En Sinaloa una joven embarazada murió y su bebé también. Con síntomas de coronavirus, fue trasladada de uno a otro hospital, porque no había equipo, ni personal ginecológico. Su familia denuncia irregularidades
Texto: Karen Bravo / Noroeste
Foto: Cortesía familia de Karla.
CULIACÁN, SINALOA.- Karla tenía 22 años de edad y siete meses de embarazo. El pasado 13 de junio ella y su bebé murieron de covid-19. Antes de su muerte pasó por el Hospital de Eldorado, el Hospital de la Mujer en Culiacán y el Hospital General de Culiacán. En uno no la podían antender, en otro no tenían equipo, en otro no hubo personal.
Todo inició a mediados del mes de mayo, Karla presentó dolores de cadera que la llevaron a urgencias en el Hospital General de Eldorado, en Sinaloa, el poblado donde vive. Ahí estuvo una hora internada y le fue suministrado paracetamol vía intravenosa para controlar sus molestias.
Mónica Torres mamá de Karla cree que se pudo contagiar en el hospital. Su mamá explica que ese día mientras Karla estaba en la sala de urgencias, afuera un joven pedía atención médica; argumentaba ser un caso positivo de Covid-19, pero no obtuvo respuesta del personal. Entonces el joven entró por la zona de urgencias, donde estaba Karla.
Dos semanas después, el 31 de mayo, Karla presentó complicaciones para respirar, su familia la llevó nuevamente al Hospital de Eldorado. Ahí le dijeron que debía atenderse en el Hospital de la Mujer en Culiacán, pero no había una ambulancia disponible, por lo que su familia tuvo que transportarla en un carro particular.
“Mi hija en el camino sí se me puso mala, no le alcanzaba la respiración, muy mal. Pensé que en ese momento ahí se me iba a quedar”, recuerda la madre de Karla.
En el Hospital de la Mujer en Culiacán ingresaron a Karla a una sala donde le hicieron múltiples cuestionamientos, mientras ella presentaba 39 grados de temperatura, dolor de cadera, y dificultad para respirar.
“En ningún momento a ella se le atendió por la respiración que llevaba, y ella me decía ‘mamá, me siento mal’. La pasaron a un cuartito, le hicieron miles de preguntas, todo era covid, de repente sí se ponía un poco mejor mi hija, se tranquilizaba”, explicó su madre.
«No puedo tener a tu hija aquí»
La joven fue nuevamente sometida a cuestionamientos, hasta que salió un médico que les dijo:
“Salió un médico y me dijo ‘¿sabes qué? No puedo tener a tu hija aquí porque me va a infectar a todas las mamás que vengan o que ya están aquí. Probablemente ella tenga sospecha aún, próxima a covid, entonces no puedo tener a tu hija aquí, no sirve el tomógrafo para hacerle una tomografía’”, dijo.
Dos horas después de tenerla ahí, del Hospital de la Mujer la canalizaron al Hospital General de Culiacán.
Ires y venires en hospitales
Ya en el Hospital General, el médico que la atendió le explicó a Mónica que Karla no debía estar ahí por su estado de gestación; sino en el Hospital de la Mujer, del que acababan de remitirla.
El médico realizó una llamada y volvió con Karla y su mamá para informarles que en el Hospital de la Mujer le explicaron que cuando ellas estuvieron ahí el tomógrafo no servía, pero ahora ya servía.
“Y me dijo el doctor ‘lo que pasa es que no la quisieron allá’ me dijo, ‘no la quisieron allá por su estado de sospecha a covid”, añadió.
Como los síntomas de Karla no eran tan avanzados, le recetaron medicamento y la mandaron a su casa, consideraron que internarla le perjudicaría más de lo que le ayudaría, eso le explicaron los médicos a Mónica la madrugada del lunes 1 de junio.
Aun con la medicación, para el martes la joven no mejoraba y Mónica no recibió indicaciones sobre qué hacer al respecto.
En los días siguientes empeoró su estado de salud. El 5 de junio, cuatro días después permanecer en casa, la familia llamó a una ambulancia y la llevaron a revisar al Hospital de Eldorado. Ahí Mónica, la madre, también fue atendida, ya que resultó contagiada por estar cuidando a su hija.
Mientras Mónica estaba en el Hospital de Eldorado en revisión (luego la mandaron en aislamiento a su casa), a Karla la trasladaron a Culiacán acompañada por su esposo, y su hermano.
Karla fue internada en el Hospital General de Culiacán en un área covid especial para ella sola por su estado de gestación. Pero un especialista jamás la revisó, acusó Mónica.
“Nunca la revisó un ginecólogo, ellos decían que solamente le habían hecho ultrasonidos, no sé quién se los hizo porque tenía que estar al tanto de un ginecólogo”, comentó.
Al tercer día de hospitalización, Karla dijo a su familia que estaba mejorando, siempre sostenía comunicación con ellos por vía telefónica y hasta les mandaba fotos para que vieran su avance. Los pronósticos eran que sería dada de alta el sábado.
“El viernes que fue su último día de vida ella me dijo ‘mamá me siento muy bien’; nos mandó foto a todos donde a ella se le mira muy bien su carita, todo muy bien”, detalló.
A las 8 de la noche del viernes 12 de junio fue la última comunicación que tuvo con ella. Mónica recibió un mensaje de Karla en el que le dijo estar muy agotada.
“Ella me dijo ‘mamá estoy bien, estoy muy bien, cuídense, amor, díganle a mis hijos que los amo mucho’. Probablemente, parece ser que ella, no sé, sentía que ya se iba a ir, se despidió les dijo que se sentía muy cansada”, recordó su madre.
Ella falleció el sábado 13 de junio y junto con ella la bebé de siete meses de gestación que llevaba en su vientre.
Irregularidades y carencias
Mónica denunció que el expediente médico de Karla estaba lleno de irregularidades. Hasta el momento de su fallecimiento la familia desconocía si le habían realizado o no un examen de laboratorio que comprobara que tuviera covid-19.
Además, al exigir explicaciones, a la madre de la joven le enseñaron solamente los resultados de una tomografía que le practicaron, acusó. Ella increpó a la médica en turno sobre el fallecimiento de su hija y el porqué no le practicaron una cesárea para salvar a la bebé, y lo que obtuvo como respuesta fueron las carencias del hospital.
“¿Por qué pasó esto? ¿Por qué dejaron morir a la bebé de casi siete meses de gestación? ¿Por qué dejaron morir a la bebé dentro de mi hija? Agachó la cabeza y me dijo ‘no sé qué pasó, ella estaba bien, esto fue de repente’. Agachó la cabeza y ¿sabe qué me dijo? No tenemos ginecólogo, no había ginecólogo a esa hora”.
La doctora le dijo a Mónica que una semana antes ya habían hablado con Karla para decirle que le practicarían una cesárea, el plan era incubar a la bebé y medicar a la joven con medicamentos que no son compatibles con el embarazo.
“Pero no es cierto, mi hija jamás nos comentó nada, nunca nos comentó nada, siempre hablaba con mi hijo, con mi yerno, y conmigo por teléfono y nunca nos dijo nada de esto”, reclamó Mónica.
En el expediente médico de Karla surgieron más irregularidades. En un documento entregado a la familia, el hospital detalló que ella no había contado con ningún control prenatal, cuando en realidad acudió a seis citas ginecológicas, refutó su madre; además argumentaron que la joven era fumadora y colocaron un indicativo en la opción “otros”.
“O sea ¿a qué se especifica a otros? ¿A que ella probablemente le ponía a alguna otra sustancia tóxica? ¡Jamás! Mi hija jamás, ni tomaba, ni fumaba, ni se drogaba”, explica Mónica.
“Eso no se vale del hospital, lo que hicieron con ella”, lamentó.
Justicia para Karla
El martes 30 de junio, Mónica recibió en su domicilio la visita de personas que se identificaron como trabajadores de la Secretaría de Salud. Le realizaron un interrogatorio sobre el caso de su hija y le pidieron documentos para comprobar que Karla llevó un control prenatal.
“Ellos ya lo investigaron y lo dieron como positivo a covid-19, porque según vieron el expediente de mi hija y sí, por su respiración, por su problema respiratorio dio positivo a covid”, explicó.
Los trabajadores de la salud también le informaron que a la joven le realizaron post mortem la prueba del Covid-19.
“Se la hicieron ya sin vida, que a última hora estaban peleando de que no covid y después sí covid, no lo sabemos. (…) Ellos mismos nos dijeron que mi hija debió haber estado atendida en el hospital materno (de la Mujer)”, comentó.
A Mónica los médicos le informaron que Karla fue un caso especial ya que, según ellos, fue la primera mujer embarazada en Culiacán en contagiarse de coronavirus.
“Fuera para que ellos dijeran ‘vamos a cuidar bien a esta muchachita para que el mundo nos aplauda que salió con vida con su embarazo’ pero no, la dejaron ir…”, lamentó.
Mónica exige una investigación para aclarar las irregularidades en el caso de su hija Karla, y exhortó a las autoridades a que no se repita con otras jóvenes.
“Yo sé que la justicia la hace Dios, pero yo quiero que esto no quede así, no quiero que se vuelva a cometer el mismo error de mi hija con otra niña, con otra mujer embarazada. Yo no quiero que vuelva a cometerse esto”, expuso.
“Quiero que en nombre de mi hija, en honor a mi hija no vuelva a pasar esto”.
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