Cuando la colonia cambia de rostro: La Americana frente a la gentrificación

En 2024, el colectivo Éxodos, realizó una investigación sobre la relación entre Airbnb y las viviendas particulares en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), concluyó que hay un incremento de la renta en varias colonias de la zona céntrica de la ciudad, al tiempo que ha disminuido la población de éstas. Es decir: existen más viviendas particulares, pero la mayoría se encuentran inhabitadas pero ocupadas por empresas que las subalquilan.

En la Colonia Americana, por ejemplo, se reportaron 2 mil 002 viviendas particulares y el 18% de éstas son utilizadas por Airbnb.

Este reportaje busca ofrecer la historia de esta colonia, las experiencias de sus habitantes, comprender los efectos de la gentrificación en la vida de las personas y las acciones que se están tomando desde la colectividad para resolver esta problemática que lacera el derecho a la vivienda accesible y a la vida comunitaria.

Por: Eugenia Garduño ( @e.gard1), César Franco (cefrnco), Ximena Padilla (namie_005), Adrián Zarate (adrianzfl) y Brigit Gallegos (@brigitga) 

“El proceso de gentrificación ya va viento en popa y ha venido a ser un lastre no sólo para el desarrollo de la ciudad, sino para cubrir un derecho humano como es el de la vivienda, que hoy no tenemos.afirmó Eduardo González Velázquez, profesor de Ciencias Sociales en el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara, respecto a los efectos que genera la gentrificación. 

La Colonia Americana en Guadalajara atraviesa por un proceso acelerado de gentrificación que ha transformado su dinámica social, cultural y económica. Aunque se ha convertido en un espacio atractivo y moderno, el aumento de las rentas y la disminución de vivienda accesible ha desplazado a sus habitantes, debilitando la diversidad y la vida comunitaria: 

Lo que entendemos por gentrificación (…) las 4D que es: Desplazamiento, Despojo, Desarraigo o Desalojo del territorio a las comunidades originarias por otras con mayor poder económico sin respeto a su cultura, costumbres e historias, y sin su integración como iguales” mencionó José Antonio, abogado y representante del colectivo OKUPA GDL.

Entre los efectos más relevantes destacan: el aumento de las rentas, la pérdida del tejido comunitario y la llegada de negocios orientados a consumidores externos, así como problemas de inseguridad, movilidad y carencias en servicios públicos frente al crecimiento inmobiliario, lo que a su vez produce segregación. Diversos grupos poblacionales ya no pueden ingresar a ciertas zonas para vivir, a menos que sea como mano de obra para los grandes proyectos que se avecinan.  

La vivienda como mercancía 

 En el centro de Guadalajara la gentrificación está impulsada principalmente por la falta de regulación en rentas, licencias turísticas y permisos de hospedaje. 

Residentes de la clase media se les desplazó y los negocios tradicionales cerraron, dejando en su lugar a cafés, bares y restaurantes de cadena – para un público con mayor ingreso o extranjero– lo que ha transformado el uso de las colonias y la dinámica de quienes las habitaban. 

Un fuerte impulso ha comenzado con la plataforma digital Airbnb. Ésta busca ofrecer a las personas alojamientos temporales conectándose con anfitriones que rentan dichos lugares. Aunque la idea sea promover el turismo y el sentimiento de pertenencia como si se fuera un residente, esto ha causado más problemas para las personas locales.  

Si bien no hay quejas sobre las personas que se alojan en estos espacios, sí existe un descontento ya que son casas y departamentos inhabitados, mientras en las calles aún hay personas sin hogar. 

A esto se suma la especulación inmobiliaria, es decir, cuando se compran bienes inmuebles ya sean viviendas o terrenos imposibles de reparar o renovar sin causarles algún daño, con la esperanza de que el valor del inmueble aumente al momento de venderlos en un futuro. 

Cristina Bueno, habitante de la colonia Americana, comentó que, en su edificio de 33 departamentos, solo 10 de ellos son de personas que realmente viven ahí. 

“La gran mayoría que los compró, los compró en mega preventa y no viven aquí (…) son mexicanos que tienen su propia casa en otro lado, pero que los tienen en renta”. 

Andrés de la Peña, periodista de datos, vivienda y derechos humanos, comentó que, en la Ciudad de México, en Monterrey y en Guadalajara, hay un discurso, no nada más entre las élites, sino realmente difundido, que habla sobre cómo el tema de vivienda es un tema “meritocrático” y erróneamente se piensa que la gente que no tiene vivienda es porque no ha trabajado lo suficiente para merecerla. 

Patrimonio destruido, comunidad herida 

El profesor Eduardo González cuenta cómo la urbanización en el centro de Guadalajara ha resultado en la destrucción de casas y construcciones históricas para dar paso a más vías de comunicación para automóviles o, incluso, para levantar estructuras más atractivas para el público. Este proceso comenzó a finales de los años 40s y principios de los 50s durante el gobierno de Jesús González Gallo: 

“El proceso de gentrificación hoy en día sigue la misma lógica, es decir, vemos casas con un valor histórico importante, artístico, arquitectónico que las tumban sin tocarse el corazón para levantar grandes edificios” comentó. 

El especialista que se ha recurrido a losarquitectocidios”, una práctica común para evadir la ley; dejar que los edificios históricos “caigan” por falta de mantenimiento, para luego poder vender el terreno y construir algo nuevo. 

Las nuevas estructuras son desarrollos urbanos a precios muy elevados y por un tamaño reducido, y la destrucción del patrimonio es una de las razones por las que el centro histórico de Guadalajara no es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad, a diferencia de los de Campeche, Morelia, Puebla o la Ciudad de México. 

“Pero el de Guadalajara no, ¿Por qué? Pues porque sí. Se ha destruido todo lo que se podía destruir” sentenció. 

El antiguo Teatro Cine Cuauhtémoc, es uno de estos casos, recordó el profesor.  

Ubicado en la calle Juan Manuel 620, entre las calles Contreras Medellín y González Ortega, actualmente es un baldío usado como estacionamiento, que todavía mantiene su fachada con estucos de imágenes prehispánicas, pero en su interior, es muy diferente a lo que antes fue. 

Situaciones como estas ocurren día con día, pero, así como existen historias de demolición, también existen las construcciones que, aunque son ilegales, a veces suelen ser los mismos empresarios quienes aprovechan la inversión. 

Algunas personas suelen decir que la gentrificación no es culpa de nadie realmente y lo atribuyen al “Mercado”. Sin embargo, el periodista Andrés de la Peña explicó cómo realmente sí existen culpables. Incluso, podría decirse que cada persona “aporta un poco a la gentrificación”: 

“El mismo dueño dice, ‘Pues es que yo no corrí a los otros negocios, a mí me ofrecieron rentar y yo nada más dije que sí.’ y en esos ‘yo nada más’ es como se construye el patrón” respondió. 

No obstante, reconoce que las élites políticas y económicas de las ciudades utilizan los inmuebles como un depósito de valor, y esto genera un conflicto de interés, o mejor dicho tres: conflicto de interés por la clase política, conflicto de interés por la élite económica, esto incluyendo a los medios y la falta de interés del público en general. 

Cómic por Ximena Padilla (@namie_005)

La clase política de Jalisco también es parte de una élite económica que, como en todas las economías de las ciudades, están usando inmuebles como depósitos de valor. Es decir: están usando los mercados inmobiliarios para hacer crecer su capital. 

“Parte del problema con el dinero es que cuando tienes mucho, (…) se vuelve un problema donde lo pones sin que se devalúe o se pierda y que sea seguro.”, precisó Andrés de la Peña. 

Gracias a la especulación inmobiliaria, las viviendas se vuelven un lugar sencillo –para las élites inversoras- en donde poner su dinero. Pues, mientras esté allí, no pierde su valor por la demanda. Lo que hace que suba más de precio, y se vuelva un lugar aún mejor para ganar mucho más. 

Muchas personas que llegan a poner sus nuevos locales en la colonia Americana han optado por exotizar sus negocios con nombres como “central” o “de barrio”, con el fin de atraer turistas o visitantes locales. Con esta simple acción se vuelve más “aceptable” el concepto de comunidad del que buscan apropiarse, aunque no completamente. 

El concepto de “barrio” tiene una connotación de mayor tradición, autonomía y carácter cultural. Se suele asociar con historias propias de la comunidad, como sucede con el barrio 

Chino, un asentamiento en un lugar que la misma comunidad vuelve suyo. Lo que lo diferencia de la “colonia”, que es una división urbana o asentamiento sin identidad cultural. Lo que sucede actualmente en la colonia Americana es un intento de barrio artificial, adoptando una identidad que no existe. 

Carlos Valenzuela, es socio de la cafetería Café Correcto, uno de los comercios que se ha visto desplazado por estos procesos de gentrificación dentro de la colonia Americana, desde su mirada contó: 

“Quedan pocos negocios de cuando nosotros iniciamos,(…) Cuando empezamos había una comunidad, un cierto tejido en el que nos sosteníamos todos; hacíamos eventos en conjunto, teníamos promociones criadas y sobre todo éramos amigos que compartíamos nuestro quehacer diario”. 

En su experiencia, parece que hoy en día no todas las personas que habitan estos espacios se conocen; si bien, siguen teniendo buenos vecinos y siempre buscan crear de nuevo esa comunidad, afuera ya cambió todo. El modelo de negocios de la mayoría hoy en día está diseñado para atender a un público con un poder adquisitivo muy diferente a quienes habitan o trabajan en la zona. 

Esto ha cambiado radicalmente su percepción de la comunidad que, aunque no sea la misma que los acompañó antes, siguen invitando y ganando a nuevos clientes gracias a su ubicación, comodidad y seguridad. 

Se le preguntó a Carlos si había alguna manera en la que, como negocio, podían protegerse ante este fenómeno de gentrificación en la colonia, a lo que él respondió: 

“Lo único que podemos hacer como negocio es tratar de adaptarnos a los cambios que se generan por la falta de regulación, aprovechar lo mejor posible la llegada del nuevo mercado y hacer lo posible por seguir siendo una opción para los habitantes y trabajadores de la zona, porque nos estamos quedando sin espacios para nosotros”. 

De hogar a destino turístico

La colonia Americana nació a finales del siglo XIX, como uno de los primeros desarrollos urbanos al poniente de la ciudad de Guadalajara. La demolición de la penitenciaría Escobedo y la apertura de las avenidas Vallarta y Juárez fueron los detonantes de la expansión de esta colonia y aledañas. Con el objetivo de crear zonas residenciales con un estilo arquitectónico europeo, principalmente al francés, explicó el profesor Eduardo. 

 En los 50’s, inició un crecimiento fuerte en la colonia y sus aledañas, además de la zona de la Minerva, donde se construyeron casas con un gran valor arquitectónico. Para la década de los 70´s, la zona había caído en un abandono urbano, con un deterioro notable en muchas de sus construcciones. No fue hasta los 90’s, cuando los gobiernos municipales empezaron un proyecto de revitalización, naciendo el “Paseo Chapultepec”, con un énfasis en la venta y la vida nocturna: 

“Lo que la gente comienza a conocer ya como el paseo Chapultepec de los sábados por la noche, pero también de otros días de la semana, que también hay vendimia y una serie de ofertas de todo tipo, ¿no? Culinarias, de eventos artísticos, etcétera.” detalló. 

De acuerdo con Eduardo, la creación del Paseo Chapultepec fue también el inicio del proceso de gentrificación de la colonia. El especialista en estos temas aseguró que su variedad de oferta de entretenimiento generó un tipo de confluencia: donde la gente del norte se encontraba a la del sur, donde se juntaban todos los estratos sociales, lo que volvía al fenómeno único en la zona.  

El desarrollo del Paseo Chapultepec generó consecuencias significativas para la comunidad que habitaba la colonia. La llegada de capitales más altos provocó un aumento de las rentas y de los precios de los comercios, lo que obligó a sus residentes a trasladarse a las periferias de la ciudad, alejándose de sus lugares de trabajo y de su vida cotidiana en el centro. El profesor concluyó que estos procesos habían transformado la colonia en un espacio turístico, perdiendo gran parte de su carácter habitacional y de su identidad como barrio. 

“Se ha vuelto una zona de mucho comercio en donde las antiguas casas, son ahora restaurantes o cafeterías, y durante el día pues hay cierta movilidad, va y viene la gente de fuera, pero ya una vez que esos negocios cierran, pues la colonia prácticamente queda deshabitada” detalló. 

Eduardo afirmó que las políticas públicas no han mejorado la situación en la colonia, sino que la han empeorado. Afirmó que existe “un cartel inmobiliario”, esto significa que no solo es un grupo de constructoras, sino una alianza estructural entre desarrolladores privados y el gobierno que facilita la gentrificación y la destrucción del patrimonio en Guadalajara. Estas facilidades han dificultado los esfuerzos de “repoblar el centro”, pues los altos precios de estas nuevas edificaciones son inaccesibles para la mayoría. 

“Hay un intento de imitar a la Ciudad de México: ustedes tienen la Roma y la Condesa, nosotros la Americana.”, mencionó. Sobre el posible futuro de la colonia, señaló que la fortaleza de la comunidad se debilita cada vez más, debido a la ausencia de personas que la habiten de verdad. 

También afirmó que las personas necesitan comprender el valor del patrimonio que queda en la colonia y así defender el lugar que habitan. Finalmente, advirtió que, si no se controlan estos problemas, la gentrificación acabará llegando a las colonias colindantes a La Americana, donde ya hay varios indicios de este fenómeno. 

“Creo que ya no quedan estas colonias, fundadas en aquella época con grandes chalets franceses, viviendas donde había una vecindad algo fortificada; hoy prácticamente ya no existen.”  

La modernización que excluye: ¿cómo las obras por el mundial captan los espacios públicos? 

Foto: Aurelio Magaña 

El próximo junio de 2026, se llevará a cabo el partido inaugural de la Copa Mundial de Fútbol en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. El tan esperado evento es y será la sensación por un largo rato. Los gobiernos están invirtiendo en infraestructura y modificando los espacios públicos ya conocidos “adecuándolos” para la esperada llegada de miles de turistas. Para la ciudad de Guadalajara, el momento tan preciado será el 18 de junio.  

Algunos de los espacios que están atravesando por estos procesos de “remodelación” en favor del “desarrollo económico” y “el progreso”, -al menos en el discurso oficial- son la Glorieta de La Minerva y el Parque Revolución. Ambas renovaciones con el objetivo de “embellecer y restaurar la ciudad”. 

La primera será renovada junto con sus banquetas, se está trabajando en la creación de un andador perimetral y la rehabilitación de la fuente. Estas “mejoras” buscan hacerla más accesible con pasos peatonales y una señalización adecuada. 

El segundo, también conocido como Parque Rojo, fue cerrado en abril, con el permiso de la Secretaría de Cultura para realizar obras “preparatorias” con una inversión de 23 millones de pesos. El objetivo: hacer reparaciones en su estructura, darle mantenimiento a las fuentes y bancas, y una limpieza profunda a las zonas de juegos para niños.  

Las obras sobre este último espacio sucedieron de forma arbitraria, violenta y sin previo aviso. Las y los colectivos de resistencia, así como comerciantes que confluían en este espacio fueron despojados por elementos policiales tras la orden del Ayuntamiento de Guadalajara, presidido por Verónica Delgadillo, que decidió cerrar el acceso al parque público, el cual albergará el FIFA Fan Fest del Mundial 2026.  

El proceso de transformación urbana no es exclusivo al mundial, ya estaba pasando antes y va a seguir después del mundial.” explica Andrés de la Peña. 

Se puede conseguir financiamiento internacional para justificar política y públicamente sus inversiones en las intervenciones de las calles, espacios públicos y monumentos. 

El periodista comentó que hay dos formas de verlo. La buena y la mala. Andrés cree que, al solo tener cuatro partidos programados para la ciudad de Guadalajara, el mundial no tendrá un impacto tan grande en el estado. Los tres partidos son “nada de tiempo” en términos de dinero y está seguro de que la rama económica no sufrirá cambios significativos.  

Por desgracia, también comentó que las renovaciones podrían ser un pretexto para rediseñar la ciudad de acuerdo con intereses inmobiliarios y turísticos. 

Entonces la buena es que el mundial no va a cambiar todo. La mala es quetodova a seguir igual, al menos con el futuro previsible“, concluye Andrés.

Existe también una propuesta de construir un segundo piso en la Av. Adolfo López Mateos para “aliviar la congestión vial”. Hay quienes lo ven como una lógica solución. El ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, por el contrario, reconoce que: 

“La perspectiva es clara: las soluciones basadas únicamente en ampliar la infraestructura vial han demostrado ser ineficaces a largo plazo.” 

Fotografía ZonaDocs 

Si bien dichas obras parecen funcionar al principio, es cuestión de tiempo para que se saturen, obstaculicen más la avenida y se vuelva contraproducente por la cantidad de personas que la utilizarán; cantidad de personas que sí alberga la ciudad.  

La diputada de Futuro, Mariana Casillas, impulsora del Programa por el Derecho a la Vivienda comentó que el gobierno ha priorizado la inversión en infraestructura turística de más de 40 millones a hotelería, siendo que el Instituto Jalisciense de Vivienda el año pasado no recibió ni un peso para operar, y este año apenas recibe 50 millones. 

“Los tres partidos que nos tocan aquí en Guadalajara durante el mundial tendrían que ser sí un motor para mejorar la infraestructura de movilidad en Jalisco y la seguridad, que creo que deberían ser dos prioridades que se deberían tomar”  

Mariana considera que el gobierno debería estar más enfocado en las alternativas de vivienda, de movilidad, de acceso y garantía. Un espacio en dónde vivir. Pero desafortunadamente no está pasando. 

“No creo que sea el fin del mundo que con esto, (…) lo que sí creo es que se pueden agravar un poquito más los problemas que ya tenemos” 

Fotografía Andrés de la Peña 

La vivienda es un derecho, no una mercancía  

La gentrificación en Guadalajara no es un fenómeno espontáneo de cambio urbano, sino el resultado de un modelo económico y político que convierte la vivienda en mercancía, desplaza comunidades y blanquea culturalmente los barrios 

La gentrificación no es espontánea, es una consecuencia directa de políticas urbanas, intereses privados y un modelo económico que prioriza la ganancia. La vivienda deja de ser un hogar para convertirse en negocio. 

Basándose en las regulaciones e iniciativas de ley que han sido presentadas por el Congreso de la CDMX respecto al tema, en Jalisco han comenzado a surgir una serie de iniciativas de ley que buscan regular y mejorar las condiciones de vivienda en la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

“Es un modelo indolente que convierte la memoria y la cultura comunitaria en mercancía, en un producto de consumo para turistas e inversionistas.”, refiere Mariana Casillas. 

El Programa por el Derecho a la Vivienda impulsado por la diputada Mariana Casillas contempla un bloque de reformas que buscan enfrentar de manera integral la crisis habitacional en Jalisco. 

Entre ellas se encuentra el Diagnóstico estatal de vivienda y la elaboración de un padrón de unidades y predios públicos, -aprobado parcialmente-, con el propósito de contar con información clara para orientar la política pública. También se propone fortalecer la defensa legal de las personas inquilinas, a través de una reforma que permita a la Procuraduría Social atender controversias de arrendamiento. También se planteó tipificar como delito la especulación inmobiliaria.  

La iniciativa fue desechada, pero que se trabaja en una nueva versión. 

Además, para frenar los efectos del mercado desregulado, se pretende impulsar: 1) la producción de vivienda pública en arrendamiento asequible, 2) la limitación de los incrementos de renta con base en la inflación y 3) la creación de un sistema de precios de referencia en contratos de arrendamiento. A estas medidas se suma la puesta en marcha de un censo de vivienda deshabitada, ya aprobado, y un impuesto a inmuebles vacíos con fines especulativos, actualmente en comisiones. 

Finalmente, se busca regular plataformas como Airbnb, que han contribuido a la turistificación y encarecimiento del suelo urbano. En conjunto, estas iniciativas evidencian un esfuerzo por articular instrumentos jurídicos y fiscales que garanticen el derecho a la vivienda, contener la gentrificación y recuperar el carácter habitacional de las colonias más afectadas por el mercado inmobiliario. 

“La gentrificación es un síntoma de carencias en políticas públicas de vivienda y de uso de suelo.” afirmó Mariana Casillas. 

Para la diputada, es de vital importancia que las iniciativas pasen antes del 2026, contrarrestar esta visión mercantilista que hay sobre la ciudad y que así se puedan evitar o controlar estas acciones que el gobierno debería plantear como su prioridad.  

Se espera que para los meses de octubre o noviembre, ya se tengan los resultados sobre alguno de los paquetes de iniciativas que Mariana Casillas presentó. 

La diputada que no sería fácil. Atribuyó la brecha de edad entre las y los diputados, así como sus distintas perspectivas sobre la gentrificación. Y es que, no lo perciben como un problema, en contraste con quienes son más jóvenes, que lo consideran un tema que debe discutirse.  

Por otro lado, relató que varias personas relacionadas con Airbnb, propietarias de viviendas o rentistas han sido convocadas por la plataforma para formar parte de diálogos, en busca de ir en contra de las iniciativas. Incluso, dijo que se han acercado a las y los coordinadores de los demás grupos parlamentarios para convencerles de votar en contra de las iniciativas. 

En respuesta a esto, ha convocado a diversos diálogos con personas expertas en el tema. 

José Antonio, representante del colectivo OKUPA GDL, mencionó un cambio clave: antes la riqueza se medía por el trabajo, ahora por la posesión de activos – casas, terrenos– . Esto transforma a la vivienda en un objeto de inversión y especulación, aumentando desigualdades sociales. 

OKUPA GDL está intentando restablecer el Sindicato Revolucionario de Inquilinos de Guadalajara, para defender a quienes viven en renta y son más expuestos al desalojo. Para esto, se tiene un plan de acción 5P; se enfoca en Prevenir, Preparar, Proteger, Presionar y Postular. 

Algunas de estas propuestas son ligar rentas al salario, bajar las tasas hipotecarias, expropiar viviendas especulativas para uso social, crear cooperativa con terrenos en usufructo vitalicio (derecho de uso y disfrute de bienes) y despenalizar despojo cuando la vivienda fue abandonada por más de 6 meses, como fue el caso de la Organización De Invidentes Unidos De Jalisco en mayo de 2024. 

Desde 1980 la organización ocupaba un inmueble en comodato del gobierno estatal para dar talleres y apoyo a personas con discapacidad visual. En mayo de 2024 fueron desalojados por orden de un juez tras la demanda de una particular que alegó ser la dueña de todo el edificio, a pesar de ser propiedad del estado. Lo que generó protestas que fueron ignoradas. 

A casi un año de haber sido desalojados, José Antonio y la organización decidieron reocupar pacíficamente el inmueble, y con su sed de justicia y el apoyo de un cerrajero, abrieron las puertas. 

“Y entonces reocupamos la casa, la tomamos por acción directa” explicó José Antonio. 

De ahí vino la idea de la “Despenalización del delito de despojo”, a final de cuentas, sí fue un delito, pero mencionó también que “es raro que la ley está hecha para perpetuar esta gentrificación y no para detenerla”. 

Historias como las contadas en este reportaje hay muchas. La gentrificación no solo transforma calles y edificios, sino que moldea las historias y memorias de quienes habitaban en las colonias y en los barrios. A pesar del desplazamiento que ocurre, son las comunidades las que buscan reencontrarse y hallar un lugar al cuál llamar hogar. 

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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Guadalajara, del cual ZonaDocs fungió como Socio Formador.

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Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

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