Alumnos del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro, quedaron varados durante la tormenta atípica que tuvo lugar el 22 de agosto de 2025: ¿Cómo vivieron esta inundación y qué implica para las y los estudiantes de una universidad privada el tener que suspender sus clases a causa de la inundación de su escuela?
Por: Gina M. Erosa / @ginaemerosa
La tormenta del 22 de agosto de 2025 sorprendió al Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro. En cuestión de horas, el agua cubrió canchas, residencias y pasillos, dejando a decenas de estudiantes atrapados dentro de su universidad.
El usuario @pec_sam lo resumió en un video que se volvió viral bajo el título: “Mi universidad se inundó y quedé atrapado en ella”:
“Son las dos de la mañana y los alrededores de nuestra universidad están totalmente inundados. A pesar de que tenemos vehículos no podemos salir con ellos ya que podríamos exponernos a quedar varados El estacionamiento también se inundó y el agua ya cubre parte de algunos vehículos. El agua ya comenzó a filtrarse por algunas de las paredes y la explanada está totalmente inundada. Hay tanta agua que aquí ya parece un río”.
“Nos dejaron entrar sin avisarnos del riesgo”
Una estudiante, que prefirió el anonimato, relató a ZonaDocs lo que vivió junto a su hermana y pareja esa misma noche. Tras pedir un auto por aplicación para llegar del Centro Histórico de Querétaro a casa cerca del TEC Campus Querétaro, el chofer se negó a avanzar y los dejó cerca del Parque Tecnológico.
“Tuvimos que bajarnos en medio de la calle y pasar por un arroyo que se hizo en la ciclovía. La verdad no sé qué hubiera pasado si no perteneciéramos a la Comunidad Tec, ya que desde el punto en el que se disponía a dejarnos era peligroso caminar hacia nuestro hogar”.
Al llegar al campus, personal de vigilancia les pidió identificarse, pero no les informó sobre el estado del lugar. Estos estudiantes pretendían llegar al acceso de Epigmenio González desde el Parque Tecnológico.
“El guardia de seguridad nos vio dirigirnos hacia el área de residencias y no nos dijo nada. Considero que debió informarnos sobre la situación De haberlo sabido, nos habríamos evitado malos ratos y optado por alternativas como quedarnos en algún edificio del Parque Tecnológico o contactar a un amigo”.

Existen dos caminos que llevan al acceso de Epigmenio González desde el Parque Tecnológico. El primero, el peatonal, consiste en cruzar un puente que pasa sobre el canal pluvial del campus –que para este momento estaba por desbordarse –, después pasar entre el Centro Estudiantil y subir hacia el Centro de Congresos para finalmente llegar a la caseta del acceso por un andador. El segundo camino es por el que conducen las bicicletas y el tren eléctrico, la ruta pasa a un lado del canal pluvial y rodea al Centro Estudiantil, terminando en el andador
“Nosotros tomamos el camino peatonal, y al subir el puente nos dimos cuenta de que no había Estadio Borregos y no había cancha de fútbol, pues estaban completamente cubiertos por agua. También había un arroyo gigante entre la segunda entrada del Centro Estudiantil y el Centro de Congresos, por lo que no podríamos pasar.”
El Centro Estudiantil tiene tres entradas: la principal que da hacia el estacionamiento y se encuentra a la misma altura que el Centro de Congresos, la segunda que está a desnivel y a un lado del Centro de Congresos y la tercera cuya entrada está cerca del camino de bicicletas.
“Entonces decidimos regresar y tomar el segundo camino. Al llegar a la estación de bicicletas nos dimos cuenta no solo de que había muchísima agua, también de que el agua proveniente de la entrada de Bernardo Quintana era tanta que se acumuló en otro arroyo con corriente leve pero capaz de arrastrar a alguien.”
Los alumnos decidieron cambiar la ruta una vez más, esta vez pasando por detrás del Centro de Congresos, en donde atravesaron el Área de Comidas para llegar al andador.
“Aquí fue mojarnos terriblemente, con eso me refiero a que teníamos el agua hasta las rodillas. Había mucha corriente en el andador, pero logramos llegar al acceso peatonal en donde se nos informó que la recomendación era no salir del campus por la intensidad de la inundación. Una hora de arduo camino no sirvió de nada, pues tendríamos que quedarnos. Creo que esto se pudo haber evitado si hubiera existido una mejor comunicación cuando recién pasamos por el primer acceso”.
En este punto, los estudiantes no tenían muchas opciones para resguardarse de la tormenta: regresar al punto de partida era peligroso, pero dirigirse hacia su departamento lo era aún más; por lo que el cuerpo de seguridad les recomendó buscar refugio en la biblioteca.
“Subimos al tercer piso del edificio de la biblioteca, ya que cuando entramos nos dimos cuenta de que también estaba inundado. Ahí nos secamos y permanecimos esperando a que bajara la corriente, hasta aproximadamente las 3:30 de la mañana. Durante el tiempo en el que estuvimos ahí los guardias de seguridad se acercaron con nosotros para solicitarnos tener el número de emergencias a la mano y para realizar un conteo de las personas que estábamos en el lugar.”
En la madrugada, el campus perdió energía eléctrica y la seguridad realizó conteos de las personas refugiadas.
“A las 3:30 mi hermana y yo nos dimos cuenta de que la ciclovía ya era visible, por lo que nos retiramos del campus. Aún había mucho lodo y nos mojamos bastante, pero lo único que queríamos era llegar a casa”.
Clases suspendidas y daños en el campus
El 23 de agosto, el Tecnológico de Monterrey anunció el cierre temporal del campus para reparar daños. Entre el 25 y 30 de agosto, las clases se impartieron en línea y actividades como la Carrera Think Feel Run 2025 fueron pospuestas.
El 1 de septiembre regresaron los estudiantes de PrepaTec, aunque con restricciones: el campus cerraba a las 3 de la tarde. En el nivel profesional, las clases presenciales se reanudarán hasta el 8 de septiembre.
“El área de preparatoria se ve bien y sin mayores afectaciones. Los restaurantes están abiertos, pero el gimnasio de preparatoria permanece cerrado. No nos dejan pasar más allá del puente del canal pluvial, está cercado”, contó Jorge Mercado, alumno de PrepaTec.
Videos posteriores, como el publicado por @two_perejil en TikTok, muestran lodo en el Estadio Borregos, muebles dañados en residencias y personal trabajando en la restauración. Los residentes fueron reubicados temporalmente en hoteles, con transporte proporcionado por la institución.

El contexto de la tormenta
La magnitud del desastre en el campus no puede entenderse sin el contexto climático y urbano de Querétaro. La ciudad, de clima semidesértico, registra lluvias moderadas entre mayo y noviembre. Julio suele ser el mes más lluvioso, con 103 milímetros en promedio. Sin embargo, el 22 de agosto en solo ocho horas cayeron 80 milímetros, un nivel no visto desde 2003, según el meteorólogo Gustavo García Tello.
El fenómeno se explicó por la combinación de la onda tropical número 24 y un canal de baja presión sobre el centro del país, que también afectó a la Ciudad de México y el Estado de México.
Los municipios declarados en estado de emergencia fueron Querétaro, Corregidora y El Marqués, siendo las colonias más afectadas Peñuelas, Menchaca y Carrillo Puerto. En distintas zonas de la ciudad, elementos del Ejército, autoridades, brigadas de Protección civil e, incluso, ciudadanos trabajaron en conjunto para sacar el agua de las viviendas, apoyar en rescates y restablecer vialidades bloqueadas
La vulnerabilidad de la ciudad tiene causas estructurales: asentamiento sobre un valle propenso a acumulaciones, sobreexplotación de acuíferos y subsidencia del suelo —hasta 5 centímetros al año—. En Avenida de la Luz, la deformación -incluso- alcanza ya 1.20 metros, explicó Rosario Vázquez, profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Juriquilla de la UNAM.
La inundación del Tec, Campus Querétaro, expuso dos realidades: la fragilidad de una ciudad que creció sin planeación hídrica y la vulnerabilidad de una institución privada ante fenómenos climáticos extremos.
La Comunidad Tec, entre corrientes y lodo, aprendió de golpe que, incluso, los espacios que parecen seguros no están exentos de las consecuencias de la crisis climática.



Muy buena nota, interesante, con datos duros, perfectamente escrito y muy Valiente.
Un gusto leer a esta periodista.
Muy buena nota, felicidades