Cada año, la temporada de lluvias representa una preocupación para las personas que tienen que transitar por zonas de riesgo de inundación para llegar al trabajo, a la escuela o a sus hogares. Desafortunadamente, estos fenómenos de origen hidrometeorológico durante los últimos años han causado más que daños materiales en las vialidades de la Área Metropolitana de Guadalajara.
La cifra es lamentable: de acuerdo con el último reporte de Protección Civil, hasta finales del mes de agosto, esta temporada de lluvias había dejado al menos 14 personas sin vida y dos desaparecidas resultado de las inundaciones en la metrópoli. La mayoría de estas personas fallecieron al ser arrastradas por la corriente de agua pluvial, principalmente en el municipio de Zapopan.
A decir de las personas especialistas consultadas el problema tiene su raíz en una serie de decisiones gubernamentales erróneas que empezaron con el crecimiento desorganizado de la metrópoli y buscaron sustituir condiciones naturales por infraestructura hidráulica mal diseñada.
Por Benjamín Alegría Varela / @ben.alegria, Nahomi González González / @nahomxlz, Aneth Mitchel Vega / @anethmitch, Ángela Luna / @_angy.lr_ y Jorge Antonio Espinosa Muñoz / @gorjo.0509
Cada año, la temporada de lluvias representa una profunda preocupación para quienes deben transitar por zonas de riesgo de inundación para ir al trabajo, a la escuela o para regresar a sus hogares en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Desafortunadamente, esta época del año otra vez trajo consigo más que pérdidas materiales para quienes fueron víctimas de la lluvia.
El caso más conocido fue el de Vanessa Elizabeth Espino Estrada, mujer de 32 años, que desapareció a mediados de julio de este año, luego de ser arrastrada por una corriente. Su desaparición, seguida de una intensa búsqueda de semanas, se convirtió en la evidencia fehaciente de los riesgos que enfrentan las personas que habitan una metrópoli sin infraestructura pluvial cada temporal.
De acuerdo con el último reporte de Protección Civil, hasta principios del mes de septiembre de 2025, se habían registrado 14 muertes y dos desapariciones producto de las inundaciones. La mayoría de las personas fallecidas, perdieron la vida al ser arrastradas por la corriente de agua de lluvia en Zapopan.
Y es que, la infraestructura hidráulica diseñada de las ciudades no está preparada para conducir el flujo de agua que corre por las calles tras las precipitaciones que se experimentan. A ello se suma la inexistencia de un drenaje pluvial adecuado y funcional, capaz de evitar estas tragedias humanitarias.
La crónica de un desastre anunciado
En Guadalajara el sistema de drenaje pluvial fue instalado hace al menos 30 años y no se han realizado las actualizaciones necesarias para que pueda funcionar adecuadamente, por ejemplo, la instalación de infraestructura de infiltración o los llamados nidos de lluvia, que podrían implementarse para resolver algunos de los principales riesgos de inundación.
Sergio Ramírez Lopez, Director general de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco, explica que hay dos tipos de ordenamiento de territorio. El primero corresponde a las licencias de construcción que están sujetas a lo que establecen ciertos criterios de crecimiento de las ciudades de forma ordenada; y el segundo, al que se le adjudica este problema y que corresponde al desarrollo improvisado o no legal que genera alteraciones en las condiciones infraestructurales y de planeación de las ciudades.
No obstante, para cualquiera de estos es necesario contar con la infraestructura requerida para hacer frente a la temporada de lluvias. Aunado a ello, es indispensable su actualización y renovación.
Frente a estos contextos de vulnerabilidad latente, un grupo de especialistas en fenómenos “peligrosos” o naturales han creado una herramienta para poder ubicar las zonas de riesgo de inundación. GEORIESGOS-JALISCO es una página web desarrollada por personas expertas en geofísica, geografía y ordenamiento del territorio, en la que lograron mapear e identificar las zonas de mayor riesgo de inundación dentro del AMG y otras áreas con estos peligros de Jalisco.
GEORIESGOS surgió a partir de la falta de información accesible para la población quien desconocía -aunque experimentaba- las zonas de riesgo en los temporales de lluvia. De acuerdo con el equipo de especialistas, con información proporcionada por el Sistema Nacional de Protección Civil, los mayores desastres a partir de la década de 1980 se asocian con las inundaciones, los ciclones y sismos, alcanzando anualmente 443 decesos entre 1980 y 1991 y un costo de 443 millones a la administración pública.
Mientras que, entre el 2000 y 2018, se ha calculado una pérdida económica de 2 mil 357 millones de dólares. Lo que representa un incremento considerable -respecto a las décadas pasadas- del 86.8% de las pérdidas que se asocian a fenómenos de origen hidrometeorológico.
Pero más allá de las pérdidas económicas, las vidas desaparecidas y arrebatadas que pudieron evitarse son las que más resuenan en las zonas afectadas.
En el siguiente mapa, se recopilaron las defunciones que ocurrieron durante la temporada de lluvias de los últimos dos años, en contraste con el mapa de GEORIESGOS. Este año se identificó a Vanessa Elizabeth Espino y Adrián Guerrero Lopez como víctimas desaparecidas durante las inundaciones al ser arrastrados por la corriente durante una lluvia intensa. Por otra parte, también se identificó a Abigail Cruz, una niña de 6 meses que fue víctima indirecta después de que un muro de contención cayó sobre su casa en la colonia La Martinica, Zapopan. Este suceso no solamente afectó vidas, también dejó a la familia sin sustento económico porque su negocio quedó devastado.
Entre las víctimas del año pasado (2024) se encuentran Verónica Rodríguez, Sara Rodríguez, Sara Isabel Ruelas, Miguel Rodriguez Ramos, Patricia Díaz, José Luis Cayetano, y Paola Figueroa, quienes fueron arrastrados por la corriente de agua durante la temporada de lluvias, provocando su muerte. José Luis Cayetano y Patricia Díaz eran una pareja de personas adultas mayores que se quedó “atorada” en la zona de San Sebastián el Grande, Tlajomulco. Durante una lluvia intensa, fueron arrastrados dentro de su vehículo hacia el arroyo donde no pudieron salir. Los hijos de José Luis colaboraron con las autoridades en la búsqueda, ellos fueron quienes se encargaron de identificar el cuerpo de su papá.
Paola Figueroa fue arrastrada por la corriente en 2024. El cuerpo de la joven de 17 años fue localizado por un equipo de bomberos cuatro días después de su desaparición. El cuerpo de Paola fue localizado en el Arroyo sobre Camino a El Tajo, Tlaquepaque. Su caso se hizo viral después de que se difundiera un video donde se apreciaba el momento exacto en el que su vehículo es arrastrado por la corriente. Su camioneta fue localizada horas más tarde del incidente, a un kilómetro del arroyo donde fue vista por última vez.
Mapa de sitios donde han ocurrido muertes o desapariciones de personas producto de las inundaciones (2021-2025). Fuente: documentación hemerográfica. Elaboración propia.
Vanessa Elizabeth Espino, aún desaparecida
La noche del martes 15 de julio de 2025, tras una intensa tormenta, Vanessa Elizabeth Espino Estrada, de 32 años, fue arrastrada por la corriente mientras cruzaba en la zona de San Isidro, en Zapopan, a bordo de su motocicleta. La joven, fisioterapeuta, salió alrededor de las 19:00 horas de su trabajo y no llegó a su casa. Sólo su motocicleta fue encontrada horas después en Lomas de Tabachines.
Familias, amistades y autoridades activaron un operativo de búsqueda conjunto desde el 16 de julio, desplegando entre 40 y 60 personas diariamente —incluyendo equipo de bomberos, Protección Civil, Comisión Estatal de Búsqueda, drones, helicópteros y brigadas ciudadanas— en un recorrido que superó casi 100 kilómetros, alcanzando zonas como Arroyo Hondo, Río Santiago y la presa Santa Rosa.
El casco de Vanessa fue hallado el 19 de julio, a pocas cuadras del lugar donde se ubicó la motocicleta; una vecina lo identificó y alertó a la familia, lo que renovó la esperanza de continuar la búsqueda en ese sector.
Durante las siguientes semanas, la búsqueda continuó sin descanso. El 22 de agosto de 2025, Protección Civil del Estado de Jalisco informó que se daba por concluida la búsqueda “luego de haber buscado por todas las partes posibles”, aunque esperaban dictámenes forenses para verificar si una extremidad encontrada en la Barranca de Huentitán podría pertenecer a Vanessa.
Urbanización desorganizada
Luis Valdivia Ornelas, profesor investigador del departamento de geografía de la Universidad de Guadalajara, geógrafo especializado en temas de geomorfología e integrante del equipo de GEORIESGOS, señala que no se trata de “tormentas atípicas, como dicen las autoridades”, puesto que, para que esto sea así, deberían de “rebasar los 50 mm”. En Guadalajara, explica, las lluvias pueden alcanzar entre los 38 – 45 mm en promedio y tener “valores normales”.
Por ejemplo, en la colonia Valle de Atemajac en Zapopan, las tormentas regularmente son “intensas y continuas”, y “no es nada nuevo, sucede año con año”.
Luis Valdivia precisa que, en realidad, el problema tiene su raíz en una serie de decisiones que datan desde que la metrópoli empezó su auge de construcción en los años ‘40. Un crecimiento que, él sugiere, ha sido desorganizado.
“La autoridad tomó decisiones erróneas y sustituyó condiciones naturales por infraestructura hidráulica mal diseñada y con menor capacidad de conducción del agua”, expresa. Se quiso “reemplazar el poder recolector de los cauces naturales por canales, tubos y conductores de mucha menor capacidad”. Las consecuencias son evidentes. Incluso si los colectores que existen se llegaran a ampliar, no sería suficiente para controlar la situación de la ciudad cuando llueve.
Al reducir el área superficial de los canales que conducen el agua, la velocidad de sus corrientes se dispara y se vuelven mortales. El mismo efecto ocurre en las calles y los caminos, que se ven obligados a conducir el agua por falta de drenajes e infiltración.
Además del agua que invade las calles, el tiempo de tormenta suele darse durante la tarde; iniciando después de la comida y terminando antes de la medianoche, que es cuando la población se encuentra desplazándose, ya sea por trabajo o por escuela.
“Otra zona muy peligrosa, por ejemplo, son los vados en las zonas bajas que cruzan la calles y que atraviesan un arroyo. Es uno de los reflejos del mal manejo que se ha dado en el tema de los cauces. Es sabido que varias de las muertes están asociadas a vados,” declara Valdivia.
Comparte su preocupación sobre “las pocas regulaciones existentes sobre las calles”, que se desbordan mucho más arriba de los límites internacionales en cuánto a velocidad y volúmen de agua. “Son temas que a veces tengo la idea que no conocen”; sugiere que existe gran negligencia e ignorancia por parte de las autoridades.
Otro factor importante es la infiltración. Se han tapado los cauces naturales y el piso en las partes altas del AMG: Andares, Santa Anita y Bugambilias, para construir planchas de cemento, estacionamientos y centros comerciales, entre otros proyectos urbanos. Cuando el suelo está sellado y el agua no puede completar su ciclo de infiltración, “la escorrentía se dispara hasta un 90%”, explica. Toda el agua que debió absorberse en las zonas de mayor altitud es redirigida mediante tubos y otras infraestructuras a zonas de menor nivel, como La Lagunita y San Agustín en Tlajomulco de Zúñiga. El suelo en estás zonas posteriormente es el que más rápido se verá saturado e inundado.
“Toda la infraestructura de los pasos en desnivel se convierten en trampas mortales”, comenta Valdivia.
Según el análisis del especialista, de acuerdo con el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), los colectores tienen la capacidad de conducir el 30% de agua de lluvia. Sin embargo, reconoce que “eso fue hace 15 años” y las inmobiliarias han aumentado tanto la densificación de la ciudad mediante la construcción de edificios, por lo que, ese margen ya no es comparable con la que debe de ser hoy en día.
Agrega que, mientras el desarrollo del urbanismo se ejecuta regularmente a través de contratos establecidos con las inmobiliarias, el tratamiento que se le da a los canales y los cauces es todo un desorden. Como ejemplo pone a los proyectos inmobiliarios que recorren la avenida Mariano Otero “los cortan, los desvían, los confinan, les meten tubo, los desplazan hacia un lado y el otro”. Todo esto trae como consecuencia las fallas que podemos observar en las calles, donde los muros se caen, las piedras se desplazan, las marquesinas se rompen y se provocan los accidentes automovilísticos.
Las autoridades municipales responsables no han tomado en cuenta el trabajo de mapeo de las zonas de riesgo e inundación que han creado las personas especialistas en el tema, como GEORIESGOS, tampoco han iniciado proyectos de infraestructura sostenible para evitar las inundaciones que sigan sus sugerencias. Las acciones identificadas han sido paliativas, como se puede ver en su sitio oficial: Gobierno de Guadalajara, donde la población es la única responsable al no hacerse cargo de “tirar la basura en su lugar”.
Pérdidas y daños
Sebastían Torres Rochín es un estudiante de Guadalajara. Perdió su coche cuando iba camino a casa. El 15 de agosto del 2025 se dirigía desde Avenida Ramón Corona hacia su casa en Tlajomulco de Zúñiga. Eran las seis de la tarde cuando empezó a llover y Sebastían estaba saliendo del periférico sur para López Mateos cuando su coche inundado se apagó.
“El agua era alta y mi carro bajo”, él tenía miedo de que fuera arrastrado por la corriente o que fuera a dar contra otro vehículo.
Sebastían no recibió ningún tipo de apoyo por el gobierno, salvo el apoyo de los agentes viales quienes facilitaron el envío de una grúa. Contaba con un seguro que le permitió cubrir el daño de su carro. Sin embargo, es consciente de que muchas personas no cuentan con los mismos recursos económicos, y que las lluvias pueden ser mucho más fatales para las personas en una situación de vulnerabilidad.
Nunca le había pasado algo así.
Un anónimo compartió su experiencia en redes sociales durante el temporal de lluvias: “La lluvia y las piedras me rompieron la tolva del coche, se metieron piedras a mi carrocería”. Esto ocurrió en las calles Juan Palomar y Arias, cruce con Avenida Universidad. La poca visibilidad impedía que pudiera moverse y optó por la opción más segura de pasar su vehículo por encima de un camellón. El carro sufrió varios daños y ahí tuvo que esperar dos horas antes de que cualquier traslado fuera posible.
“Las calles necesitan funcionar por encima de su capacidad actual o no se podrá lidiar con los visitantes a la ciudad”, los locales se verán afectados y también la reputación tapatía, agregó en la publicación, haciendo referencia al desarrollo del Mundial en estas ciudades.
Juan José Carrillo Michel, un estudiante residente de Guadalajara, compartió cómo una persona muy cercana a él desapareció producto de las lluvias en la metrópoli. Cuenta que esta persona venía manejando sola de noche por una calle con mala iluminación, antes de que se perdiera rastro de ella.
Todos los esfuerzos por encontrar a esta persona fueron encabezados por conocidos de la víctima. Fue después de mucho tiempo y esfuerzo que las autoridades apoyaron en la búsqueda, menciona que no sintió “acompañamiento por parte de las autoridades”.
Juan dice que tanto las autoridades como las redes sociales afectaron su estado emocional durante esta pérdida. Se culpaba a la persona fallecida por el accidente, cuestionando “cómo se le ocurría pasar a esta persona por ahí sabiendo que esto pasaba durante las épocas de lluvia”. En general, los comentarios en internet sobre la noticia eran brutales contra la persona que sufrió este accidente.
“Acceso a rutas seguras y que haya equipos de rescate que estén próximos a apoyar a las personas cuando están en una situación de necesidad”, es una de las peticiones que este joven planteó y que le surgieron tras vivir este evento.
¿Quién cubrirá las pérdidas? Sin un Fondo Estatal de Desastres Naturales
El Gobierno de Jalisco contaba con una póliza de seguro catastrófico destinado para atender las consecuencias de fenómenos naturales que pudieran azotar a los diferentes municipios del estado. En 2023, la Secretaría de Administración del Estado informó que está póliza no fue renovada y en su lugar, el recurso presupuestal destinado a este seguro se dirigió al Fondo Estatal para la Atención de Desastres Naturales de Municipios del Estado de Jalisco (FOEDEN), así lo reportó el periodista Agustín del Castillo para el Diario NTR.
El FOEDEN es un fideicomiso estatal que funciona desde 2010 para atender a la población afectada por desastres naturales, ofreciendo apoyos en especie y en infraestructura —desde manejo hasta reparación de cauces, caminos e hidráulica— con el objetivo de salvaguardar vidas y vivienda. En el presupuesto de 2023 se contemplaron aproximadamente 50 millones de pesos, que se incrementaron a una bolsa de 80 millones al sumar remanentes, logrando una respuesta más ágil frente a emergencias como inundaciones, tormentas y terremotos.
Sin embargo, entre 2021 y 2022 el FOEDEN enfrentó recortes que lo dejaron con tan solo 50 millones, el monto más bajo en cinco años —un nivel por debajo del presupuesto ejercido en 2020-. Aunque el estado contrató seguros catastróficos —por montos superiores a 350 millones y luego 455 millones de pesos—, solo ha podido recuperar una fracción, por ejemplo 144 millones, para enfrentar fenómenos como el huracán Nora, resultado insuficiente frente a los daños reales
En 2023, el gobierno estatal decidió omitir la contratación de la póliza catastrófica, desviando los recursos previstos hacia un fideicomiso auxiliar que complementa al FOEDEN y la previsión presupuestal para contingencias. Para el 2024, existen dos fondos paralelos: uno estatal clásico por cerca de 58 millones de pesos y otro emergente destinado al campo por 300 millones, enfocado en productores agrícolas afectados por clima adverso.
La debilidad del fondo y su cobertura limitada del seguro dejan a zonas urbanas como la metrópoli tapatía particularmente vulnerables: el periodista Agustín del Castillo, también reportó para el medio UDGTV, que el SIAPA calculó las pérdidas anuales por lluvias que ascienden a los 600 millones de pesos, cinco fallecimientos por año, y alrededor de 3 mil viviendas y 650 establecimiento afectados. En el caso de Vanessa —quien desapareció tras ser arrastrada por una corriente pluvial— y de otras víctimas y desaparecidos, la falta de recursos robustos para contención, atención inmediata e infraestructura segura refleja una deuda estructural en la prevención y apoyo post-emergencia.
A mediados del mes de julio, las zonas de La Martinica y Lomas de Tabachines en Zapopan se vieron fuertemente afectadas por las lluvias e inundaciones. De acuerdo con reportes municipales, se registraron daños en aproximadamente 144 viviendas y 20 comercios, muchos de ellos con pérdidas totales en mobiliario y mercancía.
Ante la magnitud de los daños, el Gobierno municipal anunció que destinará 10 millones de pesos directos para las familias afectadas. Además, se pondrán en marcha programas de rehabilitación de infraestructura básica y limpieza en las calles más impactadas, con el objetivo de acelerar la recuperación de estas colonias. Sin embargo, no se especificó si estos recursos provendrán de un fondo municipal, estatal o de alguna reasignación presupuestal.
Recomendaciones de Protección civil
Uno de los obstáculos que enfrentan las Unidades de Protección en el estado -para dar respuesta rápida a situaciones de emergencia y evitar muertes-, es la falta de recursos necesarios para proporcionar cuerpos de bomberos equipados en todos los municipios de Jalisco. Mientras que, los municipios que sí cuentan con Protección Civil no cuentan con equipos de calidad, pues no “es una obligación constitucional contar con estos refuerzos de seguridad”.
Frente a estos retos, el director de Protección Civil en Jalisco, señala que “se procura brindar la mejor atención posible con los medios disponibles”.
¿Qué hacer durante una inundación?
- Conserve la calma y manténgase informado a través de los medios de comunicación accesibles.
- Evite caminar y cruzar por sectores inundados. El nivel del agua puede aumentar rápidamente y desarrollar velocidades peligrosas, por lo que podría ser arrastrado por la corriente.
- No salga ni trate de manejar a través de caminos inundados.
- Si el vehículo se atasca al intentar cruzar la corriente, debe abandonarlo inmediatamente y buscar la parte más alta en los alrededores.
- Ser precavido especialmente durante la noche, ya que es más difícil identificar el nivel del agua en el cauce.
El director de Protección Civil, recomienda a la población conocer la zona donde viven, así como consultar constantemente el estado de las rutas que deben tomar para moverse en los momentos de lluvia. Aconseja, además, hacer planes de contingencia dentro de la comunidad y asesorarse con entidades de Gobierno como Protección Civil para llevar a cabo las estrategias adecuadas en caso de emergencia.
Pese a la importancia de tomar las medidas de prevención adecuadas para evitar poner en riesgo la vida de las personas durante una inundación, es responsabilidad de las autoridades atender este problema recurrente. Si bien, algunas decisiones ya tomadas no pueden revertirse del todo, sí pueden escuchar a las personas expertas que ya han pensando en algunas estrategias y soluciones, así como a la población que no deja de enfrentarse a condiciones infrahumanas e indignas en medio de estos fenómenos hidrometeorológicos peligrosos.
Hay quienes han nombrado como una “crisis humanitaria” lo que viven las familias de las colonias que atraviesan la avenida Adolf Horn en Tlajomulco de Zúñiga, donde se ha vuelto intransitable el paso para vehículos particulares y el transporte público cuando llueve y sube el caudal. Colapsando totalmente la vialidad. Las consecuencias del desbordamiento de canales por la intensa lluvia, pero también producto de los problemas antes descritos, provocaron el pasado 9 y 10 de septiembre lo inimaginable: personas de todas las edades -incluyendo infancias- durmiendo en un camión o en sus vehículos particulares que se quedaron varados por las inundaciones en medio de la gran avenida.

Fotografía compartida por usuarios al medio Tráfico ZMG.
El reclamo de la ciudadanía es claro, después de tantos casos de pérdidas humanas, materiales, estructurales y de vivienda, es inadmisible que se ofrezcan las mismas respuestas.
“Debe haber control del crecimiento urbano, una política de protección civil adecuada, que no minimice la autoridad, el riesgo y el problema, porque luego le echa la culpa a la población con la basura o a la naturaleza por las tormentas intensas o atípicas. Se tiene que entender como consecuencia de decisiones erróneas que tomaron en el territorio y eso trae repercusiones importantes en la dinámica de la ciudad”, concluye Luis Valdivia Ornelas, especialista en geomorfología e impulsor de GEORIESGOS.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Guadalajara, del cual ZonaDocs fungió como Socio Formador.


