“Ningún abuso infantil debe ser normalizado sólo para proteger a líderes religiosos”

El pasado 10 de abril comenzó a circular por los medios de comunicación un video en donde se puede ver a Dalai Lama, máximo líder religioso del budismo tibetano, besando a un niño en los labios durante un acto público.

Ante esta situación diversas organizaciones se han pronunciado, entre ellas Tejiendo Redes Infancia, quienes calificaron al hecho como un abuso sexual ejercido por una jerarquía de poder.

Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs

“Si aceptamos como algo normal, si lo aceptamos como una justificación de una tradición budista, lo que estamos justificando es que los niños sean objeto del deseo de los adultos”, fueron las palabras que Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, utilizó no sólo para referirse al abuso sexual cometido por el Dalái Lama contra un niño en un evento público de la Fundación M3M, sino también para hablar de las disculpas que el líder religioso emitió tras la viralización del video en que se observa cómo forza al infante a besarlo y tocar su lengua.

“Su Santidad a veces bromea con personas que conoce en una forma inocente y juguetona, incluso en público y ante cámaras. Está arrepentido del incidente“, fue lo que señaló el comunicado emitido por la oficina del Dalái Lama, cuyo nombre de nacimiento es Tenzin Gyatso. 

Para el especialista en derechos de la infancia lo ocurrido no es ninguna acción inocente, mucho menos juguetona, pues dentro del estándar internacional de derechos humanos se trata de un abuso infantil, ya que se ve una relación desigual entre una persona adulta con un gran poder, es este caso religioso,y en el marco de un contexto donde el niño es forzado y coaccionado para cumplir las peticiones del líder budista.

“El niño se mueve, evita al hombre de 87 años; es decir, nunca da su consentimiento  por lo que quedan más que claro el abuso infantil”, expresó Pérez García de Tejiendo Redes Infancia.

Estas actitudes del Dalái Lama no son nuevas, pues las oficinas del líder religioso han recibido quejas y denuncias por este tipo de acciones desde 1992, pero nada ha ocurrido. Salvo aquella reunión celebrada en Amsterdam, Países Bajos, en 2018, donde el Dalái Lama recibió una carta firmada por 12 víctimas de abuso sexual cometidos por integrantes de su religión. A la fecha, no se sabe de la existencia de castigos contra los budistas señalados.

En los últimos años, la Organización de las Naciones Unidas ha reunido a las iglesias del mundo para hacerles ver que su deber es proteger y nunca vulnerar los derechos humanos de las personas creyentes.

Por tanto, explica Juan Martín Pérez García:

“No hay manera de justificar ni siquiera con la tradición, ya que el Dalái Lama se ha reunido con jefes de estados, líderes religiosos o famosos adultos y no ha hecho estas prácticas, no hay fotos donde le pida a alguna de estas personas que haga lo mismo como acto de respeto. Si fuera una tradición de respeto les pediría a estas personalidades que lo hicieran también. Hay mucha evidencia de que el trato que le dio al niño es completamente diferente al que le puede dar a un jefe de estado”. 

Incluso agrega que aunque eso fuera una tradición, la Convención sobre los Derechos del Niño, establece en su artículo 24, párrafo tres, que cualquier práctica tradicional que vulnere a las niñas y los niños debe ser modificada: 

“Los Estados adoptarán todas las medidas eficaces y apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean perjudiciales para la salud de los niños”, señala esta legislación internacional.

Las terribles consecuencias del adultocentrismo

Este abuso infantil del Dalái Lama ayuda a explicar a las personas las consecuencias del adultocentrismo, pues para Tejiendo Redes Infancia todas y todos estamos educados en esta cultura donde nos han enseñado que “los adultos deciden sobre la vida de las niñas y los niños, y que éstos son objetos de propiedad privada de las familias, pero son personas que tienen derechos”.

Para Juan Martín Pérez García no se ha logrado que las niñas y niños sean sujetos de su propio movimiento, ya que por la misma cultura adultocéntrica se les limita la escucha y tienen gran dependencia de personas adultas, esto ocasiona que las y los adultos justifiquen lo que es “mejor para la infancia”.

Esto es un problema que afecta para posibles casos similares, ya que si una niña o niño sufre algún tipo de abuso no lo externan y si lo hacen es cuando ya son adultos: “Tenemos que demostrarles a las niñas y los niños que los vamos a defender y que les vamos a creer”.

Y esta defensa se debe hacer sin importar quién sea la persona que comete el abuso sexual infantil; sin embargo, en el caso del Dalái Lama lamenta que no vaya a existir algún castigo, pues el líder religioso es importante para los interes geopolíticos  de Estados Unidos y Europa, esto su relación y oposición al gobierno de China: “Probablemente será protegido por esta razón, además de que la iglesia tibetana factura millones de dólares anualmente”.

Recomendó que lo ocurrido debe ser un ejemplo del por qué en México y América Latina debemos seguir denunciando los abusos sexuales infantiles cometidos por líderes religiosos. Aunado a ello debemos de proteger también los derechos de las víctimas, pues en el caso del Dalái Lama debe de garantizarse el derecho al olvido. 

La huella digital es importante en el caso de este niño, ya que el video se hizo viral, por lo que el rostro y su historia de este niño quedará marcada en un futuro, no sólo fue el abuso en el momento, sino la revictimización que se da por la réplica del video, pero también por todos los comentarios que se están dando”, explicó el especialista.

En México, no hay un registro especifico de denuncias de abuso sexual de niñas y niños cometidas por líderes religiosos, solamente se cuenta con datos oficiales sobre violencia sexual contra niñas y niños, pero sin diferenciar a los agresores. 

Quizá los casos más sonados son los de Marcial Maciel de los Legionarios de Cristo y Naasón Joaquín de la Iglesia de la Luz del Mundo, a quienes se les ha señalado por cometer delitos sexuales contra la infancia. 

Juan Martin Pérez García fue muy puntual en que una manera de actuar, desde el Estado mexicano, es el de garantizar la educación sexual integral que está mandatada en la Ley General de Educación, pero al haber negativas por grupos de poder dentro de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y otros organizaciones conservadoras no se ha podido aplicar cabalmente.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

1 COMENTARIO

  1. Excelente información y muy acertada, debemos escuchar a nuestros hijos y aprender a ver también su lenguaje corporal ya q muchas veces eso nos dice mas de lo q ellos no nos cuentan por miedo.

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