Rompe el pacto patriarcal

Dejar de Chingar

Por Dejar de Chingar / @DejarDeChingar

Los primeros 3 párrafos de esta columna narran violencias machistas y pueden ser detonadores para personas que han sido receptoras de acoso, violencia digital de género o abuso sexual.

Vas en la calle con tu grupo de amigos. Salieron de la escuela, del trabajo, de la reta de los viernes. Entonces, aparece una mujer que llama su atención. Clavan en ella sus miradas sostenidas y lascivas. Entre ellos comentan situaciones hipotéticas y alguno le grita un piropo.

Miras el grupo de Whatsapp de tus compañeros de la prepa. Alguien manda una serie de fotografías, los demás comentan, celebran el aporte y avisan que las compartirán. Las fotografías son nudes (autorretratos eróticos) de una mujer. “El pack de mi ex. Pa’ la banda”, escribió quien las envió.

Bailas un poco mientras suena la música, hay trago, botana, risas. Es una fiesta con los compas. Ves como uno de ellos baila con una morra. Le ofrece un trago y ella bebe, luego otro, y otro, y otro más. Ella luce desorientada. Tu amigo, sonriente, la toca, la besa. Luego, la lleva a su carro.

¿Has visto situaciones así? ¿Qué hiciste?

El pacto patriarcal

Quizá no fuiste tú el que acosó en la calle, el que compartió contenido erótico sin consentimiento o el que abusó sexualmente de una mujer. Sin embargo, el ser omiso ante estas violencias machistas te vuelve cómplice.

Es cierto: la complicidad tiene grados y puede ir desde la participación activa y ayuda directa, la validación, celebración y promoción, hasta el simple y llano silencio. Pero todas son formas de complicidad.

Dicha complicidad ofrece ventajas. Por ejemplo, implica que también tú puedes ejercer ciertas violencias y contar con la validación, ayuda o, al menos, con el silencio de tus amigos, tus pares. Esto es una manifestación del pacto patriarcal: hombres machistas apoyándose entre sí para conservar ventajas.

Sin embargo, dichas ventajas son a costa del bienestar y la vida de otras personas, generalmente mujeres. Asimismo, los costos de mantener este pacto terminan pasándonos factura también a los hombres (abordamos esto en nuestra primera columna).

Interpelar para romper el pacto

Dejar de ser cómplice es una forma de comenzar a romper con el pacto patriarcal. No es fácil, pero vale la pena. ¿Cómo podemos hacerlo? La interpelación es una forma, de muchas posibles, que hemos trabajado en Dejar de Chingar.

Interpelar a un amigo es pedirle explicaciones y exhortarlo a que se haga responsable de sus acciones. En este caso, violencias machistas.

Proponemos los siguientes principios para la interpelación:

  • Realizarla entre pares.
  • Equilibrar cariño y no solapamiento.
  • Entender que es un proceso.
  • Asumir que puede haber resistencias.
  • Ser empáticos.
  • Hacer preguntas que hagan dudar de nociones preconcebidas.
  • Recordar que todos podemos ser interpelados.

Asimismo, hemos usado una herramienta para la interpelación, consistente en una serie de pasos para interpelar a un hombre que ha cometido, o ha sido señalado por cometer, una violencia machista:

  1. Tocar la puerta: solicitar a la persona permiso para ser interpelado.
  2. Pedirle a la persona que cuente los hechos de violencia: es vital pedirle que se centre en los hechos, después podrá contar sus percepciones subjetivas.
  3. Pedirle que cuente cómo se siente: es importante para hacer un proceso de empatía, saber cómo lo está viviendo, si ha tenido afectaciones. Sin embargo, es importante recordar que esta empatía no debe generar que se solapen sus violencias.
  4. Preguntarle de qué es responsable: entendemos que en las relaciones humanas siempre hay malentendidos y que no necesariamente todas las acusaciones son responsabilidad del interpelado. Por otro lado, habrá violencias que él no reconozca. Por ello, es importante orientarlo para que identifique las violencias de las que es responsable.
  5. Preguntarle cómo se hará cargo de esas violencias: este es el elemento más importante de la interpelación porque es donde el interpelado se compromete a reparar el daño y a realizar acciones concretas para no repetir las violencias ejercidas, en la medida de lo posible, sugerimos poner fechas y metas alcanzables a dichos compromisos.
  6. Darle las gracias: agradecer la interpelación para cerrarla.

Ojalá esta herramienta (siempre en construcción) te resulte útil y puedas adaptarla a tu contexto y situaciones cotidianas.

Para despedir la columna de este mes, te compartimos estos videos donde se muestran ejemplos de interpelaciones desde lo cotidiano. Si bien no ilustran al pie de la letra los pasos antes mencionados, son referentes valiosos de las acciones que podemos tomar para dejar de ser cómplices, para comenzar a romper el pacto.

Una invitación

Vato, súmate a seguir reflexionando y actuando sobre este asunto en nuestra próxima sesión abierta y virtual. Puedes inscribirte en este enlace: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScaAF8WzMQqTyWWqFaH_euhmyAsskUiYA7bMiA3ZFvbsn1bhQ/viewform

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Masculinidades en conflicto. Hombres que reflexionamos y trabajamos colectivamente en torno a la masculinidad y el machismo como problemas.

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