Estudiantes de arquitectura recorrieron la avenida López Mateos Sur en el Área Metropolitana de Guadalajara para explorar sus problemas de movilidad y proponer soluciones artísticas.
Reconocen que la avenida, dominada por autos privados, fragmenta el territorio y dificulta el tránsito peatonal, mientras especialistas señalan la necesidad de transporte masivo y entornos urbanos más seguros y accesibles.
Por Sofía Arana Velasco / @sofia.aranaa
Estudiantes de la universidad ITESO realizaron un recorrido por las calles de la avenida López Mateos Sur en el Área Metropolitana de Guadalajara. Organizadas y organizados por la iniciativa Cubo Rojo, su objetivo fue reconocer y entender desde el arte, el urbanismo y la arquitectura las problemáticas de movilidad que dominan esta vialidad.
“Desde mi perspectiva, honestamente, y a partir de lo que he estudiado, no existe una solución definitiva, pero sí acciones de mitigación”. La urbanista y arquitecta Karla Bañuelos, subraya que el congestionamiento vehicular no es el problema central. La clave está en apostar por un sistema de transporte masivo y en la movilización de la ciudadanía, que se enfrenta a estas situaciones de forma cotidiana, “no habrá manera de mejorar estas condiciones si no nos movemos de forma colectiva, incluso masiva”, precisó.
La actividad era simple, después de recorrer a pie un tramo de la avenida López Mateos Sur, las y los estudiantes debían posicionarse desde un puente peatonal para visualizar el flujo vehicular desde esta perspectiva; luego, “imaginar lo que podría ser” y proponer una solución hipotética para un problema muy real.
Si bien, cada participante propuso ideas diferentes sobre cómo podría solucionarse la problemática, coincidían en que este diseño de ciudad, especialmente, esta vialidad, mantiene una deuda con las personas que la transitan a pie. Las propuestas, dibujadas en papel, fueron colgadas del puente peatonal como una forma de intervención artística.

Se pensaron en espacios llenos de vegetación, ciclovías, espacios seguros no solo para transitar, sino también para habitar; incluso semáforos, puesto que, las y los estudiantes identificaron que el primer semáforo de la avenida, desde la entrada al Área Metropolitana de Guadalajara -por esta vía- es hasta la zona de Plaza del Sol.
La arquitecta Margarita de Silva Peña destacó la importancia de la participación ciudadana para impulsar cambios reales en la ciudad. Subrayó que gran parte de la población desconoce los problemas urbanos actuales, por lo que, consideró esencial visibilizarlos a través de acciones colectivas.
“La participación ciudadana es fundamental para que ocurran cambios significativos”, señaló, y agregó que ejercicios como el dibujo, la observación o la fotografía pueden servir para hacer visibles las problemáticas cotidianas y fomentar una ciudadanía más activa y comprometida.
La avenida, concebida principalmente para la movilidad del automóvil, ha dejado de ser una vía de conexión para convertirse en una barrera que fragmenta el territorio.

De acuerdo con el Estudio de Construcción de la Solución Vial en el circuito Av. López Mateos, segunda etapa, publicado por el Gobierno de Jalisco en su portal de transparencia, el tráfico en la zona sur de la avenida está compuesto mayoritariamente por vehículos particulares, que representan el 91.1 % del total. En contraste, solo el 3.4 % corresponde al transporte público y el 5.5 % a vehículos de carga.
Karla Bañuelos señaló que en la avenida López Mateos hay una deuda profunda con las personas que caminan, pues las condiciones actuales no garantizan seguridad ni dignidad para ellas. La atención no debe centrarse únicamente en la vialidad principal, sino también en los entornos de las comunidades que la rodean, aseguraron, ya que, desde su análisis sobre lo observado, las personas deben recorrer trayectos a pie desde sus casas hasta las paradas del transporte público.
“Es tan importante poder atravesar López Mateos de manera digna como circular por ella”, afirmó, al subrayar la necesidad de aceras amplias, iluminación, señalización, accesibilidad universal y espacios arbolados que permitan caminar la ciudad de forma segura y humana
La mala planeación urbana, el transporte público deficiente, la escasez de puentes peatonales, muchos de ellos en malas condiciones, y la baja permeabilidad del entorno dificultan el tránsito seguro y accesible de las personas. Esta falta de permeabilidad, entendida como la capacidad de un espacio urbano para permitir el flujo libre de personas y actividades, no solo limita la movilidad, sino que también genera inseguridad y aislamiento entre quienes habitan y transitan la zona.
La experiencia en López Mateos Sur evidenció que transformar la avenida requiere ir más allá de soluciones viales tradicionales. Mejorar la movilidad y la seguridad peatonal depende de combinar infraestructura adecuada, transporte masivo eficiente y, sobre todo, participación ciudadana activa.
Las y los participantes concluyeron que, sólo a través de un enfoque colectivo que considere a quienes caminan, habitan y usan la ciudad a diario, será posible reconectar el territorio y construir un entorno urbano más seguro, accesible y humano.


