¿Por qué las y los periodistas deberían de reflexionar sobre los cuidados?

Este 30 y 31 de octubre, se llevó a cabo el IV Seminario Internacional de Periodismo de Investigación, organizado por la Maestría de Periodismo Digital en el Centro Universitario de Guadalajara (CUGDL), donde periodistas y especialistas compartieron estrategias para proteger el cuerpo y la mente en una profesión que, en muchas ocasiones, se ve marcada por la violencia, la precariedad y el estrés.

Por Alondra Angel Rodriguez /@AlondraAngelRo

Foto portada: Prensa CuGDL

El propósito del IV Seminario Internacional de Periodismo de Investigación fue reflexionar sobre el bienestar integral de quienes ejercen el periodismo en contextos adversos; por ello, bajo el lema “Aprendiendo de autocuidados en el periodismo” el encuentro combinó sesiones presenciales y virtuales donde los puntos de convergencia fueron: seguridad física, salud mental, gestión emocional y escucha del cuerpo.

El encuentro buscó consolidarse como un espacio de formación y acompañamiento en el que los periodistas en activo y en formación puedan adquirir herramientas prácticas para ejercer su labor de forma más segura, reconociendo que el autocuidado no es un asunto individual, sino una condición colectiva que permite sostener el ejercicio informativo.

Durante el conservatorio: “Seguridad de autocuidado físico”, la periodista Melva Fruto -quien cuenta con más de 28 años de experiencia en coberturas de derechos humanos, migración y corrupción- enfatizó la necesidad de planificar cada cobertura con un protocolo de seguridad que esté adaptado al contexto. Y para lograrlo es necesario hacerse las clásicas preguntas del periodismo: quién, dónde, cuándo, cómo y por qué.

“No debemos de subestimar ningún tipo de cobertura. Todas las coberturas llevan algún determinado riesgo. Debemos estar preparados y para eso debemos de hacernos estas preguntas fundamentales, para evitar que el riesgo se vuelva amenaza y la amenaza se vuelva una agresión, debemos armar un plan”, expresó Melva.

Melva Frutos Ayala, periodista.

Además, es necesario equiparse con lo necesario para las coberturas. Algunas de las recomendaciones de Melva fueron: llevar ropa cómoda, dinero efectivo, el equipo electrónico necesario, baterías, papel y pluma, agua y golosinas, gorra, pañuelo para cubrir el rostro, chaleco, casco y una identificación de prensa visible  

La planeación, señaló, es una parte fundamental en la creación de protocolos de autocuidado en la labor periodística y muchísimo más en la cobertura de eventos masivos por lo que Melva mencionó que es necesario conocer el lugar, redes de escape, seguridad, conocer el contexto, así como una comunicación activa con la red de apoyo.

Al respecto, mencionó que si no se cuenta con una red de apoyo es necesario crearla, la colectividad es importante, ya que en cualquier momento la situación se puede salir de control y perder comunicación, puedes resultar herido o encontrarte en un espacio riesgoso y se necesita informar a alguien de cuál es tu estado.

“¿Cómo formas una red de apoyo? Bueno, es muy simple. Te vas poniendo de acuerdo con tus compañeras y compañeros más cercanos y entre ustedes se van apoyando cuando hacen coberturas. Entonces, ya nada más avisas o cuando van a una marcha. ´Voy a cubrir la marcha y les voy avisando cómo voy´”, mencionó Melva.

La periodista radicada en Monterrey, Nuevo León, invitó a las y los periodistas a mantenerse firmes, ser observadores sobre cómo se va desenvolviendo el ambiente en la cobertura y sobre todo a tener en cuenta que lo más importante es la seguridad del periodista que la nota misma:

“Es más importante tu seguridad, algo que siempre nos dicen y que seguramente ya lo han oído, pero lo tenemos que tomar con mucha conciencia. Ninguna nota, ninguna foto, ningún video vale nuestra integridad física”.

El cuidado no es sinónimo de debilidad

Por su parte, Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social, participó en el seminario combatiendo su experiencia de trabajar con periodistas, en contextos de crisis; al respecto, explicó que el bienestar psicológico debe asumirse como parte del ejercicio profesional.

Acosta cuestionó la cultura laboral, que normaliza el agotamiento y la ansiedad entre periodistas, quienes suelen resistirse a pedir ayuda psicológica, lo cual resulta irónico, pues la especialista comentó que hay muchísimo material de autocuidado emocional para periodistas:

“Si hay tanto material disponible, mucho específicos de psicólogos escribiendo sobre el autocuidado para los periodistas, eso existe. ¿Por qué no lo aplico?”.

Explicó que el periodismo es una de las profesiones con mayor exposición a factores de riesgo emocional, debido a las presiones laborales constantes, las coberturas de alto impacto y la precariedad institucional. Estas condiciones provocan estrés, acumulativo, alteraciones del sueño y agotamiento físico y mental, pues al trabajar de cerca en situaciones de peligro como fronteras, desastres, protestas o zonas de violencia, es que los periodistas enfrentan una proximidad constante al sufrimiento humano, lo que afecta su tranquilidad y provoca sensaciones de angustia, irritabilidad y desasosiego.

“Hay una gran relación entre enfermedades físicas con este efecto del estrés de alto nivel o de la ansiedad de alto nivel. Cuán cerca están ustedes en su ejercicio profesional del peligro”, expresó.

Uno de los principales obstáculos para cuidar la salud mental en el gremio periodístico son los mitos y estigmas que impiden reconocer el desgaste emocional como un problema legítimo. Entre ellos se encuentra el del “periodista fuerte”, aquel que nunca se quiebra, que puede soportar cualquier tipo de cobertura sin mostrar afectación.

Para la especialista en salud mental, esta idea errónea se relaciona con una cultura profesional que valora la resistencia y la productividad por encima del bienestar, lo que lleva normalizar el cansancio, el miedo y la ansiedad como parte del trabajo cotidiano.

Además de que la propia frase: glorifica la cultura de siempre estar conectado y se aplaude al periodista que nunca descansa. Lo que genera una obsesión por tener la primicia, la viral y la presión por la exclusiva, lo que lleva a normalizar el trabajar bajo presión laboral, con un ritmo acelerado, la multitarea constante, así como hacerlo con poco tiempo, todo en un ambiente donde la desconexión digital resulta imposible.

Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social.

Otro mito es que se asocia el cuidado psicológico con debilidad o locura, lo que provoca que muchas y muchos periodistas eviten el apoyo profesional, por lo que Acosta hace hincapié en que es necesario romper con estos estigmas, para ello es necesario reconocer que el autocuidado no es un signo de vulnerabilidad, sino una estrategia de sostenibilidad profesional que permite continuar informando con claridad, empatía y responsabilidad emocional.

“Se aplaude al periodista que nunca descansa, a esta cultura de estar siempre conectado ahora con la obsesión de la viralidad, de las exclusivas, de la primicia. Todos esperan que su noticia sea la más leída. es normal trabajar bajo presión y a un ritmo acelerado que podemos con multitareas, el periodista graba, edita, pone los títulos, envía maneja sus propias redes y hay que hacerlo rápido y en poco tiempo, por lo que es imposible la desconexión digital”, expresó. 

Ante esto, la psicóloga presentó una propuesta de modelo de autocuidado dirigida al gremio periodístico, estructurada entorno a la necesidad de eliminar los mitos antes mencionados. El modelo parte de la comprensión del impacto psicológico, acumulativo y silencioso, que genera el ejercicio periodístico, particularmente en las coberturas de violencia, desastres o violaciones de derechos humanos.

Los efectos emocionales no siempre son inmediatos, pueden manifestarse con el tiempo por medio de somatizaciones, ansiedad, pérdida de motivación. Por ello insistió en reconocer los indicadores de alerta. Tales como alteraciones del sueño, irritabilidad, eses, conexión emocional o sensación de hiper vigilancia.

Finalmente, propuso un enfoque integral que combina acciones personales, colectivas e institucionales. A nivel individual. Recomendó fomentar el cuidado de la salud, como parte del oficio, no como un lujo, mediante pausas descanso, actividad física y acompañamiento psicológico.

A nivel colectivo, planteó impulsar campañas de sensibilización y formación en salud mental, dentro de medios y universidades y promover prácticas institucionales humanas en entornos laborales que no castigan la vulnerabilidad, ni romanticismo el sacrificio profesional.

“Para ustedes, los periodistas, cuidar la salud mental forma parte del ejercicio profesional porque hay muchos factores de riesgo que van a empujar o lesionar su tranquilidad, desarrollar fortaleza mental y sabemos que límites en el uso de redes sociales también y lo que allí estamos consumiendo. No le damos importancia a la salud mental, creemos que podemos con todo y hay que cuidarse”, mencionó Yoreli.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

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