En Jalisco, las rutas de peregrinación no solo movilizan cuerpos y creencias, sino que también arrastran problemáticas sociales y ambientales que impactan a las comunidades por donde pasan. Frente a ese panorama, el proyecto Tierra Creativa, coordinado por la Dra. Alejandra Aguilar Ros y su equipo en CIESAS Occidente, con apoyo de la UNESCO a través del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC), se propuso algo urgente y ambicioso: mapear, vincular y fortalecer a artistas y gestores culturales de dos regiones clave del estado (Altos Norte y Costa-Sierra Occidental) para convertir el arte en motor de conciencia, colaboración e incidencia.
Por Ana Paula Carbonell / @AnaPauCarbonel1
Durante un año, el equipo de trabajo de Arte Creativa se enfocó en la identificación de actores culturales, la creación de redes y la formación de capacidades con un enfoque claro: poner al centro a mujeres y jóvenes, y conectar las expresiones artísticas con los retos sociales y ambientales que dejan las peregrinaciones religiosas.
El proyecto estuvo liderado por la Dra. Alejandra Aguilar Ros y su equipo del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Occidente), con apoyo de la UNESCO, a través del Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC).
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Tejer desde lo local: mapeo y trabajo de campo
El punto de partida fue un mapeo exhaustivo de artistas y gestores culturales a partir de directorios digitales y trabajo de campo. El resultado fue: 318 perfiles identificados (248 en Altos Norte y 70 en Costa-Sierra Occidental).
Más allá de la cifra, lo relevante fue reconocer la diversidad: en la región Altos Norte de Jalisco se encontraron personas pintoras, músicas, gestoras y colectivos, muchas de ellas formadas de manera autodidacta (46%). En la Costa-Sierra Occidental, aunque hubo mayor peso de la formación en casas de la cultura o universidades, también predominó el aprendizaje comunitario.
El trabajo de campo implicó recorrer municipios como San Juan de los Lagos, Jalostotitlán, Lagos de Moreno, Mascota, Talpa de Allende y Atenguillo, lugares atravesados por las rutas peregrinas y donde las y los artistas viven tensiones similares: falta de apoyos, carencia de espacios de exhibición y poca valoración social del arte.
Los grupos focales realizados en ambas regiones confirmaron que, aunque los contextos cambian, las carencias son comunes: precariedad laboral, ausencia de políticas públicas de cultura y desconexión entre las instituciones y las y los artistas.
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El poder del arte para visibilizar y transformar
Un hallazgo clave del proyecto fue la coincidencia entre participantes: el arte no solo entretiene, también educa y moviliza. Más del 60% de los artistas en Altos Norte y más del 80% en Costa-Sierra Occidental reconocieron que sus expresiones pueden —y deben— tener un papel activo en las peregrinaciones, visibilizando problemáticas sociales y ambientales que estas generan.
Esto abrió una pregunta central: ¿cómo usar la creatividad no solo para mostrar, sino para transformar? La respuesta comenzó a tejerse en los talleres regionales.

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Talleres: de la idea al proyecto colectivo
El primer taller, realizado en marzo y abril de 2025 en Jalostotitlán y Mascota, reunió a artistas, gestores culturales, autoridades municipales y a la Secretaría de Cultura de Jalisco. Ahí, no solo se presentaron programas institucionales, también se conformaron equipos de trabajo para diseñar proyectos con enfoque social, cultural y ambiental.
Las dinámicas incluyeron desde design thinking hasta ejercicios de planeación y presupuestación. El resultado: cuatro proyectos piloto que pusieron en práctica el arte como herramienta de concientización ambiental en la Ruta del Peregrino.
En junio, el segundo taller profundizó en herramientas digitales y metodológicas para fortalecer la sostenibilidad de estos proyectos. Con la participación de talleristas como María José Abreu y Luna Poulett Escartida, las y los artistas aprendieron a difundir sus obras en redes sociales, construir identidad de marca y aprovechar plataformas digitales.
La presencia de la artista internacional Laura Curry, especialista en arte con impacto social, amplió el horizonte: “el arte no es accesorio, es motor de cambio”, enfatizó.
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Encuentros interregionales: el arte como puente
El proceso culminó con dos encuentros interregionales en San Juan de los Lagos (julio 2025) y Talpa de Allende (agosto 2025). Ahí, artistas de ambas regiones compartieron proyectos plásticos, sonoros y escénicos que abordaban desde el cuidado ambiental hasta la memoria colectiva de las peregrinaciones.
Colectivos como Mesa Redonda, Concientizarte y Eco-Arte presentaron propuestas de teatro comunitario, murales colaborativos y campañas digitales para concientizar a peregrinos sobre el manejo de desechos y la preservación cultural.
El intercambio fue revelador: aunque las problemáticas eran similares, cada región aportaba matices distintos. Mientras en Altos Norte predominaba la preocupación por la basura y el impacto en la salud comunitaria, en la Costa-Sierra Occidental emerge con fuerza la necesidad de preservar la biodiversidad.
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Resultados y aprendizajes: hacia una red cultural con impacto social
Tierra Creativa dejó aprendizajes claros:
- No existen redes formales de artistas, pero sí colectivos dispersos que requieren articulación.
- Las instituciones culturales municipales suelen estar desvinculadas de las y los artistas locales, lo que limita los apoyos.
- Las juntas intermunicipales ambientales fueron aliadas clave: la JISOC, por ejemplo, organizó un recorrido artístico en la Ruta del Peregrino para reflexionar sobre los impactos ecológicos.
- Los resultados son palpables: un directorio de artistas, proyectos piloto en marcha, talleres de formación y los primeros pasos hacia una red regional de artistas con incidencia social y ambiental. Además, el proyecto habilitó un sitio web (Axis Mundi) como espacio de consulta y difusión.
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Derechos culturales: de la precariedad al reconocimiento
Al final, el informe no solo documenta el proceso llevado a cabo en los talleres y la construcción de los directorios. Documenta la urgencia de reconocer el arte como derecho y como herramienta de transformación. En las palabras de una de las artistas participantes: “Nuestro trabajo no es un hobby, es una forma de sostener la memoria, de cuidar el territorio y de resistir desde lo colectivo”.
Tierra Creativa mostró que cuando las y los artistas se encuentran y colaboran, nacen proyectos que trascienden lo estético para convertirse en acciones sociales y ambientales. Y que en Jalisco, donde las peregrinaciones son tradición, el arte puede ser también camino: un puente entre comunidades, generaciones y territorios.
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Esto es Tierra Creativa


