienes se les brindaron herramientas de gestión emocional.
Por Karen García / @karen_gdlt
Fotos: CEPAD
El Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD), llevó a cabo el primer Encuentro Nacional “Ausencias que se nombran, voces que se encuentran. Tejiendo el cuidado colectivo”, en el que infancias, adolescencias y personas cuidadoras que buscan a sus familiares desaparecidxs compartieron sus experiencias y desafíos que ha dejado la desaparición de sus hijxs, padres, madres o hermanxs.
El Encuentro se llevó a cabo en Guadalajara, Jalisco, el 15 y 16 de agosto, contando con la participación de más de 100 personas provenientes de diferentes estados del país como Ciudad de México, Colima, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sonora, Veracruz y Zacatecas.
En entrevista con ZonaDocs, Anna Karolina Chimiak, Codirectora de CEPAD, expresó que como organización llevaban tiempo anhelando poder generar un espacio de escucha para las personas buscadoras del país, ya que, desde hace más de cuatro años han realizado talleres y actividades psicosociales para las personas que buscan a sus familiares, entre ellas niñxs y adolescentes. De esta forma buscan generar herramientas que puedan servir para nombrar y atender las emociones de quienes enfrentan el contexto de la desaparición de sus familiares.
“Para nosotras, desde hace tiempo, hemos buscado generar un espacio donde podamos llegar a más personas y comenzar a tejer redes entre diversas generaciones y experiencias; pero, sobre todo, generar formas de compartir aprendizajes.”, expresó la codirectora de CEPAD.
Con el nombre del encuentro reflejaron la esencia del espacio, apostando a la construcción colectiva y la necesidad de tejer comunidad; al respecto, Anna Karolina, expresó que, por un lado, el título hace referencia a la ausencia que está presente en la vida cotidiana para las familias buscadoras, sobre todo para las infancias y adolescencias, quienes han sido invisbilizadxs en el camino. Mientras que, “las voces que se encuentran” habla de la posibilidad e importancia de acompañarse en los procesos de la búsqueda de verdad y justicia.
“Nombrar no significa únicamente usas las palabras, los nombres. Muchas veces se nombra también a través del silencio, del juego, del dibujo, de los gestos o de las emociones y aunque algunas personas no puedan expresar con palabras lo que sienten o no sepan cómo hacerlo, encuentran otras formas de nombrar la ausencia.”
Este espacio funcionó como un lugar de diálogo, para compartir las estrategias y herramientas de resistencia de las personas buscadoras, una forma de cuidado colectivo y autocuidado, teniendo en cuenta las diversas formas y edades.
Asimismo, mediante talleres y actividades se fortalecieron los vínculos familiares, cuestionando también, aquellas dinámicas que les generan malestar e incomodidad para aprender a nombrar las emociones y situaciones de violencia que se experimentan día a día en los diversos entornos.
“Nombrar no significa únicamente usas las palabras, los nombres. Muchas veces se nombra también a través del silencio, del juego, del dibujo, de los gestos o de las emociones y aunque algunas personas no puedan expresar con palabras lo que sienten o no sepan cómo hacerlo, encuentran otras formas de nombrar la ausencia”, expresó Anna Karolina, pues niñxs y adolescentes compartieron sus formas de resistencia no solo verbalmente, sino a través de actividades lúdicas que les ayudaron a expresar sus sentires.
Anna Karolina agradeció el recibimiento de este espacio, pues las personas buscadoras y voluntarias le expresaron lo valiosos y necesario que era este encuentro, sintiéndose escuchadas, comprendidas y reafirmando la necesidad de generar lugares de acompañamiento que puedan fortalecer a las familias en la búsqueda.
“Una de las cuestiones fundamentales es reconocer esa fuerza colectiva que se construye en comunidad”, concluyó Anna Karolina.



