Una joven estudiante crea “Mapa Fuimos Todas”, un proyecto que surgió a partir de la pandemia por covid-19 con la intención de identificar los puntos de riesgo para las mujeres, basado en las propias experiencias de ellas. Inicialmente comenzó en el municipio de Saltillo en el estado de Coahuila; sin embargo la meta ahora es que este mapa tenga un alcance nacional.
Con su trabajo busca es que haya registro y datos que visibilicen la violencia que día a día viven las mujeres en el espacio público en este país y que finalmente limitan sus decisiones, como la ropa que usan. Y es que reconoce que realizar una denuncia significa ser revictimizadas, por lo que este mapa significa una forma de denuncia pública. Como meta final, espera que las mujeres puedan acceder a su Derecho a la Ciudad.
Por Leslie Zepeda / @lesszep2
“Fue cuando iba cruzando la calle, venían pasando unos cuatro tipos en una camioneta y comenzaron a hacerme insinuaciones sexuales y “piropos” en lo que iban pasando y me retiré del sitio estando incómoda y llegué a mi casa sintiéndome sucia”.
Este es solamente uno de los diversos testimonios que se han recabado mediante el formulario del “Mapa Fuimos todas”, un proyecto que inició de manera improvisada por una joven estudiante de Ingeniería en Matemáticas en Saltillo, Coahuila. Ella, como creadora de este mapa, prefiere mantener su nombre en privado.
Todo comenzó cuando tras la pandemia escuchaba de las propias mujeres que rodean su vida cómo la violencia las alcanzaba bajo las medidas de aislamiento que dejó la pandemia por COVID-19 en 2020, pues sólo los hogares fueron entornos de violencia, sino que también reconocían a los espacios públicos como lugares hostiles para ellas.
Lo anterior no es un hecho aislado, ya que efectivamente durante la crisis sanitaria se evidenció un incremento en la violencia de género en los diferentes ámbitos de las mujeres:
En el caso de México, casi la mitad de la población de mujeres reconocieron vivir violencia en el ámbito comunitario, lo que representó a 23 millones de ellas; es decir, el 45.6%, siendo el entorno con mayor número de casos. Así se dio a conocer en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021.
La idea inicial fue desarrollarlo en Saltillo, Coahuila; sin embargo, la ingeniera en matemáticas señala que también reconoció que esta problemática no es exclusiva de su entorno, su municipio, ni su estado, por el contrario, a nivel nacional las mujeres viven diferentes tipos de violencia en los espacios públicos; es decir, que a las mujeres en México se les limita su Derecho a la Ciudad, lo que es una de sus motivaciones.
“El Derecho a la Ciudad que es es de ONU hábitat (Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos), el hacer uso de ella, yo no sabía que teníamos derecho a la movilidad, a que no nos acosen yendo a la escuela. Yo al final quiero que tomemos decisiones basadas en datos, pero también que transparentemos esos procesos, luego estos requisitos que se pide información por transferencia y se tardan la vida, a mí me choca esa dependencia a las instituciones gubernamentales,” reconoce.
Tras el primer prototipo del mapa la joven estudiante pensó en que lo ideal era buscar apoyo del gobierno municipal de Saltillo porque para ella los datos recabados debían ser públicos y consideró que la mejor manera de hacerlo era precisamente esa.
Lamentablemente no fue así, nunca le brindaron apoyo económico para crecer el proyecto, por el contrario, en el gobierno municipal de aquel momento estaban buscando quien se quedara con el crédito del mapa, por lo que entre eso y que los datos estaban siendo entregados a la policía, ella decidió cortar toda relación con las autoridades.
“Al final los datos los tenían los policías, que pues a mí me molestaba mucho porque las chavas son las que efectivamente se cuidan entre ellas y ya terminó esa administración ahora yo me lancé sola a hacer mi versión de la aplicación, una versión mejor porque aprendimos mucho en el camino, mejoramos los formularios y esta información está democratizada, si ahorita empieza entras a la página de hecho, puedes ver el mapa de puntos,” relata.
Así es, en la página oficial del “Mapa Fuimos Todas” se encuentra toda la información, para empezar el acceso a los formularios para aquellas mujeres que quieran registrar la localización del hecho violento que vivieron, y si lo desean, describir el acto en sí. Pregunta por fecha, lugar, si tiene algún parentesco, el tipo de agresión, comentarios, entre otros puntos.
Al respecto es importante señalar que antes de responder a éste, aparece un mensaje de confidencialidad donde aseguran resguardar sus datos personales, incluso no es necesario colocar un nombre.
Dentro del sitio igualmente son compartidos algunos de los testimonios donde las mujeres describen las agresiones que han sufrido. También es posible acceder a un mapa que ha trabajado desde Google Maps y que permite identificar los puntos de peligro.
Éstos ya se clasifican según el tipo de agresiones dentro del mapa como: “Chiflidos o insinuaciones” en color amarillo; “Comentarios de vestimenta o cuerpo” en un color marrón más claro, “Recargamientos, tocamientos, agresión física” identificadas con un color marrón más oscuro; y por último, “Violación” identificda en color negro.
La joven ingeniera matemática aclara que ella es la creadora del proyecto, pero hay más personas involucradas en su desarrollo, ha tenido el apoyo de especialistas en urbanismo, artes gráficas, con perspectiva psicológica, y en diferentes ingenierías:
“Parte de eso es la chamba que nos aventamos, no yo nada más como programadora, hay un equipo de dos amigos que me han ayudado y hemos aprendido cosas en el camino como visualizar en Google Maps que es la tecnología que estamos usando ahorita. Lo que más le invertimos tiempo fue al diseño de los formularios y la metodología porque hay preguntas que en mi propósito era estandarizar el tipo de preguntas, porque luego hay dinámicas diferentes en los estados.”
El “Mapa Fuimos Todas” surgió desde la inquietud, la inconformidad ante la realidad que parecía normalizada, la violencia de género, y ante la incertidumbre de su creadora por saber si este proyecto incomodaría al gobierno, conversó el tema con una compañera feminista de la CDMX, quien la alentó a continuar diciéndole: No, estás sola y como en las marchas, vamos a gritar, ‘Fuimos todas’.
Hasta el momento el proyecto se ha mantenido del presupuesto de la joven, ya que anteriormente ganó un premio de su estado, en Coahuila, llamado Jóvenes en la Ciencia, con el que ha podido solventar parte de los gastos del mapa, además del que ha invertido desde su propio presupuesto.
Ella espera que las mujeres respondan este formulario bajo la idea de que los datos recabados sean de utilidad para la misma población:
“Es parte de nuestra visión del proyecto, nada nos pertenece y menos porque tú nos estás dando los datos, también no es sólo lucrar con sus datos, es algo que siempre les estoy dejando claro.”
Sobre todo, una de las intenciones que resuenan en este proyecto es que funcione como una forma de registro ante las constantes limitaciones burocráticas y actos revictimizantes por parte de las autoridades cuando las mujeres realizan una denuncia oficial, así que “poderlo mapear se me hacía a mí un un proceso muy necesario porque como ingeniera de sistemas al final los datos nos deben de mover, nos deben de hacer tomar decisiones” insiste.
En México hasta 7 de cada 10 mujeres, de 15 años en adelante, han vivido algún tipo de violencia en su vida, tal cómo lo indica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en sus registros. Por ello, la intención es que mediante este mapa se tomen acciones para atender con mayor herramientas esta violencia machista que persiste en todos los estados.
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