De acuerdo al Informe Anual de Homicidios de personas LGBTIQ+ en América Latina y El Caribe, realizado por la Red Sin Violencia LGBTIQ+, en 2024, al menos 361 personas pertenecientes a la Comunidad LGBTIQ+ fueron asesinadas en diez países de la región, lo que equivale a un homicidio diario.
Por: Gina M. Erosa / @ginaemerosa
Foto portada: Leslie Zepeda
Estamos “rodeados de amor”. La comedia romántica es un género bastante popular en el cine, es probable que al poner música en aleatorio, al menos, alguna canción sobre este sentimiento tan puro se reproduzca, además siempre se nos incita a amar tanto al prójimo como a uno mismo.
Si es así, si el amor está en el aire, entonces ¿por qué siguen habiendo personas en desacuerdo con que cada uno ame a quien su corazón le dicte? ¿Por qué si profesamos que el amor propio es el primer paso para demostrar este sentimiento a otros, no podemos aceptar a quienes tienen la valentía de amarse tanto como para luchar porque su identidad de género sea respetada y validada?
Tal vez no estamos tan rodeados de amor como pensamos si habemos quienes no podemos salir tranquilamente a la calle sin la inevitable pregunta: ¿será este un lugar lo suficientemente seguro para que tome de la mano a mi pareja? aparezca ocasionalmente en algún rincón de nuestra mente.
Si bien, actualmente la Comunidad LGBTIQ+ es más aceptada que en años anteriores, esto no significa que las olas de odio hayan desaparecido; de hecho, por el periodo sociopolítico en el que nos encontramos la poca tolerancia y discriminación hacia este sector ha incrementado.
De acuerdo a la organización, Red Sin Violencia LGBTIQ+, la llegada de Donald Trump al poder en 2025 puso en riesgo avances de la agenda global en derechos LGBTIQ+, ya que su administración ha declarado políticas estrictas que culminan en la suspensión y redirección de fondos de cooperación internacional como lo son Global Equality Fund y USAID. En consecuencia, se ha dificultado la protección y promoción de los derechos LGBTIQ+ a organizaciones internacionales que anteriormente desarrollaron programas de salud, atención legal y prevención de violencia gracias al compromiso que mantuvieron con Estados Unidos hasta el 2024.
La llave de apoyo no se ha cerrado sólo en el ámbito financiero, esta postura también resta el respaldo político y simbólico a los principios de libertad de asociación, igualdad y no discriminación, a la identidad, protección contra la violencia y el acceso a salud para personas de la diversidad sexual y género. Un ejemplo es la reciente solicitud por parte de Donald Trump a la Suprema Corte para bloquear la orden judicial que permite a personas trans, no binarias e intersexuales elegir su identidad de género – “femenino”, “masculino” o “X” – en documentos oficiales.
La información sobre homicidios a personas pertenecientes a la Comunidad LGBTIQ+ en América Latina y El Caribe es limitada e, incluso, existe omisión sistemática en la presentación de datos completos y confiables, por lo que diez organizaciones se unieron para así crear la Red Sin Violencia LGBTIQ+ y recopilar datos sobre estos casos, utilizando medios de comunicación y redes sociales como herramienta principal.
El Informe Anual de Homicidios de personas LGBTIQ+ en América Latina y El Caribe reveló resultados bastante preocupantes; de los 10 países que conforman la Red Sin Violencia LGBTIQ+, México es el segundo con más homicidios, registrando un total de 80, lo que equivale a un aumento del 23% en comparación con el 2023.
Víctimas y homicidas
El grupo más vulnerable está conformado por personas cuya identidad de género es visible y por personas jóvenes. Las cifras arrojaron que el 36% de los homicidios fueron en contra de hombres cis gays, 30% en contra de mujeres trans, 10% en contra de hombres bisexuales y 7% en contra de mujeres lesbianas. Más de la mitad de las víctimas tenían entre 21 y 25 años.
En 21 casos, la víctima pertenecía a movimientos activistas; 12 de estos hechos se suscitaron en Colombia, 7 en México, uno en Ecuador y otro en Perú.
En cuanto a pertenencia étnica, se registró que, en México, dos personas indígenas pertenecientes a la Comunidad LGBTIQ+ fueron asesinadas.
En el 87% de los casos, el homicida fue un hombre y en el 13% de los casos una mujer. Sólo en 53 de los 361 casos se pudo definir el vínculo entre la víctima y el perpetrador. De este universo, el 43% fue cometido por personas cercanas como pareja, familiares o amistades. Únicamente en 51 de los 361 casos se conoce la situación procesal del agresor y únicamente en nueve existen sentencias condenatorias. La homofobia está directamente vinculada con el machismo y el patriarcado.
La UNAM realizó un estudio a 123 hombres y 128 mujeres en el que se refuerza esta tendencia: los resultados arrojaron que existen niveles elevados de homofobia en personas con rasgos de género típicamente masculinos, sin importar el sexo biológico. Además, se menciona que se mostrará rechazo a quienes no cumplen con los rasgos de género que conforman la “normatividad”. Estos hallazgos ayudan a entender la razón por la que las principales víctimas fueron hombres cisgénero gays, mujeres trans y personas cuya identidad de género era visibile, así mismo explican también que la mayoría de homicidios fueron cometidos por hombres.
¿En dónde ocurrieron estos crímenes de odio?
En 123 casos no existe información sobre el lugar en donde se propició el homicidio. Del universo de 238 casos en los que sí se conoce la ubicación de asesinato, 104 ocurrieron en lugares públicos como calles o transporte público, 58 en domicilios particulares, 21 en campos o lotes baldíos, 15 en lugares de trabajo y 14 en playas o ríos.
Según la CONAPRED, en México 8 de cada 10 personas LGBTIQ+ evitan dar muestras de afecto a sus parejas por miedo a la discriminación y el odio. Es indignante que un gesto tan dulce como tomar la mano de tu pareja tenga que ser escondido por temor a pasar un mal rato.
Para disminuir la violencia en contra de la Comunidad LGBTIQ+ en México, la Red Sin Violencia LGBTIQ+ recomienda:
- Desarrollar sistemas de recopilación y análisis de información sobre violencia con prejuicio contra personas LGBTIQ+ que brinden estadísticas diferenciadas que reconozcan las diversas identidades sexo-genéricas y con un enfoque interseccional.
- Avanzar en la tipificación de transfeminicidio en todas las entidades federativas y garantizar su reconocimiento jurídico como forma de violencia letal.
- Garantizar procesos permanentes de formación y capacitación para funcionarios ministeriales para así garantizar procesos libres de prejuicios y discriminación.
- Investigar los asesinatos de personas LGBTIQ+ como crímenes por prejuicio, incluyendo su calificación como homicidios agravados.
Ciertamente, gracias al activismo realizado por la Comunidad LGBTIQ+ se ha logrado un gran avance en materia de derechos y de aceptación; sin embargo, aún queda mucho trabajo que hacer, pues como sociedad debemos reflexionar y comprender que las preferencias o identidad de otro individuo no son de nuestra incumbencia, así como exigir que se respeten los derechos de grupos vulnerables.
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Aquí puedes leer de manera integra el Informe Anual de Homicidios de personas LGBTIQ+ en América Latina y El Caribe
