El ITESO fue sede de la presentación del libro “Crisis o Apocalipsis. El mal en nuestro tiempo”, de Javier Sicilia y Jacobo Dayán. La obra retoma la conversación entre Jorge Semprún y Elie Wiesel para reflexionar sobre la memoria y la verdad en contextos de violencia, y propone un diálogo que coloca a las víctimas en el centro.
La presentación contó con la participación de Rossana Reguillo, al igual que la moderación de Elizabeth Prado. Durante el evento se dialogó acerca de la urgencia de pensar el dolor colectivo para resistir la indiferencia, así como la necesidad de abrir discusiones profundas, reconocer las resistencias y empezar a imaginar “el día después”.
Por Vanessa Briseño / @nevervb
Como actividad inaugural del periodo de Otoño 2025, el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO, realizó la presentación del libro “Crisis o Apocalipsis. El mal en nuestro tiempo”, de los autores Javier Sicilia y Jacobo Dayán quienes estuvieron presentes durante el evento. La presentación fue moderada por Elizabeth Prado, académica del ITESO. Así mismo, Rossana Reguillo compartió sus comentarios sobre la obra.
El libro parte del diálogo entre los sobrevivientes al holocausto, Jorge Semprún y Elie Wiesel en 1995 a cincuenta años de la liberación de los campos de exterminio, donde la memoria se planteó como resguardo contra la barbarie. Treinta años después, Javier y Jacobo retomaron esa referencia para pensar, en “Crisis o Apocalipsis”, la violencia, la impunidad y el quiebre civilizatorio que enfrenta México.
En un primer momento, Rossana subrayó que la obra de Javier y Jacobo obliga a detenerse y mirar de frente “lo que nos duele y lo que nos incomoda”. Señaló que en un país atravesado por la violencia, las cifras y las imágenes “circulan hasta vaciarse de sentido”, volviéndose titulares fugaces que no activan transformaciones reales. Frente a este riesgo, planteó la necesidad urgente de “pensar lo que nos duele” no para recrearse en la tragedia, sino para resistir la anestesia colectiva y transformar lo vivido.
Rossana preguntó a los presentes: “¿qué hacemos con lo que sabemos?”, recordando que la información sin acción se convierte en indiferencia, y que esa indiferencia es terreno fértil para que el mal prospere. Destacó que “Crisis o Apocalipsis” es, al mismo tiempo, ética y memoria, duelo y política, un recordatorio de que si no entendemos el mal “lo terminamos reproduciendo”.
Igualmente, Rossana se detuvo en la potencia de los conceptos de “katechon” y “contramáquinas”, que atraviesan la obra. Explicó que el katechon es esa fuerza que contiene, aunque sea temporalmente, el avance del mal, un intervalo que abre la posibilidad de actuar, resistir y pensar antes del colapso. Relacionó este concepto con las contramáquinas que ella misma trabaja: gestos y prácticas que sostienen la dignidad y que, aunque no desactiven la maquinaria de la violencia, logran interrumpirla y fracturar su avance: “Este libro opera como un katechon: retarda el derrumbe y nos convoca a pensar. Entonces, ¿cómo salir de esta crisis?”, cuestionó.
Para ella, la lectura se convierte en un escudo protector ante el vendaval de dolor que enfrenta el país, una invitación a no ceder a la indiferencia y a sostener, desde las más variadas aristas; la resistencia frente al horror de la violencia.
Por su parte, Javier enfatizó que el libro es un intento de pensar “no en la coyuntura, sino en la profundidad en muchos niveles” sobre un tema que sigue siendo un misterio: el mal y sus repercusiones devastadoras en la vida y en la dignidad humana. Señaló que el libro nació como un diálogo prolongado, sostenido durante más de una década, en el que tanto él como Jacobo Dayán se confrontaron y enriquecieron a partir de la diferencia: “Este libro también es una lección en medio de la polarización y de la sordera”, afirmó.
Así mismo, subrayó que en el país se ha perdido la capacidad de dialogar y de escuchar al otro sin convertir las diferencias intelectuales en disputas personales. Explicó que el libro no busca dar respuestas cerradas ni soluciones inmediatas, sino abrir un espacio de reflexión que se retroalimenta de la diferencia y que funciona como una propuesta para continuar dialogando.
Javier mencionó el papel de las resistencias frente al avance del mal y resaltó la importancia de quienes, a pesar de la fragmentación social, sostienen la memoria y la dignidad. En este sentido, afirmó que “las madres buscadoras son una parte de los reservorios morales de este país”, reconociendo su labor como una fuerza que contiene y confronta el horror cotidiano.
Para él, la obra representa también una invitación a pensar en cómo se resiste y cómo se enfrenta la crisis actual, no desde un lugar concluyente, sino desde la provisionalidad de los argumentos y el diálogo constante. “No es que cambiemos, tampoco es un libro que propone soluciones fuera de las resistencias, (…) Para tener ese katechon son las pequeñas resistencias”, puntualizó, situando el texto como un ejercicio ético que busca abrir preguntas más que clausurarlas.
Desde sus palabras, Jacobo recordó la necesidad de mantener siempre presente “esa realidad que hemos decidido voltear a ver a otro lado”, y remarcó que el libro busca incomodar precisamente porque coloca en el centro a las víctimas. Explicó que se trata de un diálogo que evita el ensayo formal y que intenta “elevar la mirada de la discusión que estamos teniendo”, ya que muchas veces los debates actuales se reducen a la coyuntura o a enfoques especializados que impiden ver el panorama general.
Enfatizó que no somos la primera generación que enfrenta un momento de desmoronamiento, y que es necesario volver a los referentes históricos, a quienes resistieron en otros tiempos de crisis, para reconocer sus críticas, angustias y actos de resistencia. Señaló que en México también existen resistencias en colectivos de víctimas, pueblos indígenas, movimientos feministas, ambientalistas y periodistas, que en medio de la fragmentación “prenden luces en la oscuridad”.
Asimismo, insistió en la importancia de pensar en el futuro. Retomando una idea que él mismo plantea en sus clases, afirmó: “La tormenta ha llegado… la pregunta es si no tenemos que empezar a pensar el día después”.
Puntualizó que esa tarea recae en la juventud, mientras que a las generaciones mayores les corresponde “poner el piso y resistir”. Reiteró que el libro no ofrece soluciones definitivas, sino que propone abrir discusiones y reflexiones honestas frente a una realidad dolorosa y compleja. En sus palabras, la intención es provocar debate con profundidad, sin concesiones, y con un compromiso con la verdad, incluso cuando ésta resulta incómoda. Jacobo concluyó que el libro debe entenderse como una invitación a dialogar con intención, a reconocer lo que se ha roto y a comenzar a imaginar, colectivamente, lo que viene después.
La presentación del libro también estuvo acompañada de la presentación del Coro Inolvidable conformado por madres buscadoras de Jalisco, quienes interpretaron dos canciones y mostraron cómo el canto ha sido una herramienta de sanción.
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“Coro Inolvidable”: el canto colectivo con el que sanan y resisten madres buscadoras de Jalisco


