La alfabetización mediática es una de las claves para combatir la desinformación, un fenómeno que vulnera el derecho ciudadano a recibir información verificada, así lo aseguraron las periodistas e investigadoras Siboney Flores, Daniela Mendoza y Alexia Ávalos, en el marco del Seminario del Observatorio sobre Libertad de Expresión y Violencia contra Periodistas de la Universidad de Guadalajara.
Por: Farah Medina /@_dtfarahm_
Durante la segunda sesión del Seminario del Observatorio sobre Libertad de Expresión y Violencia contra Periodistas de la Universidad de Guadalajara, las periodistas Siboney Flores, periodista especializada en fact-checking; Daniela Mendoza, directora general de Verificado MX; y Alexia Ávalos, comunicadora e investigadora, participaron del conversatorio “La desinformación como obstáculo para la libertad de expresión” en el que reflexionaron sobre este fenómeno, el papel que las audiencias y periodistas deben tomar para erradicarlo y cómo violenta el derecho de las personas a acceder a información verificada.
Durante el conversatorio, dialogaron sobre los cinco ejes vitales para abordar el tema. Uno de ellos fue la alfabetización de las audiencias, la cual explicaron, es un frente de defensa.
Al respecto, Wendy Acebes, moderadora de este panel, señaló que cuatro de cada diez personas no pueden distinguir si una información es verdadera o falsa.
Enseñar a verificar fuentes, identificar sesgos, detectar propaganda y cuestionar emociones es tan urgente como aprender a leer y escribir, sin embargo, esta requiere un esfuerzo colectivo, como mencionó Daniela Mendoza:
“creo que es un esfuerzo pedagógico bastante urgente y que se trata de una responsabilidad colectiva (…) la alfabetización mediática es una herramienta que sí es sostenible y sí es efectiva contra la desinformación”.
También aseguró que “no es una tarea que se limite a un ambiente educativo”, como las escuelas, sino que se trata de un trabajo que involucra a los medios de comunicación y sus redacciones “Debemos dejar de ser celosos de cómo hacemos lo que hacemos y compartirlo con la audiencia”, dijo.
Siboney Flores, desde su experiencia, recalcó que “el nivel en que se mueve la desinformación es impresionante y tiene consecuencias reales, (…) el primer combate a la desinformación es la alfabetización de la ciudadanía”.
Por otro lado, precisó que, si bien, la responsabilidad recae en los medios y periodistas, no se puede dejar de lado a instituciones educativas, a las autoridades y a las redes sociales.
Aunque reconocieron los esfuerzos realizados por plataformas, en la actualidad Facebook o X siguen siendo plataformas donde las personas consumen noticias, debido a la desconfianza que se tiene hacía medios de comunicación.
Por otro lado, Alexia Ávalos reconoce que aunque esto debería ser una responsabilidad de las audiencias, es común que desconozcan que están siendo influenciadas por estos contenidos no veraces:
“Creo que estamos poniendo como mucho énfasis en el deseo de las audiencias y en el conocimiento previo de las audiencias cuando posiblemente muchas de ellas no tengan esa idea previa de que se encuentran en un sesgo”.
En cuanto a las redes sociales, reconocen que esta desconfianza hacia medios tradicionales ha llevado a las personas a informarse por otras vías, dejando de lado a aquellas plataformas de periodismo independiente o dedicadas a la verificación de datos. Y es que, ante la inmediatez, es más fácil acudir a las redes sociales.
Siboney advirtió sobre la desinformación que impera en estas plataformas:
“Entiendo su gusto por acudir a personas influencers, pero ahí no hay un editor. Acá sí (…) Danos oportunidad de que nuestra información sea verificada, sea editada, es entendible que la gente esté molesta, pero habemos más espacios que estamos luchando por informar”.
Daniela, por otra parte, aseguró que el trabajo de fact checkers, es complejo, aún más, cuando se involucra la propaganda y los discurso de odios, pues consideró que la desinformación se sostiene sobre la manipulación emocional, de aquí que sea “un ataque a nuestra libertad de expresión”.
Alexia Ávalos, ante esto, explicó que “la desinformación es producir una especie de fragmentación, de división en los distintos grupos que consumen realidades paralelas”.
La periodista Siboney decidió hacer una invitación en este sentido a la audiencia, “Hay una invitación permanente de todos los fact checkers del mundo a no decirle fake news porque es un término empleado por Donald Trump y otros presidentes para deslegitimar las investigaciones periodísticas”. Una forma constante de agresión que tienen las figuras políticas o instituciones para desacreditar su labor.
Alexia, Daniela y Siboney coincidieron en que el periodismo y la educación son aliados para reconstruir la confianza en los hechos. Andrea advierte sobre el autocuidado como audiencias ante el consumo de información.
Entre las recomendaciones más repetidas por las expertas está cambiar los hábitos de consumo: “Pasar de ‘lo comparto por si las dudas’ a ‘por si las dudas no lo comparto’”.
De esta forma Alexia concluyó su participación con una reflexión sobre el escepticismo activo:
“Cuestionarnos todo, incluso nuestras propias creencias, nuestras propias maneras de pensar (…) y leer diferentes perspectivas, incluso las que no son afines a nosotros”.
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Aquí pueden ver de manera íntegra este panel del Seminario del Observatorio sobre Libertad de Expresión y Violencia contra Periodistas de la Universidad de Guadalajara,
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Aquí pueden seguir las actividades del Observatorio sobre Libertad de Expresión y Violencia contra Periodistas
