En 2025 se han registrado más de 131 mil personas desaparecidas en México, según el reporte de Red Lupa, organización dedicada a evaluar y registrar las acciones del Estado ante la crisis de personas desaparecidas en el país. Las desapariciones en México han alcanzado una cifra récord. La cifra ha incrementado de manera sostenida año tras año, con nulos planes de acción por parte del gobierno.
Por Ana Paula Carbonell/ @AnaPauCarbonel1
Cada año, con cifras que crecen o se mantienen en niveles alarmantes, el país asiste a una crisis humanitaria de personas desaparecidas. El Informe Nacional de Personas Desaparecidas 2025, elaborado por Red Lupa / IMDHD, hace registro y documentación de los casos y las características particulares por estado. Pero cuando enfocamos la mirada en Jalisco, se revela uno de los rostros más duros de esa realidad: un estado que encabeza la tabla nacional de desapariciones y donde el dolor de las familias no encuentra cauce institucional.
México que desaparece: el panorama nacional 2025
Según Red Lupa, para el 16 de mayo de 2025 se han acumulado cifras aterradoras: entre 2000 y esa fecha están registradas como desaparecidas casi el 90 % de los casos totales del país. Entre 2018 y mayo de 2025 se concentra el 56 % de todos los casos registrados, indicando que este fenómeno no es sólo histórico, sino profundamente contemporáneo y activo. El año con mayor número de denuncias hasta ahora es 2024, con 13,106 casos reportados. Si la tendencia no se invierte, 2025 cerrará con una cifra igual o superior.
En cuanto a la distribución estatal, los datos siguen mostrando que algunos estados concentran el peso de la tragedia. En 2025, los cinco con más casos: Jalisco, Estado de México, Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León. En conjunto, representan el 44.3 % de todas las desapariciones del país, una proporción que en 2024 era aún mayor (48 %), lo que sugiere que algunos estados menos visibilizados están viendo incrementos.
- El género no se ausenta del análisis: de mayo de 2024 a mayo de 2025, los casos de mujeres desaparecidas aumentaron en los 32 estados. Estados como Jalisco también figuran en el listado de los que concentran más casos femeninos.
- Por edad, la mayor concentración está entre los 25 y 29 años, pero no hay rango exento: desde menores de edad hasta adultos mayores aparecen en los registros.
El informe 2024, que operaba con corte al 16 de mayo de ese año, presentaba una radiografía semejante: cifras elevadas, estados con concentración de casos y persistencia del patrón de género.
Género y menores: rostros invisibles
Del total, 12.686 (84,67 %) son hombres, y 2.279 (15,21 %) mujeres. Esa proporción es consistente con años anteriores, donde la mayoría de los desaparecidos son hombres, aunque la desaparición de mujeres crece porcentualmente.
Los menores de 18 años también aparecen de forma cruda en las estadísticas: 1,229 casos, lo que representa que más de uno de cada diez desaparecidos en Jalisco era menor de edad. En ese grupo, 55.82 % eran niños, lo cual rompe el estereotipo de que casi solo adolescentes mujeres desaparecen.

Jalisco: el epicentro persistente
Dentro de este mapeo de cifras del país, Jalisco destaca como uno de los nodos más críticos. Al 16 de mayo de 2025, el estado reporta 14,982 personas desaparecidas. Esa cifra, por sí sola, alarma: el estado no es solo receptor de la crisis nacional, sino un protagonista activo.
Guadalajara encabeza la lista municipal: de 2,996 casos pasó a 3,055 en un año, un aumento que refleja la concentración urbana del fenómeno. Otros municipios importantes también registraron incrementos entre 14 y 51 casos. Si bien desde 2022 se observó una aparente disminución en el número de casos registrados, esa baja no se sustenta en explicaciones claras: colectivos de búsqueda y organizaciones civiles denuncian subregistro, dilaciones o fallas en el sistema de denuncia oficial.
En 2024, por ejemplo, se reportaron apenas 160 casos nuevos según cifras estatales, cifra que contrasta con las percepciones locales. .
En 2024, Jalisco ya era estado con alta incidencia de desapariciones, y en ese año registraba 14,846 personas desaparecidas. La proporción de hombres desaparecidos se ha mantenido estable (más de 84 %) entre años.
En el informe nacional, la participación estatal en la carga nacional disminuyó: los cinco estados principales pasaron de concentrar 48 % en 2024 a 44.3 % en 2025, lo que indica que otros estados también están viendo casos nuevos.
Si bien muchos estados reportaron incrementos superiores al 20 %, Jalisco aparece con una tasa de aumento más moderada frente a algunas entidades en ascenso rápido. A pesar de que los números cambian, el mensaje central permanece: en Jalisco la desaparición no es un fenómeno colateral, sino central.

Impunidad, omisiones y zonas oscuras del reporte
Detrás de cada número hay silencios exigentes, pues la aparente disminución de casos en ciertos años puede corresponder más a fallas en el registro que a resoluciones reales.
Organismos de la sociedad civil acusan que hay desconexión entre la Comisión Local de Búsqueda y las Fiscalías especializadas, lo cual obstaculiza las investigaciones.
En Jalisco surgen casos paradigmáticos: el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, se ha convertido en símbolo del horror. Allí se encontraron restos humanos, fosas, hornos crematorios y cientos de objetos personales —evidencias de lo que podría ser un centro de exterminio clandestino operado por el crimen organizado.
Las buscadoras, madres y familiares que levantan las manos para pedir respuestas, se enfrentan no solo al dolor, sino al peligro: amenazas, agresiones, asesinatos. En 2025, Teresa González Murillo, buscadora en Jalisco, fue gravemente herida en un intento de secuestro y días después murió.
También María del Carmen Morales, buscadora del colectivo Guerreros Buscadores, fue asesinada junto con su hijo mientras continuaba la búsqueda de su otro hijo desaparecido. La sombra del miedo acompaña las búsquedas y amplifica la desconfianza hacia las autoridades.
¿Qué significa este estado de guerra silenciosa?
- Cuando Jalisco concentra miles de desapariciones, el estado de derecho debería responder con urgencia, pero los datos muestran lo contrario.
- Que un estado con “institucionalidad” reconocida siga encabezando la lista es una señal de fallas profundas.
- Que los registros oficiales reporten descensos inexplicables sugiere subregistro, omisión o manipulación.
- Que los cuerpos no se identifiquen o que los casos no avancen indica que la justicia está atrapada en la impunidad más básica.
- Que las mujeres y menores siguen desapareciendo muestra que el género es también un vector de vulnerabilidad.
- Que familiares y colectivos busquen más allá del Estado es una herida ética de este país.
Voces que exigen memoria, justicia y acción
Los números no son fríos cuando hablamos de personas. No lo son cuando hablamos de madres, de padres, de hermanas que no saben si su ser querido está en una fosa o desapareció para siempre.
En Jalisco, la cifra de 14,982 personas desaparecidas no puede ser solo una estadística más: debe transformarse en demanda: ¿Dónde están? ¿Quién responde?
Los informes de Red Lupa son herramientas de denuncia, sí. Pero también mapas de obligación para el Estado: que reconozca su deuda con las familias, que active los mecanismos de búsqueda homologados, que garantice protecciones a las búsquedas ciudadanas y que no tolere que la desaparición se naturalice.
Mientras las cifras no disminuyan, esta nota seguirá siendo necesaria porque en México, desaparecer no es sólo una tragedia personal: es una herida colectiva que nos interroga.
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Aquí puedes revisar el informe completo de Red Lupa del 2025 aquí, y las ediciones de años pasados en su sitio web.


