El canto que abraza la ausencia: tercera presentación del Coro Inolvidable

El Coro Inolvidable, integrado por mujeres buscadoras y sus familiares, realizó su tercera presentación en la icónica Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco.

Texto y fotos por Aletse Torres / @aletse1799

En el marco del 30º Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco volvió a convertirse en un espacio de memoria y resistencia, pero también de canto.

Entre flores, manteles y fotografías, las familias buscadoras de Jalisco celebraron una ceremonia religiosa a las 5:00 de la tarde, la cual se dedicó a las personas ausentes de Jalisco. En este acto religioso la fe, la música y la palabra se entrelazaron como un mismo acto colectivo.

El Coro Inolvidable, conformado por buscadoras y familiares que les acompañaban en su lucha, ofreció su tercera presentación. Estas voces de esperanza, acompañadas de diversas guitarras, entonaron los cantos habituales de la misa, pero no todas eran integrantes formales del grupo: varias madres y familiares que no habían ensayado se sumaron de manera espontánea. 

Para ellas, cantar no era un requisito técnico sino una forma de acompañar con la voz el mismo dolor que comparten.

El sacerdote que ofició la misa recordó que la fe es lo que une a las familias buscadoras en este camino y, por tanto, pidió por el regreso de todas las personas desaparecidas. 

Durante la ceremonia, se escuchó una oración que condensaba el sentir de quienes alzaban la voz:

“Que toque nuestro corazón y que sea el cuidado procurando y de nuestra vida. Esta tarde la fe es la que nos une, porque tú, Señor, sabes dónde está mi hijo.”

Al cerrar la ceremonia, subrayó que la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco ha sido dignificada por las familias buscadoras, y que mantenerla visible es indispensable para enfrentar la crisis de desaparición forzada en México. 

Una crisis que, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, supera ya las 133 mil desapariciones en todo el país. Jalisco, terriblemente, es el estado con mayor número de víctimas: 15 mil 838.

Tras finalizar la misa, el Coro Inolvidable volvió a tomar aire para compartir un pequeño repertorio musical. Abrieron con Las Buscadoras, canción que refleja la esperanza de quienes caminan cada día con palas, varillas y la fuerza de la memoria:

“Somos buscadoras, seguimos de pie, aunque nos falten fuerzas, no dejamos de creer.”

Luego interpretaron Amor Eterno, himno popular de despedida convertido aquí en súplica y abrazo colectivo:

“Como quisiera que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca…”.

Las voces fuertes de madres y padres encontraron eco en los presentes, que acompañaron con aplausos y lágrimas.

La tercera pieza fue Confieso, canción cuyos versos: “Confieso que me duele tu ausencia, confieso que no dejo de buscar” resonaron como una confesión compartida por todos.

Finalmente, cerraron con Luna de Ana Gabriel, tema que para muchas madres representa la guía en las noches de búsqueda:

“Luna, tú que lo ves, dile cuánto lo extraño, dile que vuelva pronto, que lo esperamos aquí.”

No era un concierto ni una presentación formal, pero sí era un acto de memoria viva, un canto que dignifica a quienes ya no están y fortalece a quienes siguen buscándolos.

Antes de concluir la jornada, Lupita Ruiz, madre buscadora, tomó la palabra para invitar a más familias buscadoras a integrarse al proyecto. Ella explicó que el Coro Inolvidable nació como una forma de resistencia, comunidad y amor ante la crisis de desaparición.

Asimismo, subrayó que no se necesita saber cantar, sólo hacerlo con el corazón.

 “Aquí hay madres, padres, esposas, nietas, nietos y compañeros de dolor. Cuando estamos ahí, somos eso: voces que expresan a través del canto lo que sentimos. Es un espacio de sanación y cuidado”.

El Coro Inolvidable interpreta tanto canciones populares como piezas creadas a partir de la crisis de desaparición y, con ello, busca llevar sus presentaciones a espacios públicos, foros culturales y ceremonias religiosas. Sus ensayos se realizan cada viernes de 4 a 6 de la tarde en Casa Luisita en el centro de Guadalajara.

En la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco, el canto terminó, pero las voces quedaron suspendidas en el aire, pues para estas madres buscadoras cantar se volvió una forma de resistir, de hacer comunidad y de recordar que, aunque nos falten miles: sus nombres y memorias siguen presentes.

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Aletse Torres
Aletse Torres
Vivo de café, amo los gatos, no creo en las etiquetas. Desde niña quise ser periodista por Spiderman, me invento unas fotos, cubro cualquier tema con pasión, respeto y verdad.

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