El ABC del narcotráfico 

Secreto a voces

Por Rafael Alfaro Izarraraz

La palabra narcotráfico significa “comercio de drogas tóxicas a gran escala”. Se entiende que la producción y distribución es ilegal porque causan daño a la salud en la medida en que ocasionan en la persona que las consume un estímulo que conduce a conductas negativas que no se acoplan al tipo de convivencia establecida por una determinada sociedad. El narcotráfico es una actividad que ocasiona conductas que violan las reglas de comportamiento que una sociedad considera normales. El narcotráfico se “desacopla” de un modo de vida.

Es importante resolver quién establece las reglas o normas que regulan la conducta de una sociedad. Las reglas que regulan la conducta de una sociedad son establecidas por quienes se encuentran en la cúspide de la escala social, no necesariamente por quienes gobiernan. Los “gobiernos” son los que las aplican, cuyo concepto es distinto a quienes se encuentran en la parte alta de la escala social. El gobierno es quien lleva a cabo la aplicación de las normas no su “creación” espiritual. Los gobiernos son una continuidad de la parte espiritual que regula la vida social.

Los conceptos anteriores, deben ser entendidos en la lógica de una sociedad liberal clásica. El concepto de quienes mandan es distinto al de los que gobiernan. Los que mandan son los que controlan de manera efectiva la vida espiritual de una determinada sociedad. Y por lo general, en la actualidad, los que mandan y sostienen espiritualmente a una sociedad constituyen un entramado global, universal. Por ejemplo, en la actualidad desde el punto de vista espiritual los que mandan son los creadores de la ideología que sostiene a Occidente.

Los gobiernos regulan la vida y en el diseño concreto en cuanto a la traducción de lo espiritual a la práctica en la vida cotidiana y sus normas concretas. Participan de la elaboración de esas normas filósofos, abogados, políticos, historiadores, etcétera. Aunque son ellos los que las escriben por lo general lo que diseñan las reglas específicas están en pensamiento en concordancia con quienes mandan y han logrado crear un ambiente espiritual que guía todo y a todos. Los que escriben son por lo general escogidos entre los especialistas cuyo pensamiento no difiere del espíritu de la época. Son un subproducto.

Ahora bien, cuando se hace referencia al espíritu de una época se refiere no un país sino a una época que abarca a toda una civilización, como por ejemplo ocurre ahora con el modelo occidental de vida impuesto desde 1492 hasta la fecha. Occidente creó toda una concepción espiritual del mundo que abarca lo moral, lo ético, histórico, filosófico, legal, político, etcétera. En este contexto es en el que se ha creado un espíritu general y gobiernos que de manera específica aplican en la vida cotidiana el espíritu general de los que mandan.

Otro punto a dilucidar es preguntarse:

¿cómo es que los que mandan han llegado a ser los que ocupan la cúspide de la escala social que son también los creadores del espíritu de una época? 

El narcotráfico es una actividad que en parte es la continuidad de otras actividades moralmente ilícitas que fueron, en el pasado, constituyentes de las élites económicas, políticas y culturales que han mandado en el mundo desde hace siglos (Luis Astorga). Tiene como característica esencial el mirar a los otros como parte de un juego de poder y dominio en el que el poder se ejerce por encima de cualquier principio ético y moral, en el que domina la crueldad para la que no se tiene límite, pero adornado con un discurso que justifica todo.

La producción y distribución de sustancias que modifican el estado de ánimo de las personas con fines de poder y dominio en los tiempos que vivimos son la continuidad de otras que se remontan a las épocas en que los humanos inventaron el mundo al pensarlo. Nuestros antepasados constituidos por hordas humanas lograron posicionarse en el claro abierto por su fuerza física. Ahí, cuando crearon la casa, también inventaron la cría y la domesticación de humanos, actividad que no ha cesado en recrearse con el tiempo (Sloterdijk). Para la cría y la domesticación se requiere de “droga”.

La palabra “droga” tiene una amplia diversidad de significados. En el árabe se escribe como “Hatrúka” que se asocia al significado de “charlatanería” o expresar en palabras cosas que no tienen sentido. Para el francés “drogue” significa hoja seca. Entre los griegos está asociado con el pharmaco, de donde viene la farmacia, como sinónimo de un remedio o sustancia curativa. Para la Academia de la Lengua Española la droga va desde “sustancia estimulante”, medicinal, asumir una deuda, sustancia que se emplea en la medicina, afición obsesiva, entre otras.

En un sentido estricto, el criar mujeres y hombres, charlatanes, que pronuncien cosas sin sentido está asociado a un tiempo remoto. A la casa como epicentro de la cría de humanos que poco a poco sustituye al vientre materno como episodio cultural, le siguió la ciudad con sus casas contiguas una al lado de la otra. Al bajar de las montañas Zaratustra miró algo sorprendente: hombres (y mujeres) habían sido empequeñecidos y cada uno de ellos debía agacharse para poder ingresar a sus viviendas. Ahora tenían que rendirse ante la ciudad-Estado cuya promesa de felicidad estaba concentrada en poderes sobre naturales y sociales ante los cuales hombres y mujeres deberían inclinarse, obedecer.

Todo había nacido en la casa, la “droga” de la cría y la domesticación funcionó letalmente. Las vidas de las personas fueron entregadas al Estado y cada uno de ellos y ellas fue convertido no en un arma mortífera de unos contra otros: de los más fuertes contra los más débiles. Y así, históricamente, el antiguo “fentanilo” la cría y domesticación de humanos fue la sustancia que llevó a la “caza” de millones de seres humanos del continente africano para llevarlos en calidad de “no humanos” a las tierras en donde serían ocupados como bestias.

Cuando fue necesario utilizar un medio no subjetivo para dominar a un pueblo se recurrió a las sustancias que intoxican la mente de las personas y de los pueblos o segmentos de la población de un pueblo. Esto ocurrió entre Inglaterra y China, durante la llamada guerra del opio ocurrida en el siglo XIX. Para doblegar al pueblo chino los ingleses inundaron conscientemente de droga las calles y ciudades de los principales puertos y ciudades chinas con el fin de empequeñecer su población y establecer un dominio imperial.

Durante la Segunda Guerra Mundial los soldados de EU fueron inducidos al uso de la droga con el fin de que pudieran soportar el ir a la guerra y los pueblos del triángulo dorado mexicano fueron utilizados para la producción de opio que consumía el ejército de EU. Quienes mandan decidieron desindustrializar el territorio de EU y trasladar hacia China y Asia las plantas de producción y con ello, tal vez sin proponérselo, la caída de Occidente. Con ello un demoledor golpe a los niveles salariales, de empleo, de vida en general, del pueblo estadounidense. 

Lo anterior, ha significado la acumulación de descontento social al interior de EU y la droga, el fentanilo, emergió, vistas las cosas con frialdad, como el arma para aniquilar cualquier espíritu de protesta. Pero la generación “Z” únicamente existe para EU en otros países, pero no al interior como siempre ocurre con los promotores e ideólogos de los que mandan. El gobierno de EU en la actualidad se ha convertido en creador de una narrativa etaria que coloca a la generación “Z” como adalid de las demandas no cumplidas, pero no para ellos a pesar de que quienes consumen fentanilo en EU es la generación “Z”.

Pregunta: ¿es mera casualidad? 

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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