Manos Libres
Por Francisco Macías / @pacommedina (X) / @FranciscoMacias (TG)
En el tema de los derechos humanos pareciera que todo está escrito, dicho y previsto pero la experiencia de cada día y el contexto que se observa lleno de múltiples emergencias nos hacen sentir que hace falta mucho camino por recorrer.
Eso recompone la manera hasta en como pensamos los derechos humanos al verlos más como poderes o quereres que nos llevan a diversas acciones y a repensar muchas de las realidades para intervenirlas y en su momento buscar que se reconozcan.
Los llamados cuidados tienen una relación directa con nuestra propia existencia, ya que nadie pudiéramos ser las personas que somos o hacer muchas cosas, sin antes haber sido personas cuidadas, ¿quién ha realizado esa importante labor para ti?
Regularmente escuchamos que somos independientes, pero en realidad somos interdependientes, es decir que tenemos una conexión con otras personas en loque vivimos o hacemos, más cuando las situaciones apremian a través de una necesidad que no puede ser cubierta con las herramientas o recursos propios.
En otras ocasiones, como comunidad encontramos acciones de apoyo para otros u otras que lo necesitan: visitar a una persona, realizar un encargo o un pago, llevar productos de primera necesidad o simplemente acompañar, son parte de las acciones para proporcionar cuidados.
Las Madres de la Plaza de Mayo que luchan por sus hijos, hijas, nietos desaparecidos lo repetían cotidianamente: “Nunca nadie puede nada sola”, esta idea profunda parte de un reconocimiento profundo de que todas las personas necesitamos y somos apoyadas y otros proporcionamos apoyo.
Esto implica reconocer nuestra propia vulnerabilidad y la existencia de una comunidad dispuesta para ello.
Recientemente la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CORIDH), reconoció el derecho al cuidado y al autocuidado como un derecho humano autónomo a través de la Opinión Consultiva OC-31/25, se trata sin duda de un avance importante porque se le reconoce como la base y preservación del bienestar humano, sobre todo para aquellas personas que requieren de asistencia sea por una situación de dependencia, limitación o que requieran apoyo, ya sea de forma temporal o permanente (número 47).
De los cuidados:
“depende tanto la existencia de la vida humana como el funcionamiento de la vida en sociedad, en tanto permite asegurar condiciones de atención mínimas para una existencia digna” (número 48)
Nos encontramos de nuevo ante la importancia de contar con la libertad de poder desarrollar un proyecto de vida, sin que las situaciones o condicionantes limiten el ejercicio efectivo de los derechos humanos.
La lucha de los feminismos por una igualdad sustantiva, también denuncia que la carga de los cuidados se encuentra injustamente recargada en las mujeres, lo cual debe de cambiar definitivamente para redistribuir los tiempos para tan importante tarea, por lo que muchas de las dinámicas familiares, comunitarias, laborales y de vida definitivamente tienen que ser revisadas, para que se cumpla como ejercicio de un derecho y no como un privilegio de unas cuantas personas.
También requiere de infraestructura pública y privada para que puedan facilitarse las labores de cuidado, ya no es suficiente hablar de productividad o de actividad laboral o de cualquier tipo sino se encuentran de por medio el reconocimiento del derecho a ser cuidado a través de diversas prestaciones como el otorgamiento de espacios y tiempo para cuidar de la niñez o de personas adultas, poner énfasis en las personas con discapacidad o que requieren de apoyos hasta el cierre de sus vidas.
Los cuidados tienen relación con derechos como la libertad, protección de la vida privada y familiar, así como la salud, la seguridad social, entre otros.
La opinión de la CORIDH, reconoce que si existe ese derecho es porque se basa en la corresponsabilidad social y familiar, así como solidaridad en la persona, familia, sociedad y el Estado (número 113).
Los derechos humanos al tomarse como poderes van más allá de su solo reconocimiento legal, buscan que sea la misma comunidad la que de forma autónoma con sus decisiones afirme esa condición de dignidad, así lo reconoce dicha resolución al recordarnos el conocimiento en África del concepto de Ubuntu, basado en una cosmovisión que armoniza sus relaciones personales, de las comunidades, sus creencias religiosas y el universo, a través del respeto, compasión, interconexión que incluyen los cuidados con justicia y equidad, visión que se traslada al ideal de un mundo interdependiente e interconectado, muy diferente a una visión hiper individualista basada en una ilusoria independencia que solo provoca más aislamiento.
Sumarnos a los cuidados es hacer exigible un bienestar para muchas personas que requieren apoyo, significa construir una sociedad que abandone el machismo, la exclusión y que permita posibilidades para todas y todos.
A propósito del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, abramos los ojos, los oídos y las manos para solidarizarnos, para cuidarnos.


