Las mujeres en México destinan casi 40 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidados, el doble que los hombres, lo que profundiza su desigualdad económica y limita su participación en el mercado laboral, revela la edición 22 del Boletín de análisis económico del ITESO.
Por Redacción ZonaDocs / @ZonaDocs
El trabajo doméstico y de cuidados en México continúa recayendo mayoritariamente en las mujeres, quienes dedican en promedio 39.7 horas semanales a estas actividades no remuneradas, frente a las 18.2 horas que invierten los hombres, de acuerdo con el Boletín de análisis económico de la Escuela de Negocios del ITESO. En conclusión, el análisis revela que la brecha equivale a casi un día completo de trabajo.
En Jalisco, el patrón se repite. Las mujeres emplean 37.9 horas a la semana en estas tareas, mientras que los hombres solo 17.3, lo que representa una diferencia de 20.6 horas semanales, además se confirma que ellas destinan el doble de tiempo a sostener los hogares.
La académica Mireya Pasillas, editora del boletín, subrayó que esta distribución desigual tiene consecuencias directas en la autonomía económica de las mujeres. Señaló que: “la economía descansa sobre esa carga de trabajos que, si las mujeres no los hicieran, no se sostendría”.
Además agregó:
“Es importante darle el valor que tiene al trabajo doméstico y de cuidados para diseñar políticas públicas que reduzcan las brechas existentes (como la salarial) y las mujeres tengan mayores posibilidades de insertarse en el mercado laboral”.
El documento también retoma datos de la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares, del Inegi, que calcula que estas labores equivalen a ocho billones de pesos, es decir, 23.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Su valor económico es incluso mayor que el de sectores productivos como la industria manufacturera (20.1 por ciento) y el comercio (18.7 por ciento).
El boletín destaca que esta carga “histórica, feminizada e invisibilizada” ha limitado la autonomía de las mujeres y condicionado sus posibilidades de acceder a empleos estables y de calidad, donde persisten la discriminación y la brecha salarial, lo que genera “mayores dificultades para acceder a empleos estables y de calidad que les permitan conciliar las exigencias del trabajo remunerado con las necesidades del cuidado”, concluye el boletín.
El análisis fue realizado por la propia Pasillas y por las académicas Josefina Robles Uribe y Elsa Ivette Jiménez Valdez, quienes advierten la necesidad de redistribuir el trabajo de cuidados y reconocer su papel como sostén fundamental de la vida social y económica del país.


