“¿Quién le teme a los ciudadanos?”

Columna Quinto Poder

Por Sheila Arias / @Cheilona

Responsable de Comunicación del Observatorio Ciudadano de Mazatlán A.C. / @observatoriomzt

Imagínese que de su Gobierno municipal le niega una copia de la nómina del Ayuntamiento, sí, del listado donde aparecen nombres, cargos y salarios de los servidores públicos, ¿indignante no?, lo digo porque basta revisar las Ley de Acceso a la Información Pública –federal y las estatales- para darse cuenta que es el principio de transparencia mínimo y básico que la autoridad le debe a la sociedad. Peor todavía imagínese que la autoridad le reserva la misma información por un periodo de cinco largos años por considerar que solicitó “datos personales”.

Pero hay algo más grave, que este caso es real, me ocurrió en Mazatlán y le cuento: hace unas semanas solicité la nómina del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Artes del Municipio, la negaron y la clasificaron como “información reservada” por cinco años; el fundamento fue que la nómina contiene datos personales, pese a que se trata de servidores públicos que, al recibir recursos del erario, sus nombres, cargos y salarios resultan más público que el nombre del Presidente.

¿Qué hice?, la solicité otra vez por la misma vía de Infomex Sinaloa, ahora con el fundamento legal de mi derecho a saber, a estar informada, y la obligación de la autoridad de publicar esto y más. ¿Qué logré? Que me la entregaran, así que me mandaron un link que me llevó directo a la nómina.

Lo que me interesa dejarle claro es que, a la hora de solicitar información, la “zancadilla” se la pone la propia autoridad, no tenga duda.  Y si la autoridad tiene sus trampas (por no decir mañas) nosotros debemos desarrollar estrategias, que no es más que apegarnos a la Ley.

En este punto es muy importante la redacción de una solicitud, en una pregunta le revela mucho a la autoridad, por ejemplo, si el sujeto obligado recibe su pregunta imprecisa, larga, y abierta se dará cuenta que desconoce del tema y usará eso a su favor: no responderá, negará la información o la reservará por el periodo que considere. En resumen quiere que desista. 

Ahora si usted solicita datos precisos, claros y es directo en la redacción de su pregunta le garantizo una respuesta completa en los términos que la solicitó. Pero no nos confundamos, la transparencia no es dádiva, es obligación de la autoridad en aras de rendir cuentas y punto.

Entonces ¿quién le teme a los ciudadanos?, acertó… la autoridad, el sistema mismo.

Recordemos que la información es poder y el empoderamiento ciudadano no le cae nada bien a la autoridad, no le gusta que pregunten, menos si se ve obligado a revelar cómo gasta los recursos  del pueblo, a quién contrata o bajo qué  términos se firman pagos millonarios.

Si nos vamos a la realidad el objetivo del sujeto obligado es entregar la información de interés general, lo que implica recursos  del erario, incluso si se trata de donaciones privadas.

En mi experiencia y por experiencias que conozco me atrevo a pensar que detrás de una reserva o negativa de información pública hay un funcionario esperando que el ciudadano desista, me voy más allá: mucha información que se solicita no la tiene la autoridad, y una solicitud obliga a generarla valiéndose muchas mañas. Así que desde el poder público aprendamos a identificar esas “trampitas” que arrebatan el interés de buscar información pública. No caiga en eso.

Mi recomendación es que no desista, que persista, no dejemos procesos a medias y pida ayuda a organizaciones civiles donde suelen conocer muy bien del tema. Evitemos que el sujeto obligado venza el derecho ciudadano desde una simple solicitud de acceso a la información.

Si mantenemos la intención de conseguir información pública lo lograremos, y me atrevo a calcular que el 90 por ciento de los recursos de impugnación –por negativas o reservas- también los gana el solicitante, el ciudadano que pregunta con claridad y respeto.

En México esta persistencia y el involucramiento de organizaciones sociales ha logrado que se abran archivos importante que hoy están a consulta de todos, ahí están los vinculados al caso Ayotzinapa; datos sobre perdones fiscales en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; partes  informativos sobre hechos delictivos; expedientes que implican corrupción de secretarios de Estado, y así le puedo enumerar muchos más.  

En el Observatorio Ciudadano  de Mazatlán A.C. donde colaboro, la transparencia es nuestra herramienta y hemos aprendido a identificar esas “trampas” de la autoridad. Estamos convencidos que se trata de persistir jamás desistir.

Con esa reflexión cierro mi colaboración con la esperanza, como cada quincena, que después de leerme alguien solicite información en ese derecho a saber.

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