¿Casas para quién?

Este próximo sábado, en Guadalajara, se realizará la primera marcha contra la gentrificación; en este texto podrás enterarte el por qué es necesaria esta acción y cómo podrías participar para exigir tu derecho a una vivienda digna.

Por Anashely Elizondo / @Anashely_Elizondo

Otra construcción alejada del suelo, se une a las nuevas promesas de vivienda que adornan de manera lúgubre el paisaje de esta ciudad; edificios grises con balcones amplios sobre avenidas transitadas, penthouses de ensueño con vista al horizonte, ladrillos naranjas con aires de superioridad habitacional, ventanas amplias y la promesa de estar a cinco, diez o veinte minutos del centro, forman parte del cotidiano visual. A su lado, letreros con las palabras “SE RENTA” “SE VENDE”, apilados de forma poco sutil, muestran que todo aquello está disponible, pero no para todo el mundo. 

No es una sorpresa para nadie ver cómo la realidad salarial choca de frente con los precios de las viviendas en Guadalajara. Datos publicados por la revista financiera “LÍDER”, más del 50 por ciento de la población tiene en promedio el sueldo equivalente a dos salarios mínimos (278.80 pesos diarios), mientras que en zonas demandadas, la renta supera los 12 salarios mínimos, convirtiendo a la ciudad en un cementerio de viviendas vacías. 

De acuerdo con datos de“LÍDER”, el centro de Guadalajara cuenta con más de mil viviendas desocupadas (sin contar las que ahora mismo se construyen y promueven) y, tan solo en la cotizada colonia Americana, se encuentran más de 300 viviendas sin uso. Sin embargo, en municipios como Tlajomulco, podemos ver más del 70 por ciento de casas sin habitar, mismas que fueron compradas y obtenidas por medio de créditos hipotecarios pero la falta de accesibilidad, transporte y en algunas ocasiones, seguridad y servicios básicos, hacen imposible que las personas puedan continuar habitando dichos espacios.

“El 60 por ciento de la nueva vivienda vertical en Guadalajara se dirige a segmentos de ingresos altos (representada aproximadamente por el 1.2 por ciento de la población en todo Jalisco), respondiendo a la especulación del precio de la tierra y no a las necesidades sociales”, indica el artículo.

Entonces, ¿El mercado (que mágicamente se autorregula y otorga a cada quien su lugar, según los libertarios) está pensando en que nosotros, la generación z, con sueldos precarios y abundancia en falta de prestaciones laborales, vamos a poder habitar esos nuevos condominios de lujo? ¿De verdad quieren hacernos creer que si le “echamos ganas”, aquellas paredes de pretencioso ladrillo naranja van a albergar nuestros sueños y vidas? ¿Qué más de tres millones de pesos por dos cuartos y un baño son lo mínimo que podemos pagar? 

El mercado no espera que seamos nosotros los dueños, tampoco les preocupa el desplazamiento ni la inflación, no somos su prioridad pero sí lo es la inversión extranjera, las conversión de vivienda a casa huésped y el negocio, el dinero, nunca la gente. 

¿Qué es una casa si no un lugar de desarrollo, cuidado comunitario y protección? ¿Para qué sirve una casa vacía, sin alma ni corazón? ¿Cuántos letreros de “SE RENTA” caben en el centro de una ciudad? 

La marcha pacífica contra la gentrificación y el despojo, convocada por el Frente Único por la Vivienda Digna y el Territorio, el próximo sábado 20 de septiembre a las 16:30 horas en el Parque Morelos, es la oportunidad de apropiarnos del espacio público, aprender en comunidad y mostrar el descontento social que provoca dicha problemática.

Sin más casas sin gente ni gente sin casas. 

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Anashely Elizondo
Anashely Elizondo
Licenciada en Artes Visuales para la Expresión Fotográfica y becada en taller de fotoperiodismo de National Geographic. Colaboradora de la Gaceta y el Área de Prensa de la Universidad de Guadalajara. Enfoca su visión en temas relacionados con derechos humanos, feminismo y arte/cultura.

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