¿Cómo crear nuevas masculinidades en tiempos de feminismo”

#FIL2025

En el marco de la Feria Internacional del Libro, el foro “Nuevas masculinidades en tiempos de feminismo” reunió a autorxs que cuestionaron la utilidad misma del término. Más que definir modelos, reflexionaron sobre cómo la literatura representa a los hombres desde la vulnerabilidad, la fractura y la contradicción.

Por Aletse Torres Flores / @aletse1799

El foro llevaba un título que parecía prometer respuestas: “Nuevas masculinidades en tiempos de feminismo”. Una frase que sonaba al intento de ordenar el caos, de clasificar a los hombres en categorías renovadas, más amables, más conscientes.

Pero lo que ocurrió fue lo contrario. Lxs participantes no llegaron para confirmar la existencia de una “nueva masculinidad”, sino para cuestionar el término mismo, desmontarlo, preguntar si realmente sirve o si es otra trampa, más sutil, del mismo sistema que dice querer transformarse.

Belx, autore de La mare incompleta, lo mostró desde la herida. Su libro no habla de una “madre incompleta”: expone un sistema que incompleta a las personas, que las obliga a habitar un cuerpo y un género desde el dolor. La historia de una niñez atravesada por un embarazo impuesto revela cómo el binarismo opera sin necesitar teoría: se cuela en los cuerpos, los disciplina, los nombra antes de que puedan nombrarse.

Belx escribe desde esa fractura, desde un dolor que desarma lo femenino como mandato, pero también lo masculino como categoría rígida que decide, determina y ordena.

Ario Paco, autor de Teoría del joc, llevó la discusión hacia la intimidad emocional de los hombres. Ario no escribe sobre “masculinidades”, escribe sobre personas: sobre neurosis, torpezas, deseos sospechosamente intensos, vínculos que envejecen a las mujeres que los sostienen, hombres que ya no son los de antes, pero tampoco los de después.

Una especie de intermedio identitario. En vez de teorizar, Ario se lanzó a la pregunta más humana y desarmante: ¿cómo son los hombres por dentro?¿Son mejores? No lo sabe.

Pero quiere descubrirlos. Y esa honestidad es política, aunque él no lo plantee así: observar las grietas humanas donde el género juega, molesta, duele, condiciona.

Txella Feixas, con Esbirras aliadas, abrió otra imagen desde el básquetbol. El capítulo sobre Maxdi muestra lo que significa vivir atrapado entre sistemas: afuera, en la cancha, el chico palestino corre, grita, se siente libre. Afuera lucha por derechos con convicción. Pero adentro, en casa, reproduce silencios y fronteras aprendidas.

La íntima contradicción: gritar por libertades afuera y obedecer mandatos adentro. Txella no moraliza; solo deja ver cómo incluso quienes desean romper con el sistema siguen marcados por él.

No porque falte voluntad, sino porque las estructuras, del Estado, del género, de la familia, moldean incluso lo que creemos elegir. El básquetbol deja de ser deporte y se vuelve metáfora: de resistencia, sí, pero también de límite.

En conjunto, todo lo que se dijo en el foro apuntó a algo muy distinto al título. Nadie llegó a “validar” las nuevas masculinidades como categoría. De hecho, muchxs coincidieron en que el término no solo es insuficiente, sino que puede ser machista en sí mismo: una forma de desplazar a los hombres hacia espacios que no les pertenecen, de acortar la feminidad para que quepan dentro, de maquillar el binarismo sin cuestionarlo realmente.

En vez de eso, hablaron de representación. De cómo verse reflejadxs en cuerpos, deseos y vidas distintas permite imaginar posibilidades nuevas. Cómo la literatura habilita la existencia de un hombre embarazado, un hombre que duda, uno que ama torpemente, uno que llora sin épica. Cómo verlos y narrarlos permite que otros se piensen desde ahí.

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Aletse Torres
Aletse Torres
Vivo de café, amo los gatos, no creo en las etiquetas. Desde niña quise ser periodista por Spiderman, me invento unas fotos, cubro cualquier tema con pasión, respeto y verdad.

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